La isla de la discordia
C¨®rcega bloqueada por los 20.000 empleados p¨²blicos y el nacionalismo
C¨®rcega, la isla de la belleza, se ha transformado en la isla de la discordia. El Gobierno de Par¨ªs se mantiene firme frente a las reivindicaciones de 20.000 empleados p¨²blicos que permanecen en huelga desde hace 60 d¨ªas. El paro bloquea financieramente esta porci¨®n de territorio franc¨¦s. Los nacionalistas aprovechan la situaci¨®n para llevar el agua a su molino de la negociaci¨®n pol¨ªtica global, sin menoscabo de las advertencias sobre el peligro de una explosi¨®n de violencia y la reanudaci¨®n de las acciones terroristas del Frente Nacional de Liberaci¨®n de C¨®rcega (FNLC).
"No estamos dispuestos a ser un pueblo de maleteros para turistas", dice Noel Zicchina, l¨ªder de la Central General de Trabajadores (CGT, comunista), el sindicato que lidera la intersindical de funcionarios p¨²blicos en huelga.Para los dirigentes sindicales, el fracaso econ¨®mico en C¨¦rcega es evidente ante la falta de proyectos econ¨®micos y la dilapidaci¨®n de los recursos financieros que aporta el Gobierno central para mantener a los 240.000 habitantes de la isla. Aproximadamente 800 millones de francos anuales (unos 15.200 millones de pesetas) se gastan solamente en las ayudas para el transporte mar¨ªtimo y a¨¦reo como medio de mantener la denominada "continuidad territorial", esto es, intentar evitar la insularidad corsa y que los costes sean equivalentes a los que rigen en el resto de la naci¨®n.
Clanes familiares
Pero el dinero se desvanece entre las instituciones oficiales, el reparto de prebendas entre los jefes de clanes familiares y las inversiones que se llevan a cabo en Marsella o en Niza."No somos antieuropeos", recalca Zicchina; "sin embargo, tememos las decisiones de Bruselas para el a?o 1993. Nuestra isla es un objetivo exclusivamente tur¨ªstico de la CE. Poco les importa la capacidad industrial que podamos tener y la puesta en marcha de planes de inversi¨®n".
La liberalizaci¨®n de los precios en 1987 ha sido un factor m¨¢s para desestabilizar la precaria econom¨ªa de esta regi¨®n francesa. El coste real de la vida en la isla es un 15% m¨¢s elevado que en el continente. El pan, la leche y otros productos b¨¢sicos son m¨¢s caros en C¨®rcega que en el resto de Francia. Solamente hay desgravaci¨®n para la compra de autom¨®viles y para el tabaco. Para el dirigente de la CGT no pueden aplicarse en C¨®rcega los esquemas continentales sobre la libre competencia.
Los corsos tienen un salario medio de 4.200 francos, y el alquiler de la vivienda oscila entre 2.000 y 3.000 francos. Para los huelguistas no cabe duda de que la "solidaridad nacional" es imprescindible para mantener el nivel de vida en la isla. El corso m¨¢s importante que ha dado la historia, Napole¨®n Bonaparte, dijo en cierta ocasi¨®n que "en C¨®rcega las cosas son m¨¢s complicadas que en cualquier otro sitio". De modo que entre los dirigentes de la intersindical de la funci¨®n p¨²blica (que agrupa a los sindicatos nacionales) la palabra autonom¨ªa est¨¢ en boca de todos, pero ninguno de entre ellos piensa dejar de ser franc¨¦s.
"Queremos una autonom¨ªa que tenga en cuenta nuestra cultura y nuestra forma de ser. Siendo franceses y contando con los compatriotas del continente", dice uno de los huelguistas de la central Fuerza Obrera (FO), que todas las ma?anas se manifiesta ante el palacio Lavinty, sede de la Prefectura (Gobierno Civil).
Sin embargo, el movimiento nacionalista corso va en aumento, pese a haber obtenido poco m¨¢s del 23% en las ¨²ltimas elecciones municipales. A trav¨¦s de la decena de pueblos que jalonan la sinuosa carretera que une Ajaccio con Bastia (las dos capitales departamentales de la isla) se pueden ver y leer recientes pintadas a favor del FNLC.
