Emociones 'interruptus'
Pol¨¦mica en Italia sobre la publicidad que interrumpe las pel¨ªculas en televisi¨®n
Se ha desencadenado en Italia la batalla contra los anuncios que interrumpen en televisi¨®n una pel¨ªcula. En esta guerra se enfrentan comunistas y socialistas, que se lanzan acusaciones a distancia. "Es una costumbre cultural vieja oponerse a la publicidad que interrumpe una pel¨ªcula", gritan los socialistas, y a?aden que ello significa "dar coces contra la industria", contra la televisi¨®n privada, la cual, siendo gratuita, de alg¨²n modo deber¨¢ subvencionarse. Por el contrario, la RAI, la televisi¨®n p¨²blica del Estado, puede permitirse el lujo de emitir un filme sin interrumpirlo con anuncios porque la gente paga un impuesto anual.
Por su parte, los del frente contrario a la publicidad televisiva en las pel¨ªculas, capitaneados por el partido comunista y la izquierda independiente -que ha presentado un proyecto de ley al Parlamento para prohibir que se interrumpan las pel¨ªculas-, insisten en que "no se puede interrumpir una emoci¨®n".Y sobre este eslogan se han reunido d¨ªas atr¨¢s, en el teatro El¨ªseo de Roma, m¨¢s de 200 directores de cine, cr¨ªticos, actores, periodistas, pol¨ªticos, etc¨¦tera, que han presentado al p¨²blico las razones de su batalla.
Una sorpresa fue el telegrama de solidaridad del ministro socialista franc¨¦s Jack Lang, que l¨®gicamente no ha gustado al Partido Socialista Italiano.
El m¨¢s aplaudido fue sin duda Federico Fellini, el maestro, que estaba mezclado entre el p¨²blico con su inseparable bufanda roja. Pero con ¨¦l fueron aplaudidas tambi¨¦n figuras como Mastroianni, Ettore Scola, Paolo y Vittorio Taviani y Pontecorvo, entre otros.
Ecolog¨ªa
C¨¢ustico, ir¨®nico y brillante estuvo el famoso actor c¨®mico Roberto Benigni, que est¨¢ rodando una pel¨ªcula con Fellini. Dijo, arrancando un aplauso estruendoso: "Berlusconi, Berlusconi, me dan ganas de presentarme en tu casa e interrumpirte siete veces mientras est¨¢s haciendo el amor".El diputado de la izquierda independiente Franco Iassanini afirm¨® que la batalla es adem¨¢s ecol¨®gica", porque se trata, afirm¨®, "de defender de la contaminaci¨®n nuestras noches televisivas".
Y quiso intervenir hasta el m¨ªtico cantante Adriano Celentano, diciendo: "En una sociedad de tubos de escape hay que defender al cine de ese bombardeo obsceno de la publicidad, ya que el cine es quien recuerda hoy a la gente que un d¨ªa exist¨ªan los sentimientos".
Las televisiones privadas de Berlusconi, que hoy interrumpen casi cada cinco minutos una pel¨ªcula, estar¨ªan dispuestas a reducir a cuatro spots dicha publicidad. El partido socialista le apoya, pero los directores de cine y la izquierda insisten en que una obra de arte no se puede interrumpir ni una sola vez. "Ser¨ªa como escupir sobre una poes¨ªa de Pascoli", se lleg¨® a decir en el teatro El¨ªseo.
Por su parte, Gianni Letta, ex director del diario Il Tempo, de Roma, y hoy vicepresidente de la empresa del magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, que estuvo presente en el acto, afirm¨® al final que la batalla del partido comunista en realidad, m¨¢s que contra la publicidad en las pel¨ªculas, es contra la televisi¨®n privada de Berlusconi, en la que no tiene espacio, y ha recordado que Berlusconi, en sus canales de televisi¨®n, gasta cada a?o 15.000 millones de pesetas en la producci¨®n de cine bueno.
Por lo tanto, las interrupciones que se dan en una pel¨ªcula son el precio que el ciudadano de a pie paga para ver gratis en su casa el cine.
Y critic¨® a los directores de cine, quienes, dijo, "con una mano firman manifiestos contra la publicidad y con la otra firman contratos con las televisiones privadas que emiten tal publicidad".
Y no ha faltado quien, como el periodista desacralizador Giuliano Ferrara -ayer ferviente comunista y hoy convertido a Craxi, ayer estrella de la RAI y hoy pasado a Berlusconi con un contrato de 700 millones de pesetas-, ha ironizado contra Fellini, que el a?o pasado produjo precisamente su primer spot televisivo para lanzar un tipo de pasta en la RAI.
Sin embargo, directores de cine, actores y pol¨ªticos de la izquierda no socialista insisten en que dicha campa?a no es contra la publicidad, cosa que ser¨ªa absurda en nuestros d¨ªas, sino contra la interrupci¨®n de una obra de arte basada sobre todo en una historia de sentimientos.
"Es como si, mientras estamos contemplando un cuadro de Tiziano en un museo, de repente el cuadro se ensombreciera para mostrarnos una caja de sardinas o una marca de tampax", explic¨® uno de los actores presentes en la manifestaci¨®n romana.
Babelia
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