Profeta en su tierra
Javier Mariscal no surgi¨® en Valencia por generaci¨®n espont¨¢nea ni su trayectoria innovadora y vanguardista representa una excepci¨®n en una ciudad plagada de d¨ªse?adores, gentes de la far¨¢ndula, empresarios ex¨®ticos y polifac¨¦ticos artistas. El ¨¦xito alcanzado por Mariscal tras dise?ar la mascota ol¨ªmpica y su definitivo salto a la fama tras veinte a?os de trabajo representa, de alg¨²n modo, la cara y la cruz de Valencia.Ha sido necesario que Mariscal consagrara su nombre desde la Barcelona ol¨ªmpica para que la ciudad donde naci¨® y donde creci¨®, personal y profesionalmente, le dedique un homenaje que invade desde ayer las nobles salas de la g¨®tica Lonja de Valencia. Pero m¨¢s all¨¢ de la exposi¨®n la retrospectiva de Mariscal significa un reconocimiento a toda una generaci¨®n de valencianos, cuyas edades oscilan entre los 30 y los 45 a?os, que apostaron y apuestan por una Valencia urbana, cosmopolita, iconoclasta, innovadora.
Algunos tuvieron que emigrar a otras ciudades para poder realizar su trabajo en condiciones de dignidad, mientras otros contin¨²an en Valencia luchando contra las inercias de una urbe lastrada todav¨ªa por las visiones conservadoras y los esquemas rurales. Contra la Valencia de barraca y paella, la generaci¨®n que simboliza ahora Mariscal apost¨® por la renovaci¨®n.
Pero adem¨¢s esta visi¨®n rupturista e innovadora encontraba y encuentra su caldo de cultivo en una sociedad viva y din¨¢mica acostumbrada a vivir en la calle y a llenar a rebosar los espect¨¢culos art¨ªsticos y culturales.
Afortunadamente Javier Mariscal, a diferencia de otros valencianos universales, ha conseguido ser, a sus 38 a?os, profeta en su tierra. Pero los oropeles de] homenaje no deben ocultar, sino descubrir, que el m¨¦rito m¨¢s notable de Mariscal y de una larga lista de artistas valencianos ha sido la ruptura de las formas, de las convenciones, de los estereotipos.
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