Vuelven a escucharse los sonidos de los setenta

La guitarra, s¨ªmbolo del rock durante los a?os sesenta y setenta y marginada del desarrollo tecnol¨®gico de la m¨²sica en los ochenta, record¨® el pasado fin de semana en Londres sus momentos de esplendor. Ocho veteranos guitarristas de diversos estilos ofrecieron un espect¨¢culo de tres horas de duraci¨®n ante las 4.000 personas que abarrotaron el teatro Hammersmith Odeon. "Nuestra generaci¨®n convirti¨® el blues en rock", declar¨® Alvin Lee -uno de los m¨²sicos participantes- a este peri¨®dico poco antes del recital, 'y por eso este concierto puede considerarse hist¨®rico".

Los carteles de no hay billetes colgaban de las taquillas del teatro Hammersmith Odeon, uno de los templos de la m¨²sica brit¨¢nica. Londres, una ciudad donde hablar de m¨²sica es hablar de modas, recibi¨® con los brazos abiertos a ocho de los mejores guitarristas de la d¨¦cada de los setenta, en un concierto llamado La noche de las guitarras. Alvin Lee (del grupo Ten Years After), Robbie Krieger (de los Doors), Randy California (de Spirit), Steve Howe (rniembro de Yes y fundador de Asia), Leslie West (de Mountain), Peter Haycock (de la Climax Blues Band), Steve Hunter (el rey de los guitarristas a sueldo) y Robin Trower (m¨²sico de densa carrera solista) fueron los escogidos, ilustres veteranos con una media de edad superior a los 40 a?os.El recital fue la presentaci¨®n oficial del ¨¢lbum Guitar speak, ¨²ltimo lanzamiento de No Speak, un sello intrumental dirigido por Miles Copeland. "muchos creen", afirm¨® Copeland, "que como la base del disco y de la gira es m¨²sica de instrumental de guitarras, somos una uproximacion a la new age o alg¨²n otro invento parecido. Lo nuestro es simplemente rock, y no tiene nada que ver con los sonidos que escuchan los yuppies cocain¨®manos cuando juegan al squash".

Tres horas

Durante tres horas, los ocho m¨²sicos fueron apareciendo en escena de modo aparentemente an¨¢rquico, en solitario o forrnando d¨²os, para interpretar un par de viejos ¨¦xitos y alguna nueva composici¨®n. Uno de los primeros en aparecer fue Robbie Krieger, compa?ero de Jim Morrison en los Doors: "S¨ª, hay un poco de nostalgia en todo esto", declar¨®, "pero de un modo sano. En los a?os setenta quer¨ªamos tocar mil notas a la vez, y los guitarristas actuales buscan la melod¨ªa. Me quedo con el presente".Steve Howe, un mito del rock sinf¨®nico tras su paso por el grupo Yes, sorprendi¨® a todos con un tema country, interpretado inmediatamente despu¨¦s de la dur¨ªsima actuaci¨®n de un demacrado Leslie West. "Somos seis personalidades muy distintas y muy fuertes", comentaban ambos unas horas antes del concierto, "pero si hemos tenido alg¨²n problema durante el d¨ªa, se arregla por la noche en el escenario. Pura magia".

El m¨¢s r¨¢pido y espectacular fue Alvin Lee, tan locuaz con su guitarra como en sus declaraciones: "Cuando nosotros empez¨¢bamos todo era rhythm and blues, y todos quer¨ªamos tocar como B. B. King. Ahora hay muchos estilos donde elegir, pero lo cierto es que un buen guitarrista es un buen guitarrista en cualquier circunstancia y en cualquier ¨¦poca", aseguraba. "El d¨ªa 1 de diciembre comienzar¨¦ una gira europea con los originales Ten Years After, y es muy posible que actuemos en Espa?a".

Para terminar el concierto, las seis leyendas se reunieron en el escenario y recordaron a Chuck Berry interpretando un memorable Johnny B. Good, con todo el p¨²blico puesto en pie. Coincidiendo con los ¨²ltimos acordes, Alvin Lee levant¨® su vieja guitarra Gibson, la misma con la que toc¨® en el festival de Woodstock, y dijo: "Las guitarras nunca morir¨¢n".