La llama del 'rock and roll'

El cuarteto neoyorquino The Del Lords cerr¨® su gira espa?ola con un impresionante concierto en el madrile?o Rock Club. Gracias a un magn¨ªfico ritmo esc¨¦nico y a tino de los mejores sonidos que se recuerdan en esta sala, rozaron la perfecci¨®n, convirti¨¦ndose en el mejor de los nuevos grupos norteamericanos que han actuado en nuestro pa¨ªs.The Del Lords no descubren nada, no aportan ninguna variaci¨®n importante a un g¨¦nero musical, el rock, en el que pr¨¢cticamente todo est¨¢ ya dicho desde hace a?os. Pero tampoco lo intentan. Conscientes de las limitaciones de su estilo, pero reacios a jugar con otras opciones ileg¨ªtimas, centran todos sus esfuerzos en hacer de su directo un espect¨¢culo total. Es, como confesaban tras el concierto, "la mejor forma de mantener viva la llama del rock and roll".

Desde su formaci¨®n, las aspiraciones de este grupo se limitaban a conseguir un buen directo, para lo que no dudaron en firmar alrededor de 200 conciertos anuales. Despu¨¦s de unos comienzos muy duros sin compa?¨ªa discogr¨¢fica, ficharon por el sello californiano Enigma y su suerte cambi¨® por completo. Con los discos llegaron las actuaciones importantes, y con ¨¦stas, el ser nombrados por las poderosas emisoras de radio universitarias estadounidenses como uno de los mejores grupos en directo de 1987.

La banda de Scott Kempner ofrece, como los buenos cocineros, calidad de principio a fin, desde los aperitivos a los postres. Doce canciones de sus tres ¨²nicos elep¨¦s (Frontier days, Johnny comes marching home y Based on a true story, este ¨²ltimo el ¨²nico editado en nuestro pa¨ªs) forman el men¨² principal, la columna vertebral de su repertorio, en el que el primer gran acierto es el orden en que ¨¦stas suenan, alternando con sorprendente buen gusto baladas y temas r¨¢pidos, en los que muestran su energ¨ªa.

Impecables

Instrumental y vocalmente se mostraron impecables, siguiendo la mejor tradici¨®n americana: cantan los cuatro, y la voz del m¨¢s flojo podr¨ªa firmarla John Fogerty, Eric Ambel y Scott Kempner, este ¨²ltimo antiguo miembro del grupo Dictators, son dos guitarristas de lujo que atraviesan el per¨ªodo m¨¢s gratificante de su vida profesional. Dominan la t¨¦cnica, el lado mec¨¢nico del instrumento, y buscan el placer en el riesgo, en un deseo constante por prescindir de esa t¨¦cnica, de esa mec¨¢nica. No es habitual ver a m¨²sicos veteranos disfrutar con su trabajo como adolescentes.Para completar la fiesta, el sonido respondi¨®. Cada acorde de guitarra, cada golpe de bombo y cada falsete eran completamente audibles, y p¨²blico y m¨²sicos supieron agradecer el milagro entregados al m¨¢ximo.