"El partido comunista ha renunciado al monopolio del poder"
El primer ministro de Polonia, Mieczyslaw Rakowski, habla de la situaci¨®n en su pa¨ªs
FERNANDO SCHWARTZ, Fuma continuamente y, aunque quisiera, no logra mantener impasibles las facciones. De estatura m¨¢s bien baja en este pa¨ªs de gigantes, en la cara lleva marcado con dureza el paso de los a?os y las mil batallas de supervivencia Habla en tono monocorde y a veces sonde ligeramente, mirando al interlocutor como si buscara en ¨¦l complicidad o la misma longitud de onda. Mieczyslaw Rakowski, obrero, hijo de campesino, periodista (dirigi¨® el semanario Polityka durante 22 a?os), pone todas sus energ¨ªas en intentar que la situaci¨®n polaca no se le vaya de las manos, en capear los temporales de la variopinta fortuna pol¨ªtica en un pa¨ªs del Este europeo y en digerir el acuerdo que sus representantes firmaron con Solidaridad el pasado d¨ªa 5. Concluy¨® entonces la negociaci¨®n de la mesa redonda con el acuerdo de legalizar al sindicato clandestino, de liberalizar la econom¨ªa y de convocar elecciones relativamente democr¨¢ticas.
Pregunta. Esta Polonia de hoy es radicalmente diferente de la de hace un mes. ?Qu¨¦ ha pasado?
Respuesta. La mesa redonda inaugur¨® una nueva fase en el desarrollo pol¨ªtico del pa¨ªs. Su novedad consiste, por un lado, en que la oposici¨®n se incorpora a la vida real del pa¨ªs, y, por otro, en que se revisa el papel del partido comunista, que por decisi¨®n propia ha renunciado al monopolio del poder, comprendiendo que ya no era ¨¦l solo quien deb¨ªa decidir sobre el desarrollo del pa¨ªs. Todo esto ha sucedido a lo largo de un proceso pol¨ªtico e intelectual que ha durado a?os. ?Habr¨ªa sido posible la mesa redonda en otro momento anterior? En mi opini¨®n, no. Antes hemos tenido que madurar, nosotros y la oposici¨®n. Es dificil prever lo que suceder¨¢ a partir de ahora. Por eso creo que debemos; ser prudentes y demostrar inteligencia, sabidur¨ªa pol¨ªtica.
Solidaridad
P. En febrero de 1982, en una ¨¢cida entrevista con Oriana Fallaci, dijo usted algunas cosas muy poco amables de Solidaridad. (Asiente.) ?Sigue pensando igual?
R. Desde luego, ha evolucionado. Su orientaci¨®n principal ha sido siempre democristiana. El mejor ejemplo de ello es Walesa, con esa imagen de la Virgen que lleva prendida en la solapa. Bueno, pues esta ideolog¨ªa ha progresado desde la creencia ingenua en la posibilidad de cambio inmediato de la situaci¨®n hasta el realismo. ?ste es, me parece, el camino que ha seguido Solidaridad, que nunca ha sido un movimiento monol¨ªtico.
P. Pero usted dijo en 1981 que Solidaridad le parec¨ªa un grupo revolucionario anarquista. ?Lo cre¨ªa o estaba simplemente irritado porque retrasaba el proceso que usted quer¨ªa?
R. Cre¨ªa entonces y sigo creyendo ahora que lo que m¨¢s amenaza a Polonia es una evidente tendencia a anarquizar, a no reconocer autoridad alguna, ni la nuestra ni la de Walesa. Es una caracter¨ªstica que llevarnos en la sangre. Por ejemplo, las huelgas que reivindican alzas salariales. Yo estoy en contra. Y Walesa. Bueno, pues, existen grupos que recurren a la huelga para ello.
Salarios
P. Es dificil que los obreros no utilicen un sindicato para presionar en pro del incremento de sus salarios.
R. Desde luego, pero, en mi opini¨®n, el papel de un sindicato en la actualidad no puede ser el mismo que en los albores del capitalismo. Entonces, los sindicatos eran ¨²nicamente reivindicativos. Hoy, en algunos pa¨ªses occidentales, los sindicatos se preocupan de no estrangular a la gallina de los huevos de oro. ?No deber¨ªan los nuestros preocuparse de lo mismo?
