Vicente Mu?oz
Un 'ol¨ªmpico' que ama la ciencia por su exactitud

Vicente Mu?oz podr¨ªa pasar sin dificultad por un bailar¨ªn de break dance gracias al aspecto de puertorrique?o, con su tez morena y su pelo de punta. Pero no sabe bailar. Tampoco practica ning¨²n deporte, y sin embargo, es todo un campe¨®n ol¨ªmpico. Un t¨ªtulo que ostenta desde que hace unas semanas ganara la 25? edici¨®n de la Olimpiada de las Matem¨¢ticas, que anualmente organiza la Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola. ?l afirma que lo suyo no tiene m¨¦rito y que s¨®lo es fruto de su inter¨¦s y curiosidad por los n¨²meros. Simplemente ama las matem¨¢ticas porque son la perfecci¨®n. "No hay fallos".
Tiene 18 a?os, pero se echa las manos a la cabeza cuando intenta renlover recuerdos de la ni?ez y advierte que ya se han quedado un poco lejos. Empieza a ser mayor. En pocas semanas deber¨¢ decidir por d¨®nde inclinar su futuro universitario y no lo tiene claro. Quiz¨¢ risica, quiz¨¢ matem¨¢ticas. "De momento ya tengo una beca para estudiar inatem¨¢ticas, que era el premio por ganar la fase de Madrid de la Olimpiada, pero no s¨¦ qu¨¦ me van a dar por vencer en la edici¨®n nacional", explica.Y todav¨ªa pueden cambiar m¨¢s las cosas. En julio deber¨¢ representar a Espa?a en la edici¨®n internacional de esta peculiar olimpiada. "Me han dicho que algunos de los problemas que ponen no saben resolverlos ni los examinadores y que en los pa¨ªses del Este preparan a sus alumnos de forma especial para estas pruiebas", cuenta Vicente. All¨ª espera obtener uno de sus sue?os: tina beca para estudiar en el extranjero. Su otro sue?o queda para un poco m¨¢s tarde "Me gustar¨ªa terminar las teor¨ªas que Einstein dej¨® incompletas o, mucho mejor, poder rebatir sus conclusiones. Pero s¨¦ que eso es imposible".
Vicente est¨¢ preocupado. No quiere dar imagen de ni?o prodigio. "Yo no soy as¨ª, y al compa?ero que me ha llamado alguna vez empoll¨®n le he demostrado que estudia m¨¢s horas que yo. Lo m¨ªo s¨®lo es inter¨¦s. Me gustan las matem¨¢ticas, y eso no es ser raro, ?no?".
Vive en Fuenlabrada, una de las ciudades perif¨¦ricas de Madrid. Su padre, carpintero de profesi¨®n, tuvo la fortuna de tener frescos sus estudios de bachiller para ir saciando la curiosidad de su hijo, que ya de peque?o, lejos de contentarse con saber las cuatro reglas, empeza ba a preguntar por logaritmos y a interesarse por la trigonome tr¨ªa. "Me acuerdo que quer¨ªa patentar la f¨®rmula del cuadrado del binomio cuando la descubr¨ª, y de la desilusi¨®n que me llev¨¦ cuando mi padre me dijo que ya exist¨ªa".
Con su madre, propietaria de una tienda, ha tenido ocasi¨®n de llevar a la pr¨¢ctica sus conocimientos. "Durante dos a?os la estuve haciendo la contabilidad, pero eso es muy sencillo. S¨®lo se trata de sumar. As¨ª que le propuse hacerle un programa de contabilidad para el ordenador". Lo peculiar es que para las sumas no utilizaba calculadora. "Es que me filo m¨¢s de mi cabeza que de mis dedos". Pero tampoco esto tiene m¨¦rito para ¨¦l. "Sumar de memoria es f¨¢cil. Hay muchos trucos".
Sus aplicaciones pr¨¢cticas de las matem¨¢ticas no van m¨¢s all¨¢. "Me interesar¨ªa conocer c¨®mo funciona la declaraci¨®n de la renta, m¨¢s que nada, para cuando tenga que hacerla pero no me han dejado meter baza", cuenta Vicente, que repite sin cesar que el inter¨¦s por las cosas es el secreto de cualquier ¨¦xito.
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