'Morir' por la Ley 30
Catedr¨¢ticos de universidad presionan a Solana para que haga optativa la jubilaci¨®n a los 65 a?os
Una salva de aplausos acogi¨® el anuncio de que el psiquiatra Carlos Castilla del Pino regresar¨ªa a la universidad para impartir un breve ciclo de tres clases. El profesor, que con 65 a?os abandon¨® la c¨¢tedra en, C¨®rdoba, no pudo reprimir un sentimiento de satisfacci¨®n. Los alumnos no le hab¨ªan olvidado. "La ley me oblig¨® a dar la ¨²ltima clase el 115 de octubre de 1987 y el primer a?o he sufrido el s¨ªndrome de abstinencia", dice. Como ¨¦l, otros muchos catedr¨¢ticos han visto acortada su vida acad¨¦mica en cinco a?os (de los 70 a los 65) desde la entrada en vigor en 1984 de la ley Moscoso.
La lista es larga. Son cerca de 300 catedr¨¢ticos y unos 230 profesores titulares de universidad los que han dicho adios a las aulas bastante antes de lo que esperaban, una buena parte de ellos en la Universidad Complutense de Madrid. De ella han salido por la v¨ªa de la ley Moscoso, Fernando Garrido Falla, Jos¨¦ Luis Pinillos, Eduardo Garc¨ªa de Enterr¨ªa, Jos¨¦ Luis Sampedro, Manuel Fraga y Manuel Alvar, entre otros.Desde que comenz¨® este exilio de nombres conocidos las cr¨ªticas llovieron sobre el equipo del anterior responsable de Educaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, sin que el ministro, famoso por su firmeza, dudara ni un instante sobre la justeza del giro legislador. A las voces que se alzaban contra "la creciente descapitalizaci¨®n de la universidad espa?ola", respond¨ªa un silencio jalonados de actos de despedida.
Pero la llegada a Alcal¨¢ 34 de un veterano pol¨ªtico como Javier Solana ha hecho concebir esperanzas a los defensores de los vicios criterios. A aquellos que piensan como el economista Fabi¨¢n Estap¨¦ que "tambi¨¦n en la universidad hay que volver al ancho de v¨ªa europeo". Y eso que este profesor, -al que en Barcelona han dedicado programas de radio y homenajes acad¨¦micos a raiz de su retiro-, ha visto mitigada su separaci¨®n de la c¨¢tedra en la Universidad de Barcelona por la designaci¨®n de em¨¦rito Una figura con la que se preten d¨ªa mantener al profesor jubilado vinculado a la universidad un par de a?os m¨¢s, aunque el t¨ªtulo se conserva para siempre.
Un insulto rimbombante
Pero est¨¢ definici¨®n no es compartida por el grueso de los docentes. Para Enrique Fuentes Quintana, un economista que alcanzar¨¢ la edad de jubilaci¨®n el curso pr¨®xirno "es s¨®lo una forma de insultar a los catedr¨¢ticos con una palabra rimbombante. Al em¨¦rito no le queda ni un despacho, y eso sin contar las dificultades que entra?a la designaci¨®n en manos de compa?eros del departamento y de los propios alumnos".A Francisco Rodr¨ªguez Adrados, por ejemplo, la obtenci¨®n del emeritazgo le cost¨® un a?o de tiras y aflojas con los compa?eros de departamento que, seg¨²n explica el catedr¨¢tico de griego, "aprovecharon el momento para sacar a relucir viejas rencillas". Al final tuvo que intervenir el propio rector de la Complutense para que recibiera ese t¨ªtulo que, al menos, supone una aportaci¨®n econ¨®mica al sueldo de retiro que se sit¨²a en torno a las 156.000 pesetas. Fernando L¨¢zaro Carreter, jubilado este mismo curso con todos los honores, ni siquiera solicit¨® esta prebenda en vista de c¨®mo estaban las cosas.
L¨¢zaro Carreter se refiri¨® p¨²blicamente al sistema de designaci¨®n y a la propia figura del em¨¦rito como algo "humillante" y, profesores m¨¢s j¨®venes como el catedr¨¢tico de F¨ªsica de la Aut¨®noma de Madrid, Fernando Florez, de 49 a?os, no dejan de reconocer que, efectivamente, "a veces se han esgrimido razones pol¨ªticas para dar o no dar el t¨ªtulo de em¨¦rito a un profesor sin fijarse en su calidad docente".
