La capital de M¨¦xico se est¨¢ muriendo por envenenamiento, advierte el Gobierno al pa¨ªs
"Nos estamos matando". Con esta frase, pronunciada sobre el fondo dram¨¢tico del latido de un coraz¨®n que se apaga, intenta la publicidad oficial convencer a la opuni¨®n p¨²blica de este pa¨ªs del peligro que representa el grado de envenamiento atmosferico alcanzado en la Ciudad de M¨¦xico, la capital m¨¢s poblada y m¨¢s contaminada del mundo. Sendos estudios cient¨ªficos de las universidades de Harvard y Aut¨®ma de M¨¦xico confirman el diagn¨®stico. Alarmadas por la situaci¨®n, las autoridades suelen suspender las clases en los colegios durante el que de enero, el de mayor peligro del a?o, para evitar exponer a los ni?os a los humos irrespirables de una ciudad d¨®nde el azul del cielo empieza a ser s¨®lo un bonito recuerdo.
Los que pueden huyen de la ciudad antes de que sea demasiado tarde. Los diplom¨¢ticos, los funcionarios de organismos internacionales piden un plus de peligrosidad por vivir aqu¨ª. Los m¨¢s atrevidos caminan por las calles con mascarillas de ox¨ªgeno. Los espect¨¢culos dantescos que muchas veces han narrado los guionistas de pel¨ªculas de ficci¨®n cient¨ªfica podr¨ªan hacerse realidad si no se toman medidas urgentes.Un reciente estudio de la universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) revela quela concentraci¨®n de ozono en la capital mexicana ha alcanzado los 127 puntos, tres veces m¨¢s de lo que internacionalmente se considera como el m¨¢ximo tolerable por el organismo.
Forma patol¨®gica
Muchos m¨¦dicos y cient¨ªficos han advertido ya que los da?os causados en, el hombre por su exposici¨®n diaria a este fen¨®meno son irreversibles. Las enfermedades respiratorias, cardiacas y nerviosas crecen en proporci¨®n geom¨¦trica, e incluso en aquellos que no est¨¢n aparentemente afectados en forma patol¨®gica la contaminaci¨®n dejar¨¢ su huella a medio plazo.Casi 20 millones de habitantes, 35.000 centros industriales, 2,5 inaillones de veh¨ªculos son los responsables de la emisi¨®n de productos contaminantes que alcanzan la cantidad de cinco millones de toneladas anualmente. Bi¨®xido de azufre, mori¨®xido de carbono, ¨®xidos de nitr¨®geno e hidrocarburos forman parte en grandes proporciones del aire que se respira en esta ciudad. Y como res¨²ltado de su interacci¨®n con los rayos solares se forma el ozono, una palabra y un elemento que se ha hecho muy popular entre los habitantes de la capital mexicana.
Por supuesto que el problema no se queda en el aire. 370.000 toneladas de residuos s¨®lidos generan cada d¨ªa las industrias ir.texicanas. 52.000 toneladas se concentran en las ciudades, donde, seg¨²n cifras oficiales, el 25% de esa cantidad queda tirado sin recoger en la v¨ªa p¨²blica, sirviendo de pasto para ratas, moscas y cucarachas.
Anualmente se concentran en este pa¨ªs 135 millones de residuos industriales, de los cuales cinco millones son considerados peligrosos para el hombre. Muchos de los puertos y playas del golfo de M¨¦xico son ya inservibles para el disfrute humano par culpa de los residuos t¨®xicos de la industria petrolera.
El tratamiento de las aguas residuales de la mayor¨ªa de las ciudades es todav¨ªa en este pa¨ªs un proyecto futuro s¨®lo el 20% de las instalaciones existentes para el tratamiento de las aguas funciona normalmente.
Las Naciones Unidas describ¨ªan recientemente la contaminaci¨®n de la Ciudad de M¨¦xico como la m¨¢s seria amenaza para el equilibrio ecol¨®gico en Am¨¦rica Latina, junto a la depredaci¨®n de la selva amaz¨®nica. Gran parte del problema en esta capital deriva de la superpoblaci¨®n que se ha ido acumulando en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Situaci¨®n insostenible
Seg¨²n c¨¢lculos oficiales, entre 1970 y 1980 llegaron al distrito federal mexicano casi 3,5 millones de campesinos en busca de trabajo y alimentaci¨®n. Se calcula que, en 1987, por cada 900 ni?os que nacieron en la Ciudad de M¨¦xico llegaron 1.500 campesinos.La situaci¨®n es insostenible. Muchas mujeres se van a dar a luz a otras localidades donde el aire es respirable. Los extranjeros con ni?os peque?os piden a sus empresas el traslado porque temen envenenar a sus hijos. Para evitarlo, las escuelas han tomado medidas. El retraso de un mes en el inicio del curso evitar¨¢ a los ni?os cruzar la ciudad en los d¨ªas de mayor concentraci¨®n de ozono.
Asimismo, se ha prohibido que los escolares realicen ejercicios f¨ªsicos al aire libre (?) en las horas de la ma?ana en las que se presenta un mayor ¨ªndice de contaminaci¨®n.
Cada ciudadano de esta urbe est¨¢ condenado a sufrir permanentemente la irritaci¨®n de los ojos y de la nariz, los malos olores, las alergias, la infecci¨®n de los vegetales. "La sociedad m¨¦dica est¨¢ alarmada", se?ala Humberto Bravo, investigador de la UNAM, para quien M¨¦xico est¨¢ viviendo en estos momentos sobre una verdadera bomba de tiempo.
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