Abajo las armas, ciudadanos

En un art¨ªculo sobre el bicentenario de 1789, la revista Newsweek escribi¨®: "Francia, siendo Francia, tendr¨¢ centenares de coloquios, una marea de libros y art¨ªculos cultos. Tanto en televisi¨®n como en encuentros universitarios, los especialistas discutir¨¢n de nuevo sobre las causas y los or¨ªgenes, de la Revoluci¨®n, el significado del terror bajo Robespierre, y se preguntar¨¢n si la Revoluci¨®n debe ser considerada como un todo, incluyendo la guillotina y las masacres, o s¨®lo como portadora del mensaje (le la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos". Los preparativos de nuestro bicentenario sirven de espejo a una triple evoluci¨®n: evoluci¨®n pol¨ªtica, con el rechazo de injertos del pasado sobre el presente; evoluci¨®n de los estudios hist¨®ricos sobre la Revoluci¨®n; evoluci¨®n, por fin, de la sensibilidad p¨²blica. El debate que sufre la conciencia francesa desde hace dos siglos tiene una base real: que la Revoluci¨®n es la madre de dos tipos de r¨¦gimen: los democr¨¢ticos y los totalitarios.La sensibilidad p¨²blica durante esta d¨¦cada, a la vez que repudiaba la ilusi¨®n de revoluciones milagrosas, redescubr¨ªa el valor de la libertad, la democracia, el pluralismo, la tolerancia y los derechos humanos. Hoy sabemos que sin democracia pol¨ªtica, las sociedades naufragan tambi¨¦n en econom¨ªa. Tambi¨¦n sabemos que querer colocar la igualdad por encima de la libertad es destruir las dos.

30 de octubre