P. Usted ha dicho que la Solidaridad que ha sido legalizada ahora no es la misma de 1981. ?Es m¨¢s o menos pol¨ªtica?
R. Ahora quiere ser menos pol¨ªtica. La Dieta, al promulgar la ley de Asociaciones, reconoce a las diferentes orientaciones pol¨ªticas la posibilidad de actuar pol¨ªticamente. Estas orientaciones, en 1981, estaban concentradas en Solidaridad. He ah¨ª la diferencia. Lo que digo es que a Solidaridad le resultar¨ªa m¨¢s f¨¢cil seguir siendo ilegal. Porque ahora pierden la gran ventaja de todo movimiento ?legal: despertar simpat¨ªa por el mero hecho de ser perseguido. Adem¨¢s, por mucho que se consideren en la oposici¨®n, al sentarse a la mesa redonda y firmar los acuerdos est¨¢n sum¨¢ndose a la responsabilidad. com¨²n de modelar el porvenir del pa¨ªs. Me parece que en los pr¨®ximos meses m¨¢s de un dirigente de Solidaridad recordar¨¢ con nostalgia los tiempos en que la organizaci¨®n era ilegal.
P. Puede que ahora acabemos teniendo a Walesa como candidato a la presidencia de la Rep¨²blica...
R. ...No. No. Esto no cuenta. No. Walesa ha dicho una cosa poco h¨¢bil hace unos d¨ªas [dijo que, de ped¨ªrselo el pueblo, tendr¨ªa que aceptar] y luego esto ha sido repetido fuera de contexto (pregunta al int¨¦rprete: ?es verdad que ha dicho eso?).
P. Y, sin embargo, el hecho de que exista un Comit¨¦ C¨ªvico que se va a ocupar de preparar las elecciones da a Solidaridad un tremendo papel pol¨ªtico.
R. Es obvio.
P. Las circunstancias que hacen hoy posible el pacto de la Mesa, hicieron entonces imposible el Frente de conciliaci¨®n nacional, cuando se rompi¨® el di¨¢logo en 1981.
R. Lo que ocurri¨® fue que, el 4 de noviembre de 1981, nuestras propuestas no fueron aceptadas. JaruzeIski se reuni¨® con [el cardenal primado] Glemp y con Walesa y propuso la reconciliaci¨®n nacional. Pero Walesa rechaz¨® la propuesta. Existen documentos que lo prueban. De ese rechazo naci¨® la ley marcial. Solidaridad era entonces para el pa¨ªs como un viento de borrasca. Sus dirigentes estaban convencidos de que bastaba con mover un dedo para que cayera el Gobierno. Y, claro, no estaban preparados para la reconciliaci¨®n nacional. Ahora, f¨ªjese, son ellos los que han hablado de ella. Por eso le he dicho que la gente tuvo que madurar para poder Regar a sentarse a la mesa. Hay l¨®gica en el proceso.
P. Por tanto, hay una l¨®gica en la ley marcial.
R. Naturalmente que s¨ª, naturalmente que s¨ª.
Elecciones
P. ?Por qu¨¦ han convocado elecciones generales tan pronto [el 4 de junio]?
R. Porque hemos considerado que hace falta salir lo m¨¢s pronto posible de esta fase de desestabilizaci¨®n.
P. ?Pero no es cierto que un Gobierno lleva indudable ventaja al acudir a elecciones anticipadas? ?Por qu¨¦ cree que Solidaridad acept¨® competir s¨®lo por el 35% de los esca?os de la Dieta? ?Es por no exagerar su victoria en la negociaci¨®n?
R. El 35% no es para Solidaridad, sino para los que no pertenecen a partido alguno. En cuanto a la ventaja de adelantar unas elecciones, ?ha visto usted alg¨²n Gobierno que no quiera aprovechar sus ventajas? Porque yo, no.
P. Es verdad, claro. ?Teme usted al voto de castigo?
R. Puedo concebir que lo haya, aunque me parece que tenemos muchos argumentos a nuestro favor. Pero vamos a tener que luchar por los votos con energ¨ªa. Naturalmente, nuestra situaci¨®n es menos ventajosa que la de la oposici¨®n. Nosotros respondemos de nuestros actos, mientras que la oposici¨®n puede decir no y s¨®lo este hecho ya le es positivo. Las ¨²ltimas encuestas indican que el 64,9% de los polacos dar¨¢ su voto a la persona que le inspire confianza, independientemente de su adscripci¨®n pol¨ªtica.
