Miguel Mar¨ªas: "No se dar¨¢n facilidades a la picaresca"
El proyecto de reforma del 'decreto Mir¨®' quiere repartir mejor las subvenciones al cine
Pregunta. ?Tiene el cine, como fen¨®meno cultura?, suficientente apoyo por parte del Estado?Respuesta. El Ministerio de Cultura ayuda al cine por creer que es una forma de expresi¨®n cultural. El problema radica en que el cine no es s¨®lo un arte, como puede ser la creaci¨®n literaria o la pintura, ya que es una manifestaci¨®n cultural que requiere una infraestructura industrial para poder funcionar. Nuestro deseo es que se refuercen las productoras, y que no surjan constantemente, al amparo de las subvenciones, peque?as productoras sin ninguna estructura ni posibilidad alguna de subsistencia salvo que sean capaces de producir un gran ¨¦xito de taquilla, lo cual, desgraciadamente, no suele ocurrir. El proyecto de decreto no persigue, l¨®gicamente, causar ning¨²n da?o al cine espa?ol. Se propone ¨²nica y exclusivamente ayudarlo.
P. ?Supone el nuevo decreto una paralizaci¨®n de la industria del cine en Espa?a?
R. Entre las pel¨ªculas que ahora est¨¢n rod¨¢ndose con las subvenciones concedidas a mediados del a?o pasado y las que se pueden poner en marcha, incluidas las que se hab¨ªan informado favorablemente el pasado a?o, pero que todav¨ªa no hab¨ªan recibido la subvenci¨®n correspondiente, en este a?o pueden acabarse unas veintitantas pel¨ªculas. A ellas habr¨¢ que sumar las que se pondr¨¢n en marcha a mediados de a?o y las que lo har¨¢n a partir de la convocatoria de septiembre, estas ¨²ltimas sujetas ya al nuevo decreto.
El modelo Rohmer
P. Sus declaraciones en el sentido de recomendar hacer un cine basado en el modelo del realizado por Eric Rohiner han causado estupor en numerosos profesionales.
R. Cuando he declarado que el modelo a seguir es el de Rohmer, y no el de Spielberg, he querido decir que en Espa?a es m¨¢s f¨¢cil y l¨®gico hacer pel¨ªculas que sean relativamente baratas, que funcionen bien, gusten al p¨²blico y puedan venderse al exterior. Cuanto mayor sea el presupuesto, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ conseguir financiaci¨®n y que la aportaci¨®n de los productores sea recuperada. Una pel¨ªcula espa?ola es muy raro que llegue a recaudar en taquilla 100 millones de pesetas. De esos 100 millones unos a van a parar al productor. Por ello existe una ayuda a la financiaci¨®n y a la amortizaci¨®n; sin dicha ayuda por parte del Estado, me temo mucho que nadie estar¨ªa en condiciones de hacer pel¨ªculas.
P. ?Tiene alg¨²n apoyo pr¨¢ctico esta suposici¨®n?
R. Para m¨ª ha sido bastante preocupante volver a ver en televisi¨®n las pel¨ªculas del ciclo de El¨ªas Querejeta, donde se encontraban filmes que, como proyectos, eran arriesgad¨ªsimos, 3, que, sin embargo, se han hecho sin subvenciones anticipadas, e incluso algunas no han funcionado mal en taquilla. Supongo que a estas alturas todas se halbr¨¢n amortizado (exhibici¨®n en salas, venta en otros pa¨ªses, edici¨®n en v¨ªdeo varias veces), y que si han podido hacerse habr¨¢ sido porque Querejeta arriesgar¨ªa su dinero, invertir¨ªa los beneficios posibles de sus anteriores pel¨ªculas, buscar¨ªa aportaciones privadas, gestionaria cr¨¦ditos, y tambi¨¦n debido a que entonces las pel¨ªculas costaban menos. Ahora, al crecer los costes y al tener un mercado m¨¢s limitado y poca capacidad exportadora, es m¨¢s dif¨ªcil recuperar la inversi¨®n, y por ello m¨¢s dificil conseguir capitalistas para producir una pel¨ªcula. Por todo ello quiero decir que lo mejor para los cineastas espa?oles ser¨ªa producir pel¨ªculas que no fueran caras y que funcionaran bien en taquilla, lo que ser¨ªa relativamente f¨¢cil dado el talento de muchos de los cincastas espa?oles. Por ello pon¨ªa ejemplos extremos. No creo que en Espa?a -no veo c¨®mo- se puedan aproximar a los presupuestos de las de Spielberg; adem¨¢s, sin tener la capacidad de distribuci¨®n mundial del cine norteamericano, ni tampoco su capacidad de consumo interior, aunque tuvi¨¦ramos dinero para hacer ese tipo de superproducciones no recuperanamos jam¨¢s la inversi¨®n. Pero s¨ª pienso que las pel¨ªculas espa?olas, cuyo presupuesto medio es de unos 130 millones, lo que est¨¢ m¨¢s cercano al cine de Rohmer, pueden ser rentables. Adem¨¢s, las pel¨ªculas m¨¢s caras del cine espa?ol, por ejemplo, El Dorado, a¨²n est¨¢n muy alejadas de los presupuestos de Spielberg.
