El pasteluro 'herr' Udo
Pol¨ªticos austriacos cubren a un supuesto asesino
Udo Proksch, alias Serge Kirchhofer, de 54 a?os, es un hombre de negocios austriaco que se jacta de ser amigo de Imelda Marcos, Idi Am¨ªn y Muammar el Gaddafi. Tambi¨¦n es un antiguo admirador del ex canciller Bruno Kreisky, a quien financi¨® su ¨²ltima campa?a electoral. Su nombre est¨¢ ligado al estallido en las aguas del indico, a las 15.30 del 23 de enero de 1977, de su buque Lucona, que desapareci¨® en dos minutos con seis de sus 12 tripulantes.
El naufragio se ha convertido en una prueba pol¨ªtica para el Gobierno austriaco. Una comisi¨®n parlamentaria ad hoc investiga las conexiones pol¨ªticas que envolvieron hasta ahora de impunidad a Udo Proksch, acusado de provocar el hundimiento del Lucona para cobrar una p¨®liza millonaria por una carga que ¨¦l hab¨ªa catalogado en la compa?¨ªa de seguros como "maquinaria para procesar uranio" y que era tan s¨®lo chatarra laqueada.Varias veces casado, siempre con rubias y estilizadas arist¨®cratas, logr¨® un nombre en la escena de Viena. Serge Kirchhofer o Udo Proksch, ahora pr¨®fugo y en paradero desconocido, coquete¨® con ¨¦xito en varias profesiones. Se autoproclam¨® dise?ador industrial creando la l¨ªnea internacional de gafas Viennaline y es due?o de la famosa confiter¨ªa Demel, que abastec¨ªa ya hace un siglo a la dinast¨ªa de los Hagsburgo.
En el piso superior de la confiter¨ªa, herr Udo, como le llaman las camareras, que defienden a su patr¨®n a capa y espada, cre¨® el exclusivo Club 45, llamado tambi¨¦n por los enemigos de los socialdem¨®cratas la Logia Roja. Entre los habituales estaba el ministro del Interior, Karl Blecha, y el presidente del Parlamento, Leopold Gratz. En las reuniones, reservadas y s¨®lo para hombres, se nombraba o cesaba a los ministros y se tapaban los esc¨¢ndalos y corrupciones que han caracterizado los ¨²ltimos a?os de vida pol¨ªtica en Austria.
La coalici¨®n gubernamental austriaca, conservadores y socialdem¨®cratas, hubiese preferido mantener el mutismo sobre el caso Lucona. La creaci¨®n de esta comisi¨®n parlamentaria es el primer ¨¦xito de los partidos de oposici¨®n, los verdes y los liberales, populistas de derecha. Ante ella, oficiales de la polic¨ªa criminal aseguraron haber recibido ¨®rdenes del ministro del Interior, en 1983, para cortar las investigaciones en contra de Proksch.
M¨¢s afectado si cabe por el esc¨¢ndalo est¨¢ el presidente del Parlamento, Leopold Gratz, amigo desde hace 25 a?os del pr¨®fugo. En su etapa de ministro de Asuntos Exteriores colabor¨® enviando documentos falsificados para facilitarle una coartada a Proksch.
Despu¨¦s del hundimiento del Lucona, Proksch sigui¨® haciendo una vida normal. En el proceso en su contra, y a pesar de que en la Prensa se le cit¨® desde el principio como sospechoso de provocar la explosi¨®n, la justicia postergaba instancias, dilu¨ªa plazos y suavizaba los cargos.
Antes del naufragio del Lucona, Proksch sigui¨® un curso sobre manejo de explosivos en un campo de entrenamiento militar en Austria, gracias a las facilidades que le di¨® su amigo y entonces ministro de Defensa, general Karl von L¨¹tgendorf. La ayuda de ¨¦ste fue demasiado lejos: uno de sus subalternos confes¨® haber entregado a Proksch 100 kilos de explosivos un par de meses antes del hundimiento del barco.
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