Rabinos contra el pecado de la carne
Los rabinos de Tiber¨ªades, pueblecito tur¨ªstico situado al norte de Israel y al borde del lago de mismo nombre, han montado e c¨®lera. C¨®lera santa. Acaban d retirar al hotel Club In de la ciudad el certificado de kosher CAO, certificado que atestigua que los alimentos servidos en algunos hoteles o restaurantes han sido preparados siguiendo las prescripciones religiosas jud¨ªas Pero, ?por qu¨¦ han tomado esta decisi¨®n? Para entenderlo hay que remontarse a la noche de fin de a?o, el 31 de diciembre de 1988.Un helic¨®ptero desciende lentamente hacia el hotel Club In. Una multitud, arremolinada alrededor de la piscina, espera con expectaci¨®n. Un rayo luminoso, lanzado por un potente faro, barre el cielo. El rayo enfoca a la gigantesca lib¨¦lula. De pronto, en la portezuela abierta del helic¨®ptero aparece una pareja desnuda, abraz¨¢ndose. "Mirad, mirad, no es posible; est¨¢n haciendo el amor". Los asistentes gritan y r¨ªen nerviosamente, pero sus miradas no se apartan del'acoplamiento celestial que est¨¢n contemplando bajo una luz cruda.
Se trata del espect¨¢culo ofrecido por el hotel a sus clientes para celebrar la noche de fin de a?o, previo pago de 500 d¨®lares norteamericanos por pareja. En cuanto los rabinos de la ciudad se enteraron del asunto, retiraron el certificado de kosher al hotel. Un golpe terrible. En la actualidad, el director del hotel est¨¢ negociando con los rabinos para que la sanci¨®n sea levantada: promete, y no para, que no volver¨¢ a ocurrir algo semejante, que va a ser bueno. Resulta comprensible. Son pocos los hoteles que en Israel se atreven a correr el riesgo de perder el famoso certificado, sin el cual una parte de su clientela, los jud¨ªos ortodoxos, no pondr¨ªan los pies en sus establecimientos.
?Qu¨¦ relaci¨®n existe entre una pareja haciendo el amor, aunque sea en las alturas, y la preparaci¨®n kosher de los alimentos? A primera vista, parece que ninguna. Es posible ser absolutamente inmoral y, sin embargo, observar estrictamente las reglas kosher. No obstante, los rabinos utilizan sistem¨¢ticamente el arma del certificado para obligar a los hoteles a transigir con un m¨ªnimo de normas religiosas, aunque no siempre con ¨¦xito.
"Esta vez han llegado demasiado lejos", sostiene el alcalde de Tiber¨ªades, de creencias religiosas moderadas. "Entre celebrar el fin de a?o, una fiesta cristiana, y exhibir un acoplamiento carnal en un helic¨®ptero, hay una cierta diferencia, un matiz de sentido com¨²n. Los del Club In deb¨ªan estar chiflados para pensar que los rabinos soportar¨ªan esta verg¨¹enza, este esc¨¢ndalo, sin rechistar".
Otro objeto de esc¨¢ndalo son los sexshops, que florecen en las grandes ciudades israel¨ªes. Que se encuentre esta abominaci¨®n en Tel Aviv, pase, pero que esto ocurra incluso en la ciudad santa de Jerusal¨¦n, que cuenta con dos establecimientos... Un joven religioso ortodoxo, revolucionado al parecer por esta permanente ofensa al pudor, no pudo contenerse y arroj¨® una granada contro uno de esos antros de lubricidad, huyendo a continuaci¨®n.
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