P. Y esto favorece a la oposici¨®n.
R. Puede ser. ?Qui¨¦n sabe!
P. ?Qui¨¦n sabe! Es probable que un grupo homog¨¦neo como Solidaridad se divida en varios partidos de aqu¨ª a 1993 [momento de las siguientes elecciones, que Solidaridad pretende totalmente democr¨¢ticas]. ?Ha evolucionado el POUP [Partido Obrero Unificado Polaco, comunista, en el poder]? ?Se subdividir¨¢ tambi¨¦n?
R. No creo.
P. ?A pesar de las tendenciasque se enfrentan en su seno? Pienso en el populismo de algunos sectores de los sindicatos oficialistas (OPZZ) o en el liberalismo de un Wilczek [ministro de industria], un hombre que, en Polonia, es due?o de una empresa
R. Era due?o antes de ser ministro. Ahora ya no.
P. Bueno. Usted mismo ha tenido que pelear duramente contra el sector estalinista del partido. No parece que haya uniformidad. ?Se subdividir¨¢ entonces?
R. No creo.
P. ?Se ve usted como l¨ªder de: la oposici¨®n en 1993?
R. No.
P. La gran inc¨®gnita es saber si una democracia de corte occidental es viable en la Europa socialista.
R. En mi opini¨®n, no. Es decir, la democracia en su esencia es democracia. Pero las formas con que se manifiesta dependen del car¨¢cter del sistema. No imagino que en Polonia se reproduzca el modelo occidental. Cada sistema crea sus propias estructuras y el error que comete Occidente es pretender trasladar las suyas a estos pa¨ªses. De todos modos, aunque ¨¦ste es un laboratorio muy interesante, yo prevendr¨ªa a la gente contra la formulaci¨®n de predicciones definitivas.
Polonia sin Gorbachov
P. Sin duda. Los laboratorios y los catalizadores tienen comportamientos insospechados. ?Es la URSS un catalizador? ?Estar¨ªa usted de acuerdo con el axioma de que nada de lo que est¨¢ pasando en Polonia ser¨ªa posible sin Gorbachov?
R. Me parece que ciertos procesos sociales y econ¨®micos iban teniendo lugar independientemente de lo que ocurr¨ªa en la Uni¨®n Sovi¨¦tica; no olvide que en tales procesos siempre participan fuerzas sociales espec¨ªficas. No obstante, es un hecho que la URSS ejerc¨ªa enorme influencia sobre los acontecimientos del ¨¢rea y es indudable que el acceso de Gorbachov al poder contribuy¨® a acelerar el proceso de trasformaci¨®n en otros pa¨ªses. No hay divergencias entre Gorbachov y nosotros.
P. ?Quiere eso decir que los sovi¨¦ticos ya no equiparan sistema comunista a seguridad estrat¨¦gica?
R. La actual pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica -y la interior tambi¨¦n- demuestra que el factor estrat¨¦gico ha dejado de tener el papel preponderante del pasado.
P. ?Y la Iglesia cat¨®lica?
R. La Iglesia asegura que no quiere interferir en pol¨ªtica, pero interfiere en los estados de ¨¢nimo. Sin embargo, tengo que decir que la jerarqu¨ªa polaca est¨¢ siendo muy moderada frente a los conflictos actuales; en los momentos m¨¢s graves, siempre ha sido conciliadora. De todos modos, la posici¨®n de la Iglesia en Polonia est¨¢ muy condicionada por el hecho de que el Papa sea polaco. Que el sustituto de Dios en la Tierra tenga la nacionalidad de uno no es cosa sin importancia.
P. El pr¨®ximo 3 de mayo aparecer¨¢ un peri¨®dico independiente de oposici¨®n dirigido por Adam Michnik. Es el primer resultado del pacto. ?Cree usted que llegar¨¢ a haber una radio y una televisi¨®n no estatales y al margen del sistema?
R. Nuestra televisi¨®n y radio polacas son la televisi¨®n y radio gubernamentales. Y mientras yo siga siendo primer ministro seguir¨¢n siendo gubernamentales.
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