La UEO, al Congreso
UN NUEVO nudo liga desde ayer a Espa?a con la comunidad estrat¨¦gica occidental. Nuestro ingreso en la Uni¨®n Europea Occidental (UEO), el restringido y antiguo club europeo de defensa, completa los planes espa?oles de presencia estrat¨¦gica en el mundo libre, pero las circunstancias de la accesi¨®n tienen las mismas caracter¨ªsticas de secreto que nuestra, por ahora, esot¨¦rica pertenencia a la OTAN y el a¨²n incompleto marco del convenio hispano-norteamericano.Es probable que resulte ventajosa la creciente imbricaci¨®n de Espa?a en la defensa del mundo occidental. Pero seguir¨¢ en cuesti¨®n mientras el Gobierno de la naci¨®n no acabe de explicar a la ciudadan¨ªa en qu¨¦ consiste exactamente el entramado cada vez m¨¢s complejo de responsabilidades, compromisos y derechos estrat¨¦gicos al que se asocia Espa?a. Lo ¨²nico concreto que reitera el Gobierno, con insistente machaconer¨ªa, es que se han respetado una vez m¨¢s las previsiones del refer¨¦ndum sobre la OTAN. Una opini¨®n interesada que los espa?oles no est¨¢n obligados a creer a pie juntillas sin mayores apostillas y que los hechos se est¨¢n encargando de poner en cuarentena.
El marco y condiciones de la defensa occidental, las implicaciones estrat¨¦gicas de la cooperaci¨®n pol¨ªtica de la CE, las relaciones de ¨¦sta con EE UU y el problema de la nuclearizaci¨®n son cuestiones que bien merecen una profunda discusi¨®n en el Congreso. Hace a?os, el presidente del Gobierno expuso en un dec¨¢logo su proyectada pol¨ªtica de paz y seguridad. Para llevarla a la pr¨¢ctica, necesit¨¦ que el pueblo aprobara en refer¨¦ndum alguna de sus m¨¢s importantes condiciones. Ha llegado la hora de que esclarezca en virtud de qu¨¦ ejercicio de prestidigitaci¨®n importantes decisiones tomadas desde entonces no parecen estar en concordancia con aquellos prop¨®sitos.
Desde el punto de vista espec¨ªfico de los condicionamientos espa?oles, la accesi¨®n a la UEO plantea, una vez m¨¢s, el tema de la nuclearizaci¨®n. No se entiende bien c¨®mo nuestro ingreso en la organizaci¨®n, que era imposible hace apenas un a?o como consecuencia de la postura espa?ola sobre armamento nuclear, es, de repente, posible ahora, sin que, al decir del Gobierno, haya cambiado un ¨¢pice la posici¨®n de nuestro pa¨ªs. Algo ha debido de pasar para que hayan desaparecido las dificultades como por ensalmo. Una de las cosas que ha ocurrido es que el Ejecutivo ha aceptado la Plataforma sobre los intereses europeos en materia de seguridad, aprobada por la Asamblea de la UEO en La Haya hace un a?o. Uno de los criterios sobre los que se basa esta seguridad es la disuasi¨®n. nuclear. Espa?a, para ingresar en la UEO, ha tenido que aceptar este principio, aun cuando haya reiterado su condici¨®n de pa¨ªs desnuclearizado. C¨®mo va a combinar ambas cuestiones, sobre todo en tiempo de guerra, pertenece probablemente al ¨¢mbito de la discusi¨®n sobre cu¨¢ntos ¨¢ngeles caben en la cabeza de un alfiler. No debe olvidarse, adem¨¢s, que en un supuesto de guerra la intervenci¨®n de los miembros de la UEO en defensa de sus aliados es autom¨¢tica. Tambi¨¦n debe llamarse la atenci¨®n sobre la siguiente frase de la Plataforma: "Trat¨¢ndose de fuerzas nucleares -y todas participan en la disuasi¨®n-, la cooperaci¨®n que determinados Estados n-¨²embros mantienen con EE UU es necesaria para la seguridad de Europa". El Gobierno deber¨ªa descifrar asimismo los compromisos a que obliga esta cooperaci¨®n, considerando que el convenio con Estados Unidos de pr¨®xima firma suministra precisamente el marco para ello.
No ser¨ªa malo que la UEO evolucionara hasta convertirse en el "pilar europeo" de la OTAN o en el instrumento estrat¨¦gico de la cooperaci¨®n pol¨ªtica (pol¨ªtica exterior) de la CE. Pero para que tal cosa se diera, ser¨ªa necesario que todos los miembros europeos de la OTAN estuvieran en la UEO o, en el segundo supuesto, que estuvieran en ella todos los socios comunitarios. Ninguno de los dos supuestos ocurre. Por lo dem¨¢s, la estructura ideol¨®gica y operativa bastante r¨ªgida de la UEO la hace quedar hoy al margen de iniciativas de todo tipo derivadas del nuevo clima pol¨ªtico y estrat¨¦gico, fomentado, entre otros, por sus mismos miembros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.