Espa?a domin¨® el espacio a¨¦reo en Belfast
Zubizarreta y los tres centrales de Luis Su¨¢rez -Andrin¨²a, G¨®rriz y Serna- dominaron con autoridad el espacio a¨¦reo de Belfast y contribuyeron de forma decisiva a que la prometedora Espa?a del t¨¦cnico gallego lograse su cuarto triunfo consecutivo en su grupo. Espa?a volvi¨® a ganar, pues, y se asegur¨® as¨ª, pr¨¢cticamente, su presencia en el pr¨®ximo Mundial, pero habr¨¢ que seguir esperando para analizar con mayor profundidad futbol¨ªstica a este equipo del nervioso Su¨¢rez, que acab¨® siendo expulsado por el ¨¢rbitro. La selecci¨®n norirlandesa, formada casi exclusivamente por jugadores que act¨²an en la Liga inglesa -12- y uno, Rogan, en la escocesa, apenas oblig¨® a Espa?a a forzar su f¨²tbol salvo para exhibir un absoluto dominio frente al continuo bombeo de balones de sus rivales.Su¨¢rez y sus jugadores tem¨ªan una salida fulgurante por alto de sus adversarios y se hab¨ªan preparado para ello. Todo estaba previsto de manera que G¨®rriz y Serna se encargasen de los dos arietes norirlandeses, los corpulentos Clarke y Quinn, con Andrin¨²a guardando sus espaldas para barrer todos los rebotes que pudiesen sobrepasar esa primera barrera antia¨¦rea. Sin embargo, Espa?a se vio agradablemente sorprendida porque el larguirucho Quinn apareci¨® por all¨ª, pero nadie vio a Clarke.
El seleccionador norirland¨¦s, que debi¨® meditar la t¨¢ctica m¨¢s adecuada para ganar el partido inspir¨¢ndose frente a un par de cervezas, se obsesion¨® de tal forma con el marcaje a Michel que dej¨® de lado la eficaz teor¨ªa brit¨¢nica del doble delantero centro. Binghan, que ha mostrado esa fijaci¨®n especial por el madridista tanto en Sevilla como en Belfast, derrib¨® de salida sus mejores armas al ordenar a Kevin Wilson una doble tarea: acompa?ar en los ataques a Quinn y cerrar desde su iniciaci¨®n las salidas del juego espa?ol, que, normalmente, corresponden a Michel. Dado que el diez norirland¨¦s no es Di Stefano y ni siquiera se le parece en el f¨ªsico, se volvi¨® loco incapaz de asumir tanta funci¨®n en la obra.
El tr¨ªo de centrales espa?oles pas¨® de inmediato a la acci¨®n y los tres -Andrin¨²a, G¨®rriz y Serna- subieron en bloque a rematar el primer c¨®rner contra el marco de McKnight. Fue el libero bilba¨ªno el que cabece¨® con tanta fuerza como precisi¨®n el centro de Michel. El partido estaba encarrilado para Espa?a y as¨ª pudo verlo tambi¨¦n el mism¨ªsimo Bingham, que no deb¨ªa disponer de ninguna cerveza a mano en el banquillo porque a los 18 minutos se decidi¨® a cambiar su extraordinario invento aligerando a Kevin Wilson de la peor de sus dos obligaciones, la de controlar a Michel, de quien pas¨® a ocuparse el falso extremo zurdo Black. Michel aprovech¨® la coyuntura para ofrecerse en dos claras llegadas -una de ellas, tras espl¨¦ndida acci¨®n individual de Butrague?o- que no acert¨® a culminar porque la de Belfast no fue su noche.
Irlanda del Norte trat¨® de recuperar el tiempo perdido y en los ¨²ltimos minutos del primer per¨ªodo se acerc¨® con peligro en un par de remates de liberado Kevin Wilson a los que Zubizarreta respondi¨® con dos intervenciones magistrales.
Su¨¢rez, que se hab¨ªa mostrado inquieto y hasta nervioso en algunas fases del partido, lo que le cost¨® primero una advertencia del linier y ya en el segundo tiempo su expulsi¨®n por sus continuas e innecesarias salidas junto a la banda, hab¨ªa dispuesto la sustituci¨®n del lesionado Chendo por Eusebio, que ocup¨® la misma demarcaci¨®n y que defendi¨® la zona con acierto. Y su colega, Bingham, se sent¨® en su banquillo tras haber dado las instrucciones pertinentes en el descanso de volver a sus or¨ªgenes, hasta el punto de que, en un alarde de imaginaci¨®n, se decidi¨® por sacar finalmente al a?orado Clarke.
Pero el partido se control¨® ya sin demasiado alarmismo por la defensa espa?ola y ofreci¨® minutos de relajamiento suficientes como para entrar en detalle en algunas estad¨ªsticas. As¨ª, en el reparto de despejes a¨¦reos, Andrin¨²a ocup¨® el liderato con nada menos que 12 intervenciones, seguido, ya a cierta distancia, por G¨®rriz y Serna, que se elevaron ocho y seis veces, respectivamente, dejando para Zubizarreta el sello de sus dos magn¨ªficadas paradas y no menos de cinco salidas por alto. Porque Irlanda del Norte se qued¨® en una discreta demostraci¨®n de que sus jugadores saben utilizar los codos.
Su¨¢rez, que hab¨ªa definido lo que pod¨ªa ser el partido con dos frases de claro contenido m¨¦dico -"ser¨ªa buena se?al que a nuestros defensas les doliera la cabeza al final" y "nuestro ¨¦xito estar¨¢ en proporci¨®n directa al consumo de aspirinas"-, acert¨® plenamente, aunque fue Andrin¨²a quien se encarg¨® de acabar con el tubo de la farmacia. Pero ser¨ªa conveniente que alguno de sus chicos tuviese la precauci¨®n de guardar en el botiqu¨ªn alg¨²n tranquilizante para el mister para los pr¨®ximos partidos.
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