Colgar al pirata
La calificaci¨®n del narcotr¨¢fico como delito internacional plantea problemas a la soberan¨ªa de los Estados
El problema del narcotr¨¢fico se compara en la conferencia de Viena, que tiene que redactar el convenio internacional contra el tr¨¢fico de drogas, con el de la pirater¨ªa y la esclavitud en el siglo pasado. La comunidad internacional, se dice, se encontr¨® entonces con un fen¨®meno que amenazaba la estabilidad de toda la estructura pol¨ªtica y econ¨®mica del sistema. Los piratas, al igual que los grandes narcotraficantes, controlaban incluso naciones o trozos de ellas y ten¨ªan un poder omn¨ªmodo al margen de las leyes. La soluci¨®n que se aplic¨® entonces, explican los expertos, es similar a la que ahora se propone, salvando las distancias. En aquella ¨¦poca se decidi¨® que "el primero que cogiera a un pirata, lo juzgaba y lo colgaba".El nuevo convenio internacional contra el tr¨¢fico de drogas, que delegados de 75 pa¨ªses han empezado a discutir en Viena bajo los auspicios de las Naciones Unidas, va a encontrarse con un escollo: la delicada cuesti¨®n de la sober¨¢n¨ªa de los Estados. El intento de convertir el narcotr¨¢fico en un delito internacional choca frontalmente con los ordenamientos jur¨ªdicos de muchos pa¨ªses.
Las posturas respecto a la dejaci¨®n de algunos puntos concernientes a la soberan¨ªa no son homog¨¦neas. M¨¦xico, por ejemplo, justo en el momento en que se dispone a estrenar una nueva Administraci¨®n, en un contexto que hace previsibles grandes cambios en su futuro, es uno de los pa¨ªses m¨¢s reacios a permitir que se cercene jur¨ªdicamente su soberan¨ªa. Su argumento parece convincente: si el tr¨¢fico de drogas, sus conexiones y la corrupci¨®n que extiende por donde pasa es una amenaza para la soberan¨ªa, no vamos a ser nosotros quienes, para acabar con ello, debilitemos antes esta soberan¨ªa.En otros pa¨ªses, sin embargo, no sucede lo mismo. En Colombia, por ejemplo, es evidente que las autoridades conceder¨ªan, si pudieran, la extradici¨®n de los m¨¢s notorios traficantes.El poder de los c¨¢rteles de Medell¨ªn y Cali es de gran calibre como lo demuestra el hecho de que el representante colombiano en la conferencia, Enrique Parejo Gonz¨¢lez, actual embajador en Praga, salv¨® la vida milagrosamente en un atentado en su anterior destino en Budapest, adonde hab¨ªa sido enviado por su Gobierno para evitar la venganza de los traficantes por su actuaci¨®n como ministro de Justicia.
Respuesta compleja
?Ha llegado el narcotr¨¢fico al mismo punto que alcanz¨® la pirater¨ªa y el tr¨¢fico de esclavos?, se preguntan muchos de los delegados presentes en Viena. Es evidente que en muchos pa¨ªses carentes de tradiciones democr¨¢ticas y de respeto a las libertades y a los derechos humanos la dejaci¨®n de soberan¨ªa que esta pregunta implica no tiene sentido. Una soluci¨®n radical siempre ser¨ªa bien acogida por el poder, salvo que actuara como protector de traficantes.En Oec¨ªdente y en Latinoam¨¦rica la respuesta es mucho m¨¢s compleja. Por ejemplo, muchas constituciones latinoamericanas prohiben la confiscaci¨®n de bienes -uno de los principales aspectos que el tratado prev¨¦contra los traficantes-, una regla democr¨¢tica destinada a impedir los abusos de los pol¨ªticos contra sus oponentes.
Tambi¨¦n la pretensi¨®n de impedir que el dinero del narcotr¨¢fico se reintegre, previo blanqueo, en las venas del sistema econ¨®mico internacional pondr¨¢ sin duda a prueba a los delegados. ?Hasta qu¨¦ punto la banca y el sistema financiero est¨¢n dispuestos a hacerse transparentes a los investigadores? ?Hasta qu¨¦ punto esta es un arma que puede ser utilizada pol¨ªticamente?
La opini¨®n general en Viena es que el s¨ªmil de la pirater¨ªa podr¨ªa hacerse muy pronto realidad por la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica, dispuesta a perder algunos derechos para acabar con una situaci¨®n insostenible.
Los delegados tampoco las tienen todas consigo. "No estamos aqu¨ª discutiendo una legislaci¨®n internacional sobre derechos de autor o cualquier otra cuesti¨®n de este tipo en la que nadie es un objetivo concreto", recuerda un delegado, "sino que estamos yendo contra una gente concreta que se juega mucho y que es capaz de cualquier cosa".
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