El m¨¢s bello mon¨®logo estoniano
La televisi¨®n abri¨® en directo la puerta al comunismo nacional
"Es el mon¨®logo m¨¢s bello de mi vida", exclamaba, emocionado, Kaljo Kiisk, presidente de la Asociaci¨®n de Teatro de Estonia, al emprender la lectura de la declaraci¨®n de soberan¨ªa de esta Rep¨²blica b¨¢ltica sovi¨¦tica ante un auditorio de 4.000 personas. Faltaba poco para la una de la madrugada del jueves 17 de noviembre. En el escenario del palacio municipal de Tallinn, la elite pol¨ªtica de Estonia era iluminada por unos potentes focos.
All¨ª estaban el fil¨®sofo Egdar Saavisar y la catedr¨¢tica de Periodismo de la universidad de Tartu, Marilu Lauristin, ambos dirigentes del Frente Popular de Estonia, e Indrek Toome, el nuevo primer ministro de esta Rep¨²blica de 1.600.000 habitantes.Varias horas antes, en el edificio color rosa del Parlamento, el Soviet Supremo de Estonia, reunido en sesi¨®n extraordinaria, hab¨ªa dado un nuevo giro a la pol¨ªtica local. Los 263 diputados presentes (de un total de algo m¨¢s de 289) hab¨ªan votado, de forma un¨¢nime o inmensamente mayoritaria, resoluciones que incluyen el reconocimiento de la "propiedad republicana" de los recursos naturales (hoy pertenecientes al Estado sovi¨¦tico), la prioridad de las leyes estonianas sobre las de Mosc¨² y el derecho a vetar las decisiones centrales.
En nombre del "derecho inalienable de las naciones a la autodeterminaci¨®n" y de la "soberan¨ªa republicana", Estonia rechaz¨® las enmiendas a la Constituci¨®n de la URSS que "ignoran" lo primero y "restringen" lo segundo. El pr¨®ximo 5 de diciembre, el Soviet Supremo de Estonia pondr¨¢ a prueba el derecho de veto que se ha adjudicado al modificar el art¨ªculo 74 de la Constituci¨®n estoniana.
El bautizo ser¨¢ el debate de los decretos del Presidium del Soviet Supremo de la URSS sobre las competencias del Ministerio del Interior y la utilizaci¨®n de tropas antidisturbios para mantener el orden p¨²blico. Tales decretos ya fueron rechazados en octubre por los diputados estonianos en el Soviet Supremo de la URSS. Una ley que declara idioma oficial a la lengua estoniana ser¨¢ tambi¨¦n debatida el 5 de diciembre. Esta ley obliga a quienes ocupan cargos p¨²blicos a dominar el estoniano y ha irritado a sectores rusohablantes de la Rep¨²blica donde la poblaci¨®n aut¨®ctona es de un 62%.
Bandera nacional
La bandera nacional estoniana (azul, negra y blanca), reci¨¦n autorizada, estaba expuesta por primera vez en el palacio municipal de Tallinn en la madrugada del 17 de noviembre, e Indrek Toome era requerido para que permitiera a la tricolor ondear sobre la torre Pikk Hermman, que desde hace cinco siglos domina la ciudad vieja de Tallinn."La naci¨®n estoniana ha cultivado y desarrollado su cultura aqu¨ª, en la costa del mar B¨¢ltico, durante m¨¢s de 5.000 a?os", dec¨ªa Kiis ante el auditorio puesto en pie. "En 1940", prosegu¨ªa, "una naci¨®n homog¨¦nea" y "el Estado soberano de Estonia" se unieron a la URSS, pero el intento de "retener la soberan¨ªa" y el "florecimiento de la naci¨®n" fueron ignorados por "la pol¨ªtica interna del estalinismo" y "el per¨ªodo de estancamiento".
La noche del 16 al 17 de noviembre ha abierto en Estonia una puerta al modelo de comunismo nacional de la organizaci¨®n estatal yugoslava, en opini¨®n de observadores pol¨ªticos. Por primera vez, Vremia (Tiempo), el informativo nocturno difundido en todas las cadenas televisivas sovi¨¦ticas, se retras¨® una media hora para permitir el fin de la retransmisi¨®n en directo de la sesi¨®n parlamentaria.
"A partir de ahora nosotros vamos a determinar nuestro tiempo", exclamaba el arquitecto Ignar Giujk, quien se muestra convencido de que los ritmos estonianos est¨¢n en concordancia con las ideas de Mijail Gorbachov sobre la democratizaci¨®n y la reforma pol¨ªtica.
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