H¨²ndase el mundo ...
EL DESCUBRIMIENTO de que varios aviones de Iberia han podido ser intencionadamente manipulados, poniendo en grave peligro la seguridad del tr¨¢fico a¨¦reo, ha extendido la aprensi¨®n y la zozobra entre los usuarios y est¨¢ da?ando la imagen internacional de la l¨ªnea de bandera espa?ola en un momento en que la compa?¨ªa estaba saliendo de la grave crisis que la afect¨® en los ¨²ltimos a?os. Tal es el grado de locura y de irresponsabilidad que se desprende de la conducta criminal del autor o autores de lo que tiene todas las apariencias de un sabotaje continuo y sistem¨¢tico, que es urgente que la investigaci¨®n judicial en curso clarifique cuanto antes esta situaci¨®n, despeje inc¨®gnitas y confirme o elimine sospechas. La circunstancia de que este posible sabotaje -la direcci¨®n de la compa?¨ªa ha constatado ocho manipulaciones en la flota de aviones DC-10 y Boeing 747, utilizados en vuelos transoce¨¢nicos haya coincidido con la huelga que desde hace m¨¢s de dos meses mantiene la Asociaci¨®n Sindical Espa?ola de T¨¦cnicos de Mantenimiento de Aviones (ASETMA) no hace sino a?adir mayor confusi¨®n a una situaci¨®n ya de por s¨ª tan inquietante. La direcci¨®n del sindicato se ha apresurado a negar cualquier relaci¨®n entre la huelga que mantiene en petici¨®n de un convenio franja espec¨ªfico para sus afiliados y las acciones del posible sabotaje. Es dif¨ªcil imaginar, en efecto, que cualquier sindicalismo, por m¨¢s gremialista que sea su forma de actuar, se ciegue hasta el punto de poner en peligro la subsistencia de la empresa, de atentar contra la vida y la seguridad de los ciudadanos y, en definitiva, de traspasar tan gravemente los l¨ªmites mismos del C¨®digo Penal. Ni se concibe tampoco que pueda haber trabajador alguno, sindicalmente afiliado o no, que ante la imposibilidad de conseguir sus reivindicaciones recurra a la t¨¢ctica de tierra quemada, del "h¨²ndase el mundo y yo con ¨¦l". Los t¨¦cnicos de mantenimiento aducen en su descargo que cualquier persona, adem¨¢s de ellos, puede tener acceso a los aparatos estacionados en los hangares; pero el desarrollo de los acontecimientos ocurridos hasta ahora no les elimina, ni mucho menos, del elenco de sospechosos.Para la direcci¨®n y el personal de Iberia, para los usuarios de sus servicios y para los ciudadanos en general es indispensable que la investigaci¨®n judicial llegue hasta el fondo y, si se descubre que ha habido sabotaje, se castigue con todo el peso de la ley al culpable de tan inconcebible acci¨®n. S¨®lo as¨ª la compa?¨ªa podr¨¢ recomponer su maltrecha imagen; los usuarios, recobrar la confianza, y los ciudadanos, comprobar fehacientemente que no se puede impunemente jugar con la vida de centenares de personas. Pero aun as¨ª, la grave situaci¨®n a la que actualmente se enfrenta Iberia seguir¨¢ en pie. El presidente de la compa?¨ªa, Narc¨ªs Andreu, que ayer compareci¨® ante las Cortes, ha cifrado en casi 6.000 millones de pesetas el quebranto econ¨®mico producido por la huelga de los t¨¦cnicos de mantenimiento y en 140.000 los pasajeros perdidos por la disminuci¨®n de los vuelos. A ello hay que a?adir los m¨¢s de 500 millones perdidos por la suspensi¨®n cautelar de los vuelos transoce¨¢nicos desde el 22 de febrero hasta hoy mismo ante las anomal¨ªas detectadas en algunos de los aviones. Es obvio que esta situaci¨®n es insostenible, pero no se concibe f¨¢cilmente c¨®mo salir de ella si no se encuentran sistemas para contrarrestar la acci¨®n de unos sindicatos cuyas ventajistas acciones de presi¨®n derivan exclusivamente de la privilegiada posici¨®n que ocupan en la cadena de producci¨®n.
El ejemplo de Iberia es, en todo caso, un aviso de ad¨®nde puede conducir la falta de un sindicalismo fuerte que asuma el papel de interlocutor responsable en los conflictos sociales. Una carencia que en los ¨²ltimos meses ha sido contemplada incluso como un signo positivo desde algunas instancias cercanas al poder.
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