Pero en estas cuestiones Educaci¨®n no tiene nada que decir, "es algo que est¨¢ en manos de cada universidad", repiten los colaboradores del ministro, que lo han sido tambi¨¦n de Maravall. Y lo que har¨¢ la Administraci¨®n es "ampliar el porcentaje de em¨¦ritos, que es ahora del 270, en aquellas universidades que como Madrid y Barcelona, tienen una plantilla muy numerosa".
Otros funcionarios
Nada hace pensar, pues, que la ley Moscoso vaya a ser retocada. "Qu¨¦ dir¨ªan los dem¨¢s funcionarios. Los inspectores de Hacienda que se encuentren en buena forma a los 65 a?os, o los empleados de Correos", opina un alto cargo que apuesta decididamente por la juventud en la universidad. Claro que otros consideran como Fuentes Quintana que, "no es igual estar ocho horas peng¨¢ndo sellos que subirse a un estrado. Esto es algo tan vocacional, que no puede compararse con otras tareas".Aunque muchas de las grandes figuras no han pisado tanto las aulas como hubieran querido sus alumnos, en funci¨®n precisamente, de sus m¨²ltiples ocupaciones. "Eso depende de cada catedr¨¢tico, pero para m¨ª hay una enorme simbiosis entre el despacho y la universidad", opina Manuel Clavero, ex ministro de UCD y catedr¨¢tico de Derecho Administrativo en Sevilla. A Clavero todav¨ªa le quedan tres a?os para despedirse de las clases y, su situaci¨®n econ¨®mica no es precisamente precaria, aunque se lamenta de que su sueldo lleve a?os congelado, "por no ser profesor a dedicaci¨®n completa".
?l es de los que creen que la jubilaci¨®n anticipada "es una verdadera sangr¨ªa para la universidad, en la que faltan profesores. Nos echan cuando nos encontramos en nuestro mejor momento, porque ya no repetimos los libros y empezamos a decir cosas nuestras".
La lecci¨®n magistral
Tambi¨¦n prefiere su madurez docente Castilla del Pino, que no es profesor em¨¦rito porque los estatutos de la universidad de C¨®rdoba le exig¨ªan una antig¨¹edad de 20 a?os en el centro. "Mis ¨²ltimas clases eran mucho mejores, m¨¢s clarificadoras que las primeras", dice, atribuy¨¦ndo sobre todo a la experiencia, "tan importante en Medicina", las razones de esa superioridad. Seg¨²n este psiquiatra "al profesor de prestigio que llega a esa edad deviera reservarsele para la lecci¨®n magistral. Algo muy denostado, pero que yo nunca he ca¨ªdo en el error de denostar, porque cumple un cometido esencial que es ense?ar a los alumnos la l¨®gica del discurso".Otros profesores jubilados por la ley Moscoso, como Carmen Albert Polo de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia han sustituido las quejas por la acci¨®n judicial con notable ¨¦xito. La Audiencia de Valencia ha desestimado su pretensi¨®n de reintegrarse a su puesto al considerar que la nueva legislaci¨®n supone la derogaci¨®n de la anterior pero, obliga a la Administraci¨®n a indemnizarla por la p¨¦rdida econ¨®mica que sufri¨® a partir de su jubilaci¨®n en 1986. "Me qued¨¦ con 70.000 pesetas al rnes", explica esta profesora, que ha conseguido el titulo de em¨¦rita. Tambi¨¦n en la Aut¨®noma de Madrid ha podido acceder a esta categoria un amplio porcentaje de los recientes jubilados. Pese a ello, su rector, Cayetano L¨®pez Mart¨ªnez, de 42 a?os, reconoce que ha habido peque?os problemas con esta cuesti¨®n, "que se ha dramatizado en exceso, porque no todos los profesores que se han ido representaban una p¨¦rdida importante para la universidad". Pero de todos modos, a?ade "quiz¨¢s hubiera sido preferible, dada la irritaci¨®n que ha provocado, hacer optativo el retiro a partir de los 65 a?os".
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