El piano del ministro
El Ministerio de Defensa pone un mill¨®n de pesetas de sus fondos para colocar a su ministro un piano en casa. Actuaci¨®n t¨¦cnicamente impecable, porque lo importante no es el beneficio personal que el ministro haya podido obtener consiguiendo que, gracias al plano, millones de espa?oles le vean ahora como un hombre entra?able, culto, pacifista, ecologista, humano y amante de la m¨²sica de Mozart. No. En absoluto. Lo importante del piano es que, con tan s¨®lo un mill¨®n de pesetas del ministerio, el ministro Serra pudo ponerse, con autoridad y experiencia, a los mandos del piano aquella famosa noche de los pianos largos, en la rampa de lanzamiento tariro, tariro, que generosamente le ofreci¨® La Trinca. Aquella noche, el ministerio, con apenas un mill¨®n, consigui¨® que millones de espa?oles contrarios en principio y por principios al multimillona-Pasa a la p¨¢gina siguiente
El piano del ministro
Viene de la p¨¢gina anteriorrio derroche belicista quedaran convencidos de que las bombas son artefactos buc¨®licos que arrullan a los conejos de Anchuras, que los 100 cazas de 2.600 millones de pesetas cada uno son para proteger a los buitres negros de los peligrosos ga?anes del lugar, que la OTAN es una instituci¨®n filantr¨®pica y la UEO son las cuatro esquinitas que tiene mi cama, con los cuatro angelitos que la acompa?an al ritmo de La Internacional si es necesario. La dulce m¨²sica de Mozart que sali¨® de aquel piano nos hizo olvidar que cada caza que se cae son 2.600 pianos que se estrellan o que las armas nucleares norte americanas en tr¨¢nsito por Espa?a son como santa Teresa: "Viven sin vivir en ellas".- Pedro Prieto P¨¦rez. .
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