Olores y loores

Leo frecuentemente en diferentes peri¨®dicos la expresi¨®n "en olor de multitudes" (en lugar de: "en loor de multitudes"), referida al entusiasmo con que es acogida una persona.El pasado febrero, en la secci¨®n Perfil de este diario, el articulista, refiri¨¦ndose al recibimiento de que fue objeto la actual alcaldesa de Valencia, escribe lo siguiente: "Esboz¨® una sonrisa satisfecha y p¨ªcara, recogi¨® un ramo de flores que le entregaron y abandon¨® en olor de una multitud curiosa el hemiciclo del Ayuntamiento".

Me qued¨¦ confundida. No pod¨ªa saber a ciencia cierta si su sonrisa y satisfacci¨®n eran debidas al obsequio (las flores) de sus conciudadanos o al hecho de poder abandonar ?al fin! un recinto tan impregnado de "olores corporales".

Pronto se aclar¨® mi confusi¨®n. Lo que "ol¨ªa" mal era el vocablo utilizado. Tal vez los duendes hacen cambiar a los periodistas la palabra loor por la de olor. Un simple bailoteo de las letras, que hace cambiar sem¨¢nticamente toda la frase. Lo correcto hubiera sido: "Esboz¨® una sonrisa... y abandon¨® en loor de una multitud curiosa...'.

Cualquier diccionario nos da el significado de loor: elogio, alabanza. Y en este sentido y no en otro utilizaba el autor del escrito el t¨¦rmino olor.

Ya sabemos que los peri¨®dicos no los escriben los ling¨¹istas ni los gram¨¢ticos; pero s¨ª podemos confiar en que no nos mutilen el idioma-