Los efedos perversos
P. ?Qu¨¦ significa el calificativo de perverso aplicado al decreto mir¨®?
R. La referencia a los efectos perversos del decreto Mir¨®, pienso, fundamentalmente, que tienen su justificaci¨®n en que el decreto permiti¨® un aumento de los costes sin haber permitido la consolidaci¨®n de la industria lo m¨¢s m¨ªnimo. Defectos a veces debidos a errores de c¨¢lculo que se debieron al cambio de las circunstancias, y tambi¨¦n a un mal uso de aquellas circunstancias donde se pervierten los objetivos. Y es obvio, y no es culpa en s¨ª del decreto Mir¨®, que no se ha logrado el objetivo de consolidar la industria. Nuestro decreto tambi¨¦n persigue el mismo objetivo de consolidar la industria, pero si no hay respuesta por parte de los agentes privados activos del sector, pues tampoco se conseguir¨¢. Depende del uso que se le d¨¦, el actual decreto podr¨¢ servir para mucho o para nada. Si el decreto se lee con malos ojos y sentido negativo ser¨¢ in¨²til.
P. ?Quiere decir que hubo picaresca en la solicitud de subvenciones?
R. En el anterior decreto (hecha la ley, hecha la trampa), como las subvenciones se daban en funci¨®n del presupuesto (a veces no hab¨ªa correspondencia entre el presupuesto presentado y su coste real) exist¨ªa una invitaci¨®n impl¨ªcita a presentar presupuestos m¨¢s elevados de los necesarios. Tambi¨¦n, en ocasiones, ha ocurrido que se ha pagado m¨¢s a ciertos profesionales de renombre por ser una garant¨ªa te¨®rica para la comisi¨®n de valoraci¨®n de la bondad del proyecto presentado (que luego, adem¨¢s, no ocurr¨ªa en la pr¨¢ctica), y en ello hab¨ªa un error, pues no todos los proyectos de un director c¨¦lebre, por ejemplo, tienen que ser buenos y significar ¨¦xitos.
P. ?Desaparecer¨¢ dicha pr¨¢ctica con el nuevo decreto?
R. Al menos con el nuevo proyecto, que establece topes, cantidades,y porcentajes, no se dan facilidades a la picaresca. Ahora nadie va a conseguir m¨¢s subvenci¨®n por presentar un presupuesto m¨¢s grande.
Un problema de dinero
Miguel Mar¨ªas considera que no existe una opini¨®n un¨¢nime en el sector cinematogr¨¢fico respecto al decreto que ahora se les presenta para que den su parecer. "Las declaraciones recogidas por la Prensa de algunas personalidades del cine no dec¨ªan gran cosa. U[? sensaci¨®n es de que no SC han le¨ªdo a¨²n el decreto, y no lo han estudiado a fondo ni se han hecho c¨¢lculos" afirma.En su opini¨®n, la reivindicaci¨®n fundamental del sector es que desea m¨¢s dinero, y como por el momento ese mayor dinero no es conseguible -contin¨²an los 2.500 millones de pesetas anuales-, las cr¨ªticas arrecian. "Existe un poco la creencia" asegura Mar¨ªas "de que es su dinero, el dinero del sector. Y en realidad no es as¨ª: es el dinero de todos los contribuyentes, de los cuales cerca del 60% no va al cine. Y no s¨®lo no es del sector, sino que, en criterio de muchas personas, podr¨ªa tener un uso m¨¢s ¨²til o m¨¢s social".
El nuevo director general de Cinematogr¨ªa piensa que con el mismo dinero "quiz¨¢ se pueda distribuir mejor, y mejor para el sector en su conjunto, aunque sea menos beneficioso para determinados proyectos". Mar¨ªas recuerda un caso en que la subvenci¨®n no satisfac¨ªa al productor y ¨¦ste dijo que prefer¨ªa "no hacer la pel¨ªcula e invertir su dinero en otros menesteres".
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