En la muerte de Jos¨¦ Luis Echarri

Mediod¨ªa. Siempre hay prisa en cualquier redacci¨®n. Jos¨¦ Luis Echarri Gamundi dejaba que las prisas llegaran de otros. ?l hab¨ªa nacido hace casi 70 a?os para pensar. Para ayudar a pensar a cuantos tuvieron la suerte o la oportunidad de conocerle.Esta ma?ana, cuando Echarri se marchaba sin avisar en la cl¨ªnica de la Concepci¨®n, esta ma?ana sonaron los tel¨¦fonos de todas las redacciones. Era suficiente: Echarri ha muerto. Y volvieron las prisas y llegarnos a buscar su mirada para entender lo que ped¨ªa.

Jos¨¦ Luis Echarri hab¨ªa nacido viejo. Se ha ido a morir en Madrid joven, casi ni?o, come ese ni?o que vest¨ªa de mayor cuando hablaba con los suyos.

Ahora poco importa que le jubilaran a la fuerza. Ahora, hoy al mediod¨ªa, de poco ha servido recordar sus andanzas por El Escorial o Zarautz. Para nosotros, hoy al mediod¨ªa, permanec¨ªa el sabor del amigo de muchos mundos, Jos¨¦ Luis, le ven¨ªa de familia, era del cine y ten¨ªa historias interminables y a veces incre¨ªbles.

Echarri Gamundi se quise morir porque le dejaron en la reserva. Un d¨ªa se pase¨® por la Embajada de Lisboa. Fue su exilio voluntario. No tard¨® en regresan, en dirigir nuevo diario, en volver a abrir los micr¨®fonos a la libertad. Radio Nacional de Espa?a le oblig¨® a hacer de todo, hasta morir un poco el d¨ªa de su adi¨®s silencioso.

Jos¨¦ Luis ha sido siempre un hombre libre. Y cuando llegaron los suyos a la radio nos ense?¨® a amar la libertad. A querer para siempre la libertad, porque Jos¨¦ Luis, en su confesionario particular, sab¨ªa de todas nuestras debilidades y defectos. Y callaba, siempre callaba.

Este mediod¨ªa, desde la radio, las palabras volvieron a quedarse cortas. Era mediod¨ªa en Madrid. Jos¨¦ Luis Echarri Gamundi ha dictado su ¨²ltima clase. El hombre libre y adem¨¢s bueno nos ha hecho un gui?o. Ma?ana ser¨¢ una obligaci¨®n salir a su encuentro. Seguro que nos reserva el mejor consejo.