Villalobos: "Pensamos en la victoria
El l¨ªder guerrillero no pretende construir un r¨¦gimen marxista totalitario en El Salvador
El hombre que dirige la ¨²nica guerrilla de Am¨¦rica Latina con reconocidas opciones de poder se llama Joaqu¨ªn Villalobos, tiene 37 a?os, pero aparenta 10 menos; es el l¨ªder del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) y, pese a que no descarta una soluci¨®n pol¨ªtica negociada para su pa¨ªs, conf¨ªa en ganar en el campo de batalla la guerra que desde hace ocho a?os asola El Salvador. Ahora, satisfecho por los ¨²ltimos ¨¦xitos militares del FMLN, Villalobos ha visitado varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina con el fin de deshacer la idea de que el FMLN quiere ,construir un r¨¦gimen marxista totalitario en Centroam¨¦rica.
Despu¨¦s de m¨¢s de seis a?os sin salir de las selvas salvadore?as, Joaqu¨ªn Villalobos ha improvisado su imagen civil con una cazadora de Yves SaintLaurent y unos pantalones de Christian Dior, comprados en la primera tienda libre de impuestos del aeropuerto. Su cara de ni?o bueno se adapta mejor a su pasado de estudiante universitario que a su presente guerrillero. Est¨¢ considerado como un duro, pero en esta entrevista, en la habitaci¨®n de un hotel de lujo de la capital mexicana, demuestra una gran proximidad a las corrientes aperturistas que hoy caracterizan a la izquierda internacional.Pregunta. ?Usted sigue pensando en que puede ganarla guerra?
Respuesta. Como dec¨ªa el arzobispo, estamos inclinados a una soluci¨®n negociada, pero pensando en una victoria militar. Ser¨ªa absurdo que en un momento de ventaja militar nosotros nos coloc¨¢ramos a la zaga. ?C¨®mo vamos a tener un ej¨¦rcito en guerra sin estar pensando que vamos a obtener la victoria? Adem¨¢s, consideramos que a medida que se avanza en la soluci¨®n militar tambi¨¦n nos aproximamos a una soluci¨®n negociada.
P. ?Pero usted cree que se va a terminar imponiendo la negociaci¨®n o la victoria militar?
R. Eso no depende s¨®lo de nosotros.
P. Pero, en lo que de ustedes depende, ?cu¨¢l es su fuerza militar?
R. No creo que se pueda definir el conflicto a partir de decir que la guerrilla tiene tantos y el Ej¨¦rcito tantos. Si usted nos pregunta cu¨¢ntos somos, simplemente no podemos decirle, y no es prepotencia, es, simple y llanamente, que el fen¨®meno ya se convirti¨® en un fen¨®meno, de masas; nosotros hablamos de que en zonas campesinas ya hay una situaci¨®n de insurrecci¨®n, y las ¨²ltimas acciones en San Salvador las hizo gente que era la primera vez que utilizaba armas.
P. ?Cree que ahora s¨ª se dan condiciones para la ofensiva final?
R. No hablamos de ofensiva, final. El coronel Ponce dec¨ªa que en noviembre o en diciembre la va a haber. No, nosotros no vamos a sujetarnos a una fecha, a un d¨ªa D. Se trata de un proceso de ofensiva gradual. que est¨¢ determinada por una cantidad de factores que sor los que decidir¨¢n el colapso del r¨¦gimen.
Cambio de fuerzas
P. Pero ustedes aseguran que El Salvador se encuentra ya en el momento de la definici¨®n. ?A qu¨¦ se refieren?
R. Nos referimos a que la coyuntura que se est¨¢ creando apunta a un cambio de la correlaci¨®n de fuerzas. Ese cambie puede adquirir diversas caracter¨ªsticas, puede adquirir la caracter¨ªstica de una victoria militar, de una soluci¨®n negociada o de una escalada de la guerra, pero lo cierto es que la situaci¨®n se encamina a un per¨ªodo de definiciones.
P. ?No cree que el mantenimiento de la opci¨®n militar profundiza las diferencias con el Frente Democr¨¢tico Revolucionario (FDR), que quiere presentarse a las elecciones?
R. El hecho de que haya lo que Guillermo Ungo llama diferencias necesarias no determina que la tendencia sea hacia la separaci¨®n. El consenso con el FDR y con la Convergencia Democr¨¢tica es sobre la necesidad de una salida pol¨ªtica y sobre la necesidad de cambios estructurales. Quienes crean que porque el FDR est¨¦ participando en el proceso electoral nos estamos dividiendo est¨¢n equivocados. Nuestras relaciones son ¨®ptimas, nunca han estado mejor porque ellos tienen ahora campos de protagonismo pol¨ªtico que antes no ten¨ªan.
P. Pero ustedes no son partidarios de elecciones.
R. No podemos amarrar nuestra -estrategia a un componente electoral, pero no le tenemos miedo, a las elecciones.
P. Algunas de sus acciones militares, como los. ataques contra alcaldes o los coches bombas, no son f¨¢ciles de justificar ni para el mismo FDR.
R. Es que un alcalde de Espa?a es diferente a un alcalde de El Salvador, donde el alcalde es un componente de una estrategia paramilitar del Ej¨¦rcito, y por eso nosotros los consideramos objetivos militares, y as¨ª los tratamos.
Coches bomba
P. ?Y los coches bomba?
R. No son coches bomba, son, como dijo el padre Ellacur¨ªa, bombas dentro de coches. En realidad, son sabotajes, no est¨¢n destinados a causar v¨ªctimas civiles,
P. ?Conf¨ªa usted en un cambio de pol¨ªtica hacia Centroam¨¦rica por parte de la Administraci¨®n de George Bush?
R. Nosotros consideramos que, si bien las fuerzas que asumen ahora son conservadoras como las de Ronald Reagan, estas ¨²ltimas eran m¨¢s ideologizadas. Esperamos que esta Administraci¨®n tenga una actitud m¨¢s pragm¨¢tica. Esto puede abrir condiciones para un mejor entendimiento.
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