El enigma de la participaci¨®n ¨¢rabe
Si los palestinos votaran masivamente en las elecciones israel¨ªes podr¨ªan modificar el resultado final
?NGELES ESPINOSA, ENVIADA ESPECIAL, Son unos 300.000 electores, y eso se traduce en 12 posibles esca?os de los 120 que tiene la Kneset (Parlamento). Sin embargo, la tradici¨®n abstencionista de los palestinos con ciudadan¨ªa israel¨ª ha supuesto una ausencia casi total de representaci¨®n. Primero fue el temor al Shin Bet (servicios secretos interiores); luego, la falta de confianza en el sistema. Siempre, la inexistencia de un partido que les representara.
Un elemento nuevo puede cambiar esta situaci¨®n en la pr¨®xima legislatura: el llamamiento de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) para que los israel¨ªes, tanto ¨¢rabes como jud¨ªos, voten por los partidos que defienden la paz.Si los palestinos siguieran masivamente la recomendaci¨®n, su fuerza parlamentaria, igual a la que las encuestas atribuyen a los partidos religiosos, podr¨ªa negociar el resultado final de las legislativas israel¨ªes.
"No hay que hacerse ilusiones", matiza un intelectual palestino a EL PA?S. "El an¨¢lisis es correcto desde el punto de vista te¨®rico, pero en la pr¨¢ctica no existe ning¨²n partido capaz de aglutinar el voto ¨¢rabe". Y he aqu¨ª otro de los elementos en consideraci¨®n: la dispersi¨®n de los escasos votantes. Tradicionalmente s¨®lo el partido comunista (Rakaj) defend¨ªa los derechos de los palestinos, pero como desde su creaci¨®n, en 1948, el Estado de Israel coloc¨® a este sector de la poblaci¨®n bajo la Administraci¨®n militar, el temor al Shin Bet que los controlaba, impidi¨® su apoyo masivo.
Tras el levantamiento de las restricciones de desplazamiento en 1965, la situaci¨®n, desde ese punto de vista de la participaci¨®n pol¨ªtica, ha ido mejorando en los ¨²ltimos 20 a?os, seg¨²n reconocen fuentes palestinas moderadas. As¨ª, nuevos partidos como el Mapam (socialista), Ratz (Comit¨¦ por los Derechos de los Ciudadanos, CDC) e incluso los laboristas han ido preocup¨¢ndose progresivamente por la situaci¨®n de los ciudadanos palestinos. No obstante, la legislaci¨®n israel¨ª proh¨ªbe la creaci¨®n de un partido ¨¢rabe de car¨¢cter nacionalista.
12% de participaci¨®n
Ello motiva la creaci¨®n del movimiento Ibria al Balad (Hijos del Pueblo), pr¨®ximo a Al Fatah -el grupo mayoritario de la OLP-, que lucha por un Estado democr¨¢tico y, en su ausencia, pide que no se vote. S¨®lo un 12% de los palestinos israel¨ªes acudi¨® a las urnas en 1984.
En estas circunstancias, la ¨²nica posibilidad de expresi¨®n pol¨ªtica para los palestinos israel¨ªes viene de la mano de un partido mixto en el que los jud¨ªos act¨²en como paraguas de la componente ¨¢rabe. Se forma as¨ª el Frente Democr¨¢tico por la Paz y la Igualdad, m¨¢s conocido por sus siglas en hebreo: Hasash. Este frente es en realidad una coalici¨®n entre los comunistas (Rakaj) y los palestinos, que aun sin identificarse totalmente con su ideolog¨ªa apoyan, sin embargo, sus propuestas de igualdad para ¨¢rabes y jud¨ªos y su pol¨ªtica de devoluci¨®n de los territorios. Los comunistas reconocen que s¨®lo gracias al voto ¨¢rabe pueden llevar a alguno de sus hombres al Parlamento. Algo similar sucede con la Lista Progresista por la Paz (LPP), que en las anteriores elecciones tuvo dos esca?os.
En los ¨²ltimos meses, y precisamente a ra¨ªz de la intifada o levantamiento palestino en los territorios ocupados, ha surgido una nueva formaci¨®n, el Partido ?rabe Democr¨¢tico. De todas formas, la controversia generada en torno a su fundador, el ex parlamentario laborista Abdeluahab Rausha, y sus posibles acuerdos secretos con el Partido Laborista, le han hecho perder credibilidad ante gran parte de los votantes ¨¢rabes. La mayor¨ªa de los votos se repartir¨¢n, pues, en la izquierda, entre Hasdash y la LPP. Ahora bien, la medida en que los palestinos van a participar y la influencia que sobre ellos va a tener el llamamiento de la OLP contin¨²an siendo un enigma.
La idea de que "un voto ¨¢rabe es un voto menos para el Likud" parece haberse extendido en medios cercanos a la OLP, cuyos dirigentes, si bien oficialmente no hacen diferencias entre el Likud y el Partido Laborista, manifiestan en privado su esperanza de que triunfe este ¨²ltimo. De hecho, los recientes movimientos pol¨ªticos de la Central Palestina (cumbre de Aqaba y llamamiento al voto) van en ese sentido. Pese a que el l¨ªder laborista, Sim¨®n Peres, ha negado la influencia sobre la campa?a electoral de las recientes declaraciones de los asistentes a la cumbre, su rival, el primer ministro conservador, Isaac Shamir, no es de la misma opini¨®n. El m¨¢ximo dirigente del Likud se enfad¨® por las palabras del rey Hussein, que calific¨® de "grave injerencia en los asuntos internos de Israel".
Dispersi¨®n del voto
Uno de los muchachos palestinos que por tener ciudadan¨ªa israel¨ª podr¨¢ votar el pr¨®ximo martes desconf¨ªa de que el llamamiento al voto de la OLP vaya a tener un gran efecto. "De producirse un incremento en la participaci¨®n palestina, ¨¦ste se deber¨¢ m¨¢s bien a la evoluci¨®n de los ¨²ltimos a?os, que ha hecho que los partidos israel¨ªes, especialmente los de izquierdas, empiecen a preocuparse de nuestros votos y a hablar de la igualdad de derechos y del fin de la ocupaci¨®n", asegura convencido.
A la pregunta de si no considera perjudicial la previsible dispersi¨®n del voto ¨¢rabe entre distintos grupos, el joven interlocutor aduce que se trata de "una muestra de comportamiento electoral saludable". "Eso es lo que suele pasar en las democracias, ?no? Adem¨¢s, tampoco resulta tan contradictorio, puesto que casi todos los votos van en la misma l¨ªnea", concluye.
En todo caso, la presencia electoral de los palestinos en estos comicios israel¨ªes no va a fimitarse exclusivamente a su asistencia o no a las urnas. El futuro de los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, tras 10 meses de levantamiento palestino, ha constituido el tema central de la mayor¨ªa de los m¨ªtines.
La campa?a electoral se ha desarrollado al ritmo de la intifada, un fen¨®meno que, cuando menos, ha causado desasosiego en la sociedad israel¨ª y ha hecho ver a muchos de sus miembros la necesidad de un cambio en sus relaciones con los palestinos. Por primera vez en 21 a?os de ocupaci¨®n, los cerca de dos millones de habitantes de Gaza y Cisjordania, que carecen de derecho al voto, se han interesado por estas elecciones, aunque sus opiniones sobre los resultados m¨¢s convenientes sean absolutamente contradictorias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.