Los servicios e radioterapia, insuficientes
La mayor¨ªa de los enfermos de c¨¢ncer tienen que salir de su regi¨®n para ser atendidos correctamente
S¨®lo uno de cada cuatro espa?oles dispone en su misma ciudad de servicios de radioterapia, t¨¦cnica especialmente indicada para combatir el c¨¢ncer, adem¨¢s de otras dolencias. De los 115.000 nuevos casos de esta enfermedad que aparecen en nuestro pa¨ªs cada a?o, la mitad deber¨ªa tratarse con aparatos de alta tecnolog¨ªa, como aceleradores lineales o bombas de cobalto. Pero, debido a su escasez, nada m¨¢s que una cuarta parte de los nuevos enfermos puede recibir estos servicios. En Espa?a hay menos de 90 aparatos de radioterapia (incluyendo hospitales p¨²blicos y privados). Para cubrir las necesidades se necesitar¨ªan unos 300, seg¨²n varios especialistas.
Ante esta situaci¨®n hospitales de Madrid y Barcelona se ven obligados a absorber a una poblaci¨®n creciente que presenta problemas oncol¨®gicos. Actualmente no existen unidades de tratamiento con tecnolog¨ªa avanzada en Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha, Extremadura y gran parte de Andaluc¨ªa.En Madrid disponen de servicios de radioterapia los hospitales Puerta de Hierro, Gregorio Mara?¨®n y Doce de Octubre. Tambi¨¦n tienen este servicio, aunque insuficientemente dotados, La Residencia Sanitaria La Paz, el hospital Ram¨®n y Cajal, y la cl¨ªnica de La Concepci¨®n. En Barcelona los mejor dotados son los centros de Bellvitge, Valle de Hebr¨®n y San Pablo. En otros puntos de Espa?a hay unidades aisladas, en muchos casos envejecidas.
Falta de medios
Para Eduardo Lanz¨®s, jefe del servicio de radioterapia del hospital Doce de Octubre, "la realidad es que a muchos enfermos no se les diagnostica, se les trata parcialmente o se encuentran en laslistas de espera". En su servicio se recibe a m¨¢s de 1.000 enfermos nuevos al a?o procedentes de distintos puntos de Espa?a. Dispone de un solo acelerador y dos unidades de cobalto. Este equipo, a su juicio, es insuficientes para atender satisfactoriamente a esa demanda.
Lanz¨®s se queja de que desde 1978 no se haya renovado la dotaci¨®n tecnol¨®gica del servicio de radioterapia. La falta de medios hace que el acelerador tenga ya 13 a?os (su vida m¨¢xima aconsejable est¨¢ entre los 8 y 10 a?os) y que las fuentes de cobalto no se hayan sustituido desde 1976.
Una situaci¨®n parecida describe Jos¨¦ Otero Luna, jefe del servicio de radioterapia del hospital Puerta de Hierro, para quien "en Espa?a unos 70.000 enfermos necesitan radioterapia, pero s¨®lo se est¨¢ tratando a la mitad y a muchos de estos, mal".
Jos¨¦ Otero calcula que en nuestro pa¨ªs, para un buen funcionamiento, se necesitar¨ªan 100 unidades de cobalto y 200 aceleradores lineales. Recuerda que en Estados Unidos hay 670 bombas de cobalto y 1.300 aceleradores, "una desigualdad", dice, "que no se justifica por las diferencias de econom¨ªa y de poblaci¨®n".
Los especialistas coinciden en que la mayor inversi¨®n deber¨ªa centrarse en la adquisici¨®n de aceleradores lineales, cuyas ventajas sobre las antiguas bombas de cobalto son manifiestas: energ¨ªa superior, mayor penetraci¨®n, menor da?o para la piel y haz de radiaci¨®n m¨¢s perfilado y n¨ªtido. El precio de un acelerador ronda los 100 millones de pesetas. Si, adem¨¢s de rayos X de alta energ¨ªa, lleva incorporada la producci¨®n de electrones, su coste se puede elevar hasta los 170 millones de pesetas.
En Espa?a s¨®lo 46 bombas de cobalto y 19 aceleradores se encontraban en buen estado de funcionamiento a finales de 1987. El dato aparece en el Libro Blanco del C¨¢ncer, redactado por especialistas de las diversas sociedades oncol¨®gicas espa?olas y entregado al Ministerio de Sanidad el pasado mes de diciembre. Seg¨²n sus conclusiones, en nuestro pa¨ªs falta tecnolog¨ªa para la mitad de los enfermos de c¨¢ncer, lo que impide que sea mayor el n¨²mero de curaciones, que ahora superan ligeramente el 50%.
El presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Radioterapia y Oncolog¨ªa, Jordi Craven-Bartle, que coordin¨® los trabajos del Libro Blanco, declara que en el informe "s¨®lo aport¨¢ barios datos sin culpar a la Administraci¨®n, pero casi ha pasado un a?o desde que lo entregamos y ahora s¨ª les culpamos de no haber hecho nada cuando ya conocen la situaci¨®n tan cr¨ªtica que describ¨ªamos".
En su opini¨®n, es urgente elaborar un Plan Nacional del C¨¢ncer, con independencia de que las comunidades aut¨®nomas desarrollen posteriormente actuaciones particulares en sus territorios. Craven-Bartle comenta que, tras conocer los resultados del Libro Blanco, el Ministerio de Sanidad reuni¨®, en marzo pasado, a un grupo de especialistas, aunque, desde entonces, no ha habido nuevos contactos.
Los viajes de Cristina
Ida y vuelta dos veces al d¨ªa. As¨ª durante las tres jornadas previas al trasplante de m¨¦dula ¨®sea (TMO), ¨²ltima tentativa para salvar su vida. Cristina, de 14 a?os, recuerda con desagrado sus viajes por el atasco de Madrid. "Iba dando tumbos y cada d¨ªa me encontraba peor, porque las sesiones eran m¨¢s fuertes".Se someti¨® a un trasplante de m¨¦dula a mediados de julio en el hospital Ram¨®n y Cajal, un centro p¨²blico de grandes dimensiones que carece de un servicio de radioterapia bien dotado. Por esta raz¨®n, ten¨ªa que trasladarse hasta el Puerta de Hierro para recibir las radiaciones previas al trasplante, t¨¦cnica que, sin embargo, no se realiza en este hospital.
El TMO requiere altas y progresivas dosis de quimioterapia y radioterapia para anular la actividad de la m¨¦dula enferma del paciente, a fin de que pueda recibir otra limpia de c¨¦lulas cancer¨ªgenas. El enfermo debe mantenerse en condiciones de asepsia. Su falta de defensas puede hacerle v¨ªctima de cualquier infecci¨®n, que en su estado de precariedad inmunol¨®gica tendr¨ªa consecuencias fatales.
"Las ambulancias eran viejas y sucias", comenta Cristina, "y a veces ten¨ªamos que estarlas esperando un rato en la puerta porque no ven¨ªan".
?scar, de 8 a?os, tuvo peor suerte. Su ambulancia se qued¨® averiada en un camino alternativo hasta la cl¨ªnica Puerta de Hierro para evitar el centro de Madrid. Mientras el conductor buscaba la aver¨ªa, la madre del ni?o se angustiaba tratando de encontrar un taxi. ?scar esperaba sentado dentro de la ambulancia, en pijama, con miedo y fr¨ªo.
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