Bush cree que EE UU no debe dar un giro profundo en su pol¨ªtica hacia la URSS
Para George Bush, la guerra fr¨ªa no ha concluido y, en consecuencia, Estados Unidos no debe dar un giro profundo en sus relaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, ofreciendo una nueva doctrina que oponer al nuevo pensamiento internacional de Mijail Gorbachov. ?sta es la conclusi¨®n de los primeros borradores de la revisi¨®n de la pol¨ªtica exterior de EE UU, ordenada por Bush tras su toma de posesi¨®n, y que deber¨¢ hacerse p¨²blica a mediados de mayo.
Cuando el arquitecto de la doctrina de la contenci¨®n del comunismo de los a?os cuarenta, George Kennan, los editoriales de la gran Prensa norteamericana y las acciones de Gorbachov -desde Vietnam hasta Polonia, pasando por Afganist¨¢n- dicen que la guerra fr¨ªa es una cosa del pasado, el presidente y sus principales asesores est¨¢n a punto de producir una respuesta esc¨¦ptica, poco imaginativa y llena de cautelas al nuevo mundo internacional.Las recomendaciones elaboradas por la CIA, el Pent¨¢gono, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional favorecen el mantenimiento de la situaci¨®n, sin atreverse a dar un audaz paso adelante para aprovechar el cambio en Mosc¨². La Administraci¨®n de Bush, dubitativa sobre la suerte pol¨ªtica final de Gorbachov, analiza al l¨ªder sovi¨¦tico y sus reformas desde una postura agn¨®stica y quiere dejar abiertas las dos posibilidades: el triunfo o la ca¨ªda -del imaginativo l¨ªder sovi¨¦tico.
La guerra fr¨ªa
Cuentan que, antes de dejar la Casa Blanca, los asesores de Reagan dijeron al presidente: "La guerra fr¨ªa ha terminado, y la hemos ganado". El presidente m¨¢s anticomunista desde 1917 hab¨ªa dado un vuelco hist¨®rico a la relaci¨®n con la Uni¨®n Sovi¨¦tica con su abrazo a Gorbachov. Su sucesor, George Bush, y los expertos que est¨¢n preparando la nueva doctrina -Brent Scowcroft, consejero de Seguridad Nacional, y su n¨²mero dos, Robert Gates, procedente de la CIA, donde era el primer analista sobre la URSS- mantienen una elevada dosis de escepticismo hacia la perestroika.Incluso han criticado abiertamente a Reagan y a George Shultz por su "ingenua" fe en Gorbachov, movida, dicen, m¨¢s por sentimientos personales que por un an¨¢lisis objetivo. Scowcroft afirm¨® el domingo que Estados Unidos y Occidente siguen teniendo la ventaja en la relaci¨®n con la URSS, a pesar de las continuas iniciativas de Gorbachov, y que ser¨ªa una equivocaci¨®n apresurarse a dar un cambio importante en la pol¨ªtica norteamericana. "Probablemente, no es sorprendente que el futuro se parezca mucho al presente", explic¨® Scowcroft.
Los estudios de revisi¨®n de la pol¨ªtica de seguridad nacional descartan iniciativas importantes hacia la URSS en materia de control de armamentos, la OTAN o un incremento sustancial de la cooperaci¨®n econ¨®mica con los pa¨ªses del Este. En este ¨²ltimo punto, lo m¨¢s audaz es la concesi¨®n a Polonia de cr¨¦ditos a la exportaci¨®n y el levantamiento de barreras comerciales, y m¨¢s ayuda del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial como est¨ªmulo -zanahoria, dicen, fuentes de la Administraci¨®n, y premio al anuncio de un proceso democratizador.
"Diferenciaci¨®n m¨¢s zanahorias", define un funcionario de la Administraci¨®n al plan de ruta de Bush respecto a un imperio que ya es cualquier cosa menos monol¨ªtico. Polonia y Hungr¨ªa son casos aparte, y Checoslovaquia, la RDA, Ruman¨ªa y Bulgaria deben tener un tratamiento diferente. Los gestos de independencia con respecto a Mosc¨² y de liberalismo ser¨¢n contestados con zanahorias como las que recibir¨¢ Polonia.
La idea resultante de la revisi¨®n pol¨ªtica con relaci¨®n a la URSS es lo que los especialistas gubernamentales han bautizado como el status quo plus: mantener el rumbo heredado de Reagan, sin aceleraciones. Se tratar¨ªa de establecer un m¨ªnimo com¨²n denominador aceptable para los conservadores republicanos y para los dem¨®cratas del centro.
La filtraci¨®n de estos documentos se produce d¨ªas despu¨¦s de que Gorbachov, en Londres, se quejara de la lentitud de la nueva Administraci¨®n en definir su pol¨ªtica exterior, lo que frena el impulso de las relaciones Este-Oeste. "Estaremos dispuestos a reaccionar cuando creamos que lo tengamos que hacer", respondi¨® Bush.
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