Mois¨¦s, en las Naciones Unidas
Gorbachov llega a Nueva York como el l¨ªder que ha conducido a su pueblo en la traves¨ªa del desierto

Mijail Gorbachov se presentar¨¢ ante la opini¨®n p¨²blica mundial desde la tribuna de las 'Naciones Unidas esta semana como un "Mois¨¦s que ha conducido a su pueblo en la traves¨ªa del desierto". La imagen b¨ªblica, empleada por un diplom¨¢tico occidental, se refuerza con el comentario de un alto funcionario del partido comunista sovi¨¦tico, Nikolai Shishlin, en Washington. ?ste consideraba la visita de su jefe m¨¢ximo como un "regalo de Navidad a los americanos y a la humanidad". El regalo de Navidad ser¨¢, seg¨²n los indicios, nuevas ofertas de desarme y nuevas propuestas de cooperaci¨®n presentadas con la mejor imagen que ha tenido la URSS en muchas d¨¦cadas.
Esta imagen, sin embargo, no garantiza la futura estabilidad del pa¨ªs. Los factores internos definidos por la reforma pol¨ªtica y econ¨®mica, dictan la activa pol¨ªtica exterior de Mijail Gorbachov, ansioso e impaciente por cerrar frentes de conflicto y desgaste con objeto de concentrarse en la modernizaci¨®n de un pa¨ªs que pierde el paso en la carrera tecnol¨®gica.El equipaje de Gorbachov ante las Naciones Unidas es excelente en pr¨¢cticamente todos los campos. El di¨¢logo va ganando terreno a la confrontaci¨®n en los conflictos regionales donde Mosc¨² est¨¢ involucrado directa o indirectamente, desde Afganist¨¢n a Angola, pasando por Camboya. Qian Quichen fue, la semana pasada, el primer ministro de Exteriores chino que visitaba Mosc¨² desde 1957, y el anuncio de una cumbre chino-sovi¨¦tica para la primera mitad de 1989 es un acontecimiento hist¨®rico. El acercamiento a Pek¨ªn refuerza la posici¨®n de Gorbachov, apunta hacia una pr¨®xima resoluci¨®n del conflicto de Camboya y evidencia el resultado positivo de las presiones de Mosc¨² sobre Hanoi, que en 1978 envi¨® sus tropas a Camboya.
Afganist¨¢n
En Afganist¨¢n, Mosc¨² ha suspendido la retirada de sus hombres, que, seg¨²n los acuerdos de Ginebra, deben abandonar completamente el pa¨ªs para el 15 de febrero pr¨®ximo. El cese de la retirada, no obstante, levanta pocas dudas sobre los deseos de Mosc¨² de sacar a sus tropas del pa¨ªs vecino. Representantes sovi¨¦ticos buscan el di¨¢logo con la oposici¨®n, sin excepciones, para garantizar una estabilidad el tras la retirada.Mosc¨² est¨¢ buscando un acercamiento a Israel y ha sido capaz de sacar partido al secuestro de un avi¨®n de Aeroflot en el C¨¢ucaso del Norte. El Iliushin 76 que aterriz¨® en Tel Aviv parece haber hecho m¨¢s por las relaciones entre ambos pa¨ªses, rotas en 1967, que a?os de rodeos.
Gorbachov podr¨ªa proponer en Nueva York un aumento del papel internacional de la ONU y una reducci¨®n de fuerzas convencionales en Hungr¨ªa y tal vez en Chevoslovaquia, seg¨²n opinan medios occidentales, que llaman la atenci¨®n sobre la reciente visita de Alexander YakovIev, ahora responsable de la comisi¨®n de Internacional del PCUS a Praga y Hungr¨ªa.
Tal eventualidad redondear¨ªa la reducci¨®n de tropas en Mongolia y en la frontera chino-sovi¨¦tica y facilitar¨ªa la conclusi¨®n de las conversaciones de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) de Viena y el inicio de las conversaciones sobre estabilidad convencional, que incluir¨ªan a los pa¨ªses neutrales.
No son descartables anuncios en el campo de los derechos humanos. La URSS est¨¢ liberando aceleradamente a sus prisioneros pol¨ªticos, y medios diplom¨¢ticos occidentales tienen la impresi¨®n de que no va a quedar ni uno solo conocido cuando Gorbachov pronuncie su discurso. La prohibici¨®n de viajar al extranjero que pesaba sobre 42 jud¨ªos debido a trabajos considerados secretos se ha levantado en v¨ªsperas del viaje.
Encuentros mensuales
El 7 de diciembre, Gorbachov dispondr¨¢, seg¨²n el protocolo, de dos horas y media para almorzar con Ronald Reagan y George Bush. Por lo visto, el dirigente sovi¨¦tico y sus anfitriones norteamericanos tienen una idea distinta del ¨¢gape. Reagan y Bush se lo imaginan como un acontecimiento social con conversaci¨®n difusa y temen que Gorbachov pudiera transformar el acto en una cumbre.Entre las cosas que Gorbachov tratar¨ªa de arrancar a sus anfitriones, se?alan medios sovi¨¦ticos, est¨¢ la celebraci¨®n de encuentros mensuales entre los ministros de Exteriores con objeto de poder firmar el a?o pr¨®ximo un tratado para la reducci¨®n de los misiles estrat¨¦gicos.
Cuba, el primer pa¨ªs latinoamericano que visita Gorbachov, entre el 9 y el 12 de diciembre, plantea un desaf¨ªo al nuevo pensamiento pol¨ªtico del l¨ªder sovi¨¦tico. Gorbachov acude al 30? aniversario de la revoluci¨®n cubana no s¨®lo como un comunista, sino, sobre todo, como un hombre de Estado con responsabilidades planetarias, y es previsible que intente convencer a Castro para que se mantenga al margen de los conflictos b¨¦licos centroamericanos y busque v¨ªas de di¨¢logo con EE UU. En cualquier caso, Gorbachov no va a leerle la cartilla a Castro.
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