El horror de la entrop¨ªa

Primero fue una comedia de Woody Allen estrenada en Nueva York; despu¨¦s, una pel¨ªcula del mismo que, con el t¨ªtulo de Play it again, Sam, se estren¨® en 1972; lleg¨® a Espa?a como Sue?os de un seductor. M¨¢s tarde, una versi¨®n espa?ola de la comedia hecha por Juan Jos¨¦ de Arteche, interpretada por Nicol¨¢s Due?as -a¨²n la hacen varios grupos independientes-, que esta vez se llam¨® Aspirina para dos.Luego, una versi¨®n catalana de Ricard Reguard que volvi¨® al t¨ªtulo de la pel¨ªcula, ?T¨®cala otra vez, Sam! Ahora llega a Madrid con el mismo t¨ªtulo, traducida al castellano por el mismo adaptador y director, interpretada por Guillermo Montesinos. Dicen que la entrop¨ªa es el demonio que perturba y degenera el mensaje, y eso ocurre con esta obra.

Es dif¨ªcil que aquello que fue ideado para un tipo de peque?o intelectual jud¨ªo en Nueva York llegue a ser un muchacho t¨ªmido y obseso sexual de Barcelona / Madrid por mucho que se cambien los chistes, los apellidos, los nombres de lugar (cuanto m¨¢s se cambien, peor). Y que lo que era una comedia humor¨ªstica de costumbres neoyorquinas del principio de los 70 pueda tener vigencia en Barcelona / Madrid en 1989. Lo que Woody Allen construy¨® para s¨ª mismo y sus valores interpretativos de entonces pueda ser hecho por un actor espa?ol actual, aunque ponga todo el coraje y el empe?o, y la calidad, de Guillermo Montesinos. La decrepitud, el uso, han ido acabando con el tema; las sustituciones y traducciones sucesivas, con su gracia, y el tiempo, con todo lo dem¨¢s.