Dos consorcios europeos presentan su oferta final para la construcci¨®n del primer sat¨¦lite espa?ol

Los dos grupos europeos que se mantienen en competencia para lograr la adjudicaci¨®n del sat¨¦lite espa?ol de comunicaciones, que ser¨ªa lanzado antes de 1992, han presentado en los ¨²ltimos d¨ªas su oferta final al Gobierno espa?ol. El consorcio formado por las empresas MBB, Aerospatiale y Alcatel Espace present¨® su oferta el pasado 1 de diciembre, mientras que el otro, liderado por Matra y con la participaci¨®n de British Aerospace y otras, lo hizo ayer, viernes. Ambos grupos tienen una importante presencia francesa.

La comisi¨®n evaluadora del Ministerio de Transportes y Comunicaciones debe estudiar ahora estas ofertas y tomar una decisi¨®n, que se espera para las pr¨®ximas semanas. Fuentes de los dos consorcios, presentes en el sal¨®n Technospeace 88, que se celebra estos d¨ªas en Burdeos, coincidieron en se?alar a este peri¨®dico que el tiempo empezar¨¢ a ser un problema cr¨ªtico si no se toma la decisi¨®n antes de fin de a?o. El plazo habitual para la construcci¨®n de sat¨¦lites semiconvencionales de telecomunicaci¨®n, como es considerado el espa?ol en medios t¨¦cnicos, es de tres a?os.El Gobierno espa?ol quiere disponer de un sistema propio de sat¨¦lite -ya conocido como Ibersat- para las olimpiadas de 1992, y debe negociar todav¨ªa su lanzamiento. Si, como es previsible, se elige la opci¨®n europea, el cohete Ariane, buscar un hueco en el apretado programa de lanzamientos de este cohete puede constituir un segundo problema, seg¨²n fuentes del sector.

34.000 millones de pesetas

El Gobierno espa?ol recibi¨® el pasado mes de octubre cuatro ofertas, las dos citadas m¨¢s una de la empresa norteamericana Hughes Aircraft, bastante m¨¢s cara, y otra encabezada por la firma italiana Selenia.Dada la premura con que fueron solicitadas las ofertas -dos meses- en las ¨²ltimas semanas y tras descartar las de Hughes y Selenia, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha mantenido contactos con las restantes ofertas para negociar el m¨¢ximo de retornos industriales y compensaciones posibles en un sistema cuyo costo total, incluidos los lanzamientos, se eleva a 300 millones de d¨®lares (unos 34.000 millones de pesetas).

La falta de tiempo juega en contra de la participaci¨®n de la industria espa?ola en el proyecto. El Gobierno solicit¨® en principio unos retornos industriales cercanos al 100%. Mientras en Aerospatiale piensan que ofrecer m¨¢s de un 15% a un 20% de participaci¨®n, directa de empresas espa?olas es un t¨®pico, en Matra se limitan a comentar que su ¨²ltima oferta cumple lo exigido por el Gobierno espa?ol. La soluci¨®n radica, al parecer, en ofrecer compensaciones simult¨¢neas al proceso de construcci¨®n del sat¨¦lite en el sector espacial (muy limitado) o en sectores cercanos (como el aerona¨²tico).

En ambas ofertas se ha se?alado a ciertas empresas espa?olas con experiencia en el sector aeroespacial -CASA, CRISA, Inisel y Ceselsa, entre ellas- como posibles participantes en el proyecto. Tambi¨¦n se ha barajado la posibilidad de realizar transferencias de tecnolog¨ªa mediante la creaci¨®n de nuevas empresas.

Necesidad para 1992

Los dos consorcios europeos tienen una amplia experiencia en la construcci¨®n de sat¨¦lites meteorol¨®gicos, de telecomunicaci¨®n y de televisi¨®n directa. MBB tiene un convenio con Aerospatiale, al igual que Matra lo tiene con British Aerospace para construir lo que se llama la plataforma del sat¨¦lite.Para la carga ¨²til, la electr¨®nica (canales y l¨ªneas telef¨®nicas), ambos consorcios buscan compa?eros seg¨²n lo que pida el cliente. Las empresas francesas Aerospatiale y Matra tambi¨¦n colaboran en algunos proyectos, como fue el caso del sat¨¦lite franc¨¦s de teledetecci¨®n Spot y de hecho tienen a repartirse el mercado.

El Gobierno espa?ol ha solicitado dos ofertas distintas a cada grupo. Una comprende dos sat¨¦lites en funcionamiento m¨¢s el segmento de tierra (estaciones de seguimiento y control), y la otra a?ade un sat¨¦lite m¨¢s, de reserva, que permanecer¨ªa desmontado.

Este ¨²ltimo sat¨¦lite s¨®lo se montar¨ªa y lanzar¨ªa en caso de aver¨ªa de uno de los dos situados en el espacio. El sat¨¦lite espa?ol ser¨¢ de comunicaciones, no apto para las emisiones directas de televisi¨®n, y representa, seg¨²n algunas fuentes extranjeras del sector, una necesidad perentoria ante el a?o 1992, dada la pobre estructura de las comunicaciones espa?olas.