Washinton, entre lo medieval y Hollywood
Ma?ana comienzan los actos para festejar el relevo en la presidencia de Estados Unidos
Las tomas de posesi¨®n de los presidentes norteamericanos son como las bodas medievales con un toque de Hollywood. Durante cinco d¨ªas a partir de ma?ana y hasta que el domingo repiquen las campanas de las iglesias del pa¨ªs, Washington arder¨¢ en fiestas para celebrar el comienzo de la era Bush. Con festejos que van desde conciertos gratuitos con los Beach Boys hasta cenas a 1.500 d¨®lares (180.000 pesetas) el cubierto para los peces gordos republicanos.
Y nueve bailes en los que, por unos minutos, Bush y la primera dama, B¨¢rbara, bautizada esta semana en la portada de Time como zorro plateado, se marcar¨¢n unas piezas para dejar contentos a los paganos, a 175 d¨®lares la entrada. Y una gran gala televisada en directo, entradas -no queda una- desde 150 d¨®lares, con Frank Sinatra y Julio Iglesias como principales estrellas y trovadores del bushismo. En esto el nuevo presidente, que tambi¨¦n ama la m¨²sica country, tiene los mismos gustos musicales que Reagan. El 41? presidente tomar¨¢ posesi¨®n de su cargo el viernes, a mediod¨ªa, frente al Congreso, jurando sobre la misma biblia que utiliz¨® George Washington hace 200 a?os.Veinticinco millones de d¨®lares, procedentes de la iniciativa privada, que quiere empezar con buen pie con Bush, m¨¢s siete millones de los contribuyentes, costar¨¢ este carnaval pol¨ªtico-social con el que Estados Unidos marcar¨¢ la transici¨®n del inimitable Ronald Reagan y su Am¨¦rica m¨¢gica al gestor George Bush y la vuelta al realismo.
"Paz, prosperidad e independencia" y la insistencia en los valores de "la familia y la fe". Son los motivos oficiales de los festejos de la toma de posesi¨®n, que atraer¨¢n a la capital federal a 100.000 personas.
Dukakis no asistir¨¢
El candidato dem¨®crata derrotado en las elecciones, Michael Dukakis, ha decidido devolver las invitaciones y no asistir a los festejos, alegando mucho trabajo como gobernador de Massachusetts. "George Bush va a ser tan bueno para los negocios como lo fue Ronald Reagan", asegura el propietario de un gran almac¨¦n local, que conf¨ªa en que los visitantes dejen entre 25 y 50 millones de d¨®lares en hoteles. No queda una habitaci¨®n libre. Quinientas limusinas, tra¨ªdas incluso de otras capitales, ya est¨¢n preparadas para hacer el agosto en enero a 60 d¨®lares la hora y un m¨ªnimo de 10 horas y cuatro d¨ªas de alquiler.Todo el mundo ha puesto su granito de arena. Los presidiarios de dos c¨¢rceles locales -Washington ha arrebatado en 1987 a Detroit el n¨²mero uno en la lista de las ciudades m¨¢s peligrosas del pa¨ªs- han fabricado las placas de matr¨ªcula especiales de la toma de posesi¨®n que los yuppies republicanos muestran estos d¨ªas en sus lujosos coches.
Aunque hay algunas concusiones al pueblo, esta semana no tiene nada que ver con el populismo de Carter en 1977, que gast¨® s¨®lo 3,5 millones de d¨®lares y recorri¨® a pie la Pennsylvania Avenue de regreso a la Casa Blanca tras tomar posesi¨®n.
Bush, un arist¨®crata del viejo dinero yanqui, educado en Yale y pasado luego por el negocio del petr¨®leo tejano, estrenar¨¢ el viernes el Bushm¨®vil, una espectacular limusina Lincoln de siete metros de longitud y 600.000 d¨®lares, que sustituye al viejo Cadillac de Reagan, que "lo ¨²nico que no puede hacer es volar", seg¨²n el servicio secreto. Pero desde su asiento trasero, Bush podr¨ªa hasta lanzar un ataque nuclear.
'Mil puntos de luz'
Hay previstos nueve festejos gratuitos con entradas para el primero que llegue. Las fiestas se abrir¨¢n el mi¨¦rcoles con un acto patri¨®tico musical ante el Lincoin Memorial, en el que se repartir¨¢n 40.000 linternitas negras con el sello presidencial, que otros tantos ciudadanos encender¨¢n cuando prenda una vela Bush. Se trata de simbolizar la presidencia de los "mil puntos de luz", frase enigm¨¢tica con la que el nuevo presidente se refiere insistentemente a su mandato.Despu¨¦s, los ricos tejanos, cuyos aviones privados atascan los hangares del Aeropuerto Nacional de Washington y son capaces de pagar 15.000 d¨®lares por semana en el hotel Ritz Carlton, acudir¨¢n, de etiqueta, a la primera cena de la toma de posesi¨®n: 1.500 d¨®lares el cubierto en la remozada y grandiosa estaci¨®n de ferrocarril Union Station.
Mientras tanto, en el exterior, una coalici¨®n de 50 grupos pacifistas y defensores de los vagabundos celebrar¨¢n un contrabanquete para denunciar el ultraje" de la cena de la estaci¨®n, en una ciudad en la que, como en todas las de Estados Unidos, miles de personas duermen a diario tiradas en la calle.
El viernes, 140.000 personas seguir¨¢n en directo, en la colina del Capitolio y a lo largo de la Pennsylvania Avenue, la ceremonia de juramento de Bush y un desfile posterior de m¨¢s de 200 carrozas y 457 caballos. Una especie de cortejo fallero, sin fuego, con personajes de Walt Disney y las bandas de decenas de colegios de todo el pa¨ªs, incluida la de la escuela de Elvis Presley.
Para los que no lo vean en televisi¨®n, la comisi¨®n de los festejos ha puesto a la venta prism¨¢ticos, con el sello presidencial y la efigie de Bush, a cuatro d¨®lares la unidad.
Tambi¨¦n se est¨¢ vendiendo bien otro cl¨¢sico: el juego de botones dorados para chaquetas blazers de Bush a 65 d¨®lares, as¨ª como ceniceros, gorras y camisetas conmemorativas, igualmente vasos de cristal tallados con las caras del presidente y su esposa B¨¢rbara a 500 d¨®lares.
El pueblo tendr¨¢ su ¨²ltima oportunidad de saborear el poder el s¨¢bado, cuando los Bush abran, de ocho a once de la ma?ana, la Casa Blanca, en un gesto desconocido hasta ahora en el primer d¨ªa de una nueva presidencia.
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