Para Edmon Simeoni, la figura m¨¢s carism¨¢tica del independentismo corso, la situaci¨®n corsa s¨®lo puede arreglarse con un "acuerdo global", que pasa necesariamente por la concesi¨®n de un amplio estatuto de autonom¨ªa, en el que el Estado se ocupana unicamente de las cuestiones relacionadas con la defensa y las relaciones exteriores. La financiaci¨®n para llevar a cabo todo esto, "que no es proceso de un d¨ªa para otro, sino gradual", especifica Simeoni, "es una gesti¨®n de nuestros recursos madereros (142.000 hect¨¢reas), el retorno de los millones de francos que tienen los corsos emigrantes en el continente y un turismo de calidad".
Lo que tienen claro los nacionalistas corsos es que la situaci¨®n actual no es su guerra. "?sta no es nuestra huelga", dice el representante permanente del STC, Jean Vesperini, en su destartalada sede sindical de Ajaccio, decorada con fotos "de los m¨¢rtires por C¨®rcega" y un cartel a favor del IRA. El sindicato nacionalista re¨²ne a 2.000 afiliados, y su objetivo es "la liberaci¨®n nacional y social".
Aun cuando el conflicto sindical corso se antoja accesorio para los nacionalistas, este grupo de gentes se aprovecha de la degradaci¨®n social. En la sede del semanario autonomista U Ribombu (El Eco), en el centro de Bastia, un decena de j¨®venes sacan rendimiento a una fotocopiadora para multiplicar las llamadas a la liberaci¨®n de "los 14 presos pol¨ªticos corsos". En los locales no hay ning¨²n homenaje a Napole¨®n, el traidor corso que edific¨® un imperio en nombre del jacobinismo centralista. Al contrario, hay retratos de Pasquale Paoli, l¨ªder independentista del siglo XVIII, s¨ªmbolo de C¨®rcega por la lucha contra la dominaci¨®n extranjera.
Acerca de las actividades del FNLC, que decret¨® una tregua a ra¨ªz de la llegada socialista al poder en Francia, el silencio es la norma impuesta entres los militantes nacionalistas. "Todos los autonomistas tenemos los mismos objetivos", dice Vesperini, "pero si me pregunta por los clandestinos del FNLC no puedo decirle nada. Tal vez haya militantes de nuestro sindicato y de otras organizaciones que sean miembros del frente, pero se trata de individuos que act¨²an de manera personal".
Los radicales
En las dos ¨²ltimas semanas, los radicales corsos no se han conformado con las declaraciones a la Prensa. Graves enfrentamientos, con da?os por valor de tres millones de francos, tuvieron lugar la noche del 13 de abril en Bastia, despu¨¦s de una manifestaci¨®n de 20.000 personas, y el pasado martes dos encapuchados entraron en la Prefectura de esta ciudad hiriendo a un polic¨ªa de un disparo."Es absurdo pensar que el sentimiento independentista corso se puede borrar de un plumazo", a?ade Simeoni; "han sido 15 a?os de lucha", en la que ¨¦l mismo particip¨® al principio, "con 40 muertos y m¨¢s de 6.000 atentados".
Para un inspector de la Polic¨ªa Judicial de Ajaccio, que no desea ser citado, "cuando finalice el conflicto sindical la violencia de los independentistas resurgir¨¢ con enorme vigor. Las ocupac¨ªones que los huelguistas han llevado a cabo en edificios oficiales les ha permitido acceder a informes sobre personas y el destino de algunos fondos p¨²blicos. De este modo, los nacionalistas disponen de una excelente informaci¨®n para actuar en consecuencia en un futuro no muy lejano".
Mientras los sindicatos nacionales esperan negociar en los pr¨®ximos d¨ªas con el enviado especial de Par¨ªs, Michel Prada, aumentos salariales, aumento de la ayuda a la continuidad territorial, exenciones fiscales y mejora de la funci¨®n p¨²blica, los nacionalistas esperan su oportunidad.
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