El Athl¨¦tic se perdi¨® en el marasmo
![Santiago Segurola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe505581b-3596-4161-bc77-1816c8c68bf7.png?auth=d22627484165dfcb062103e8d1fdebeb92a54c13220f4fd6553111e786e168fa&width=100&height=100&smart=true)
SANTIAGO SEGUROLA, ENVIADO ESPECIAL, El Athl¨¦tic se perdi¨® en el marasmo de acontecimientos que desembocaron fat¨ªdicamente en el partido del Communale. Nadie confiaba en este equipo, ni su entrenador, que contribuy¨® sobre manera al calvario con el anuncio de su espantada, no confirmada despu¨¦s. Kendall, continuar¨¢ en el club bilba¨ªno hasta el 30 de junio, seg¨²n anunci¨® pocas horas despu¨¦s de confirmar la posibilidad de fichar por el Newcastle. En la madrugada de ayer, Kendall telefone¨® al presidente del club brit¨¢nico para comunicarle su decisi¨®n. Sustraerse al desconcierto que provoc¨® el asunto era imposible, de igual forma que se anunciaba imposible la recuperaci¨®n de un equipo roto, aniquilado por las lesiones, preso de la peor de las enfermedades: la falta de confianza en sus fuerzas.
S¨®lo Tacconi pareci¨® apiadarse de los innumerables males rojiblancos. El portero italiano, siempre proclive a los fallos que hacen ¨¦poca, respondi¨® a su fama con un error majestuoso: un bal¨®n limpio, templado, apetecible como un pastel, se perdi¨® entre sus manos y lleg¨® al pie de Uralde, que aprovech¨® la extravagancia.
La situaci¨®n era ideal para cualquier equipo que se adentre en la competici¨®n europea. Pero el Athl¨¦tic no est¨¢ para sacar partido de las ventajas. En Tur¨ªn estaba m¨¢s dispuesto a escribir una de las p¨¢ginas m¨¢s negras de su historia. Descompuesto en todas sus l¨ªneas, aniquilado desde el principio, en todo momento se apreciaba la hecatombe. La defensa en l¨ªnea del Athl¨¦tic, o el suced¨¢neo de achique de espacios, o lo que fuera aqu¨¦llo, se revel¨® entonces como el peor de los instrumentos para evitar el desastre. Fue tal el descalabro que los italianos perdieron su inveterada inclinaci¨®n por la racaner¨ªa. Simplemente daba gusto cebarse con aquel remedo de equipo, caricatura de una escuadra que ha forjado una gloriosa leyenda.
Estas derrotas dejan una huella demasiado profunda. El porvenir se adivina terrible para un equipo que recuerda punto por punto a la escuadra de hace dos temporadas, la misma que gener¨® la crisis m¨¢s grave en la historia del Athl¨¦tic. Quiz¨¢ Howard Kendall asumi¨® ¨ªntimamente esta incertidumbre y cedi¨® al ataque de p¨¢nico que le produjo el partido que se avecinaba.
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