El buen Chabrol
Un asunto de mujeresDirecci¨®n: Claude Chabrol. Gui¨®n: Colo Tavernier y Chabrol. Fotograf¨ªa: J. Rabier. M¨²sica: M. Chabrol. Francia, 1988. Int¨¦rpretes: Isabelle Huppert, Fran?ois Cluzet, Marie Trintignant. Cine-Alphaville.
Hay muchos Chabrol. No s¨®lo en n¨²mero sino en calidades. Tiene pel¨ªculas complicadas y sencillas, aburridas y trepidantes, tontas e inteligentes, peque?as y grandes. Un asunto de mujeres pertenece al platillo -el menos abastecido- del gran Chabrol, donde van a parar los aciertos de un cineasta irregular hasta el disparate, pues cabe esperar de ¨¦l lo mismo un filme lim¨ªtrofe con la estupidez que fronterizo con el genio.
Este filme es uno de los m¨¢s graves y s¨®lidos del Chabrol grande. Tiene dos virtudes mayores: una es esa fuerza l¨®gica que hace de Chabrol un cineasta dotado para la cirug¨ªa de los comportamientos, para observar con orden el desorden, con diafanidad los asuntos m¨¢s tenebrosos, con inteligencia el horror y con oculta poes¨ªa los prosa¨ªsmos desolados de la vida en la peque?a burgues¨ªa francesa, que conoce como la palma de su mano.
Un asunto de mujeres es por ello asunto de todos: secuestra la atenci¨®n, hay que verla, soportarla en su desalmada dureza, bajo la que se esconde una pudorosa ternura del cineasta hacia sus l¨²gubres criaturas, en especial la mujer (ver¨ªdica) sobre la que todo gira en este torbellino, dibujado con tiral¨ªneas, de miseria moral y abominable legalidad. S¨®rdida, terrible, con una zona final espeluznante, la pel¨ªcula es una lecci¨®n de (aparentemente fr¨ªo, pero en verdad volc¨¢nico) sentido de la indignaci¨®n y el esc¨¢ndalo
La segunda gran virtud del filme est¨¢ en Isabelle Huppert, actriz monocorde, limitada por un solo registro gestual que repite machaconamente, pero que esta vez se acopla a las peculiaridades de su personaje como anillo al dedo, de tal manera que una vez vista la pel¨ªcula es imposible imaginarla interpretada por otra mujer que no sea ella.
Filme veraz hasta la m¨¦dula, todo en ¨¦l es cre¨ªble, desde el enrarecido silencio de la vida cotidiana en la Francia ocupada por Hitler hasta cada uno de los tipo; que llenan la pantalla en una galer¨ªa de situaciones magistralmente elaboradas, que nos hacen convivir con lo intolerable y deducir al mismo tiempo de ello asco y conocimiento (es decir, amor) por las gentes atrapadas en los basureros de nuestras leyes.
Babelia
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