El universo de Garc¨ªa Lorca, en im¨¢genes
Una exposici¨®n re¨²ne bocetos y maquetas de un teatro lorquiano
El Museo del Teatro de Barcelona acoge hasta finales de febrero la exposici¨®n de los bocetos creados por el pintor catal¨¢n Frederic Amat para la escenograf¨ªa de El p¨²blico, de Federico Garc¨ªa Lorca, puesto en escena por el Centro Dram¨¢tico Nacional, as¨ª como las maquetas para un teatro lorquiano, que no lleg¨® a construirse, creadas por el propio Amat y el escen¨®grafo Fabi¨¤ Puigserver. La muestra se exhibir¨¢ seguidamente en el teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid y en el palacio de los condes de Gavia, de Granada.
En el verano de 1986, el calor era intenso en Barcelona, aunque no comparable a la can¨ªcula granadina de los meses estivales. Sin embargo, el estudio del pintor Frederic Amat conten¨ªa e incluso irradiaba ardores e intensidades desde los que reverberaban la figura, el universo po¨¦tico y la huella en el tiempo de un artista asesinado medio siglo atr¨¢s en la ciudad andaluza: Federico Garc¨ªa Lorca. Amat y el escen¨®grafo Fabi¨¤ Puigserver se hallaban empe?ados desde la primavera de ese a?o en un proyecto ut¨®pico y maravilloso, la recreaci¨®n pl¨¢stica del universo de Garc¨ªa Lorca sobre la base material de un escenario itinerante que deb¨ªa acoger montajes sobre la obra esc¨¦nica del poeta.El que deb¨ªa ser un teatro desmontable y transportable -el Teatro Federico Garc¨ªa Lorca- surgi¨® de la imaginaci¨®n de Puigserver como apoyo al montaje sobre El P¨²blico, la obra m¨¢s maldita, transgresora y atrevida de Lorca, en el que por entonces comenzaba a trabajar Llu¨ªs Pasqual para una coproducci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional, el Piccolo Teatro de Mil¨¢n y el Th¨¦?tre de l'Europe. Amat ten¨ªa ante s¨ª, adem¨¢s de la decoraci¨®n de la fachada e interiores del espacio esc¨¦nico ideado por Puigserver, el desaf¨ªo de crear los elementos pl¨¢sticos de la escenograf¨ªa para la puesta en escena de El P¨²blico.
No se construy¨®
Finalmente, el Teatro Garc¨ªa Lorca, que se preve¨ªa con una capacidad para 400 espectadores y de unas dimensiones de 35 metros de longitud por 30 de anchura y 13 de altura, no lleg¨® a construirse, entre otras razones, por su coste estimado, superior a los 400 millones de pesetas. Sin embargo, el esfuerzo imaginativo de Amat y Puigserver qued¨® plasmado en dos, impresionantes maquetas del interior y el exterior del edificio y en una no menos impresionante serie de dibujos, apuntes, bocetos y pinturas de Amat, en las que el artista evoca y recrea las im¨¢genes del mundo lorquiano, aproxim¨¢ndolas a la contemporaneidad.Estas maquetas, m¨¢s una selecci¨®n de cerca de doscientos dibujos y pinturas de Amat, se exponen ahora -y hasta finales de febrero- en el Palau Guell (Museu del Teatre) de la Diputaci¨®n de Barcelona y posteriormente se exhibir¨¢n en el Teatro Mar¨ªa Guerrero (Centro Dram¨¢tico Nacional) de Madrid y en el palacio de los condes de Gavia de Granada. La exposici¨®n evidencia la intensidad del esfuerzo creativo de Amat y Puigserver, al tiempo que muestra una vez m¨¢s lo ins¨®lito -y lo feliz- que puede ser el resultado del empe?o de un creador pl¨¢stico por evocar y trasmutar la magia de la palabra.
A la hora de acometer el desaf¨ªo lorquiano, Amat eligi¨®, en congruencia con su propia inclinaci¨®n, los inciertos, aunque prometedores, caminos de la pasi¨®n y la osad¨ªa.
El resultado, que en agosto de 1986 llenaba las paredes y pr¨¢cticamente todas las superficies ¨²tiles de su estudio barcelon¨¦s pocos meses despu¨¦s de iniciada la tarea, era el producto de un rastreo exhaustivo y pr¨¢cticamente obsesivo de todos los referentes visuales del universo de Lorca, desde el trompe l'oeil del refectorio de la Cartuja de Granada pintado por Fray Juan S¨¢nchez Cot¨¢n hasta im¨¢genes aparentemente inconexas de caballos, clavos, crucifijos, esqueletos, espadas y tricornios, pasando por la propia producci¨®n pl¨¢stica del poeta.
Puede decirse que Amat experiment¨® una verdadera pasi¨®n lorquiana durante el per¨ªodo de gestaci¨®n de esta obra, espoleado adem¨¢s por el reto que significaban determinados motivos que la escenograf¨ªa y la misma po¨¦tica de Lorca hac¨ªan surgir casi autom¨¢ticamente, motivos como el Cristo, l¨¢tigos, granadas y p¨¢jaros o huellas de p¨¢jaro, que remiten a una tradici¨®n amplia. La aproximaci¨®n sobria, casi parca, de marcadas evocaciones eleg¨ªacas con que Amat ha plasmado su inmersi¨®n en el oc¨¦ano po¨¦tico de Lorca dif¨ªcilmente podr¨ªa ser m¨¢s adecuada a la atm¨®sfera misma de El P¨²blico.
Al mismo tiempo la escenograf¨ªa de Amat -que form¨® parte de la puesta en escena de la obra en su estreno mundial- remite claramente al espectador a la sensualidad, modernidad, paradoja y voluntad transgresora del autor de Poeta en Nueva York.
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