El Papa celebra la coexistencia de etnias en la isla africana de Reuni¨®n
El papa Juan Pablo II rindi¨® ayer homenaje a quienes "han aprendido a vivir juntos con sus m¨²ltiples sensibilidades etno-culturales", al llegar a la isla francesa de La Reuni¨®n, situada al este de Madagascar.El Papa fue recibido por el primer ministro franc¨¦s, Michel Rocard, en representaci¨®n del presidente, Fran?ois Mitterrand, en Saint Denis, la capital de La Reuni¨®n, isla que tiene 150.000 habitantes de origen indio y varias decenas de miles de origen chino sobre el total de 575.000 habitantes.
La visita del Pont¨ªfice ha sido bien recibida no s¨®lo por la mayor¨ªa. de cat¨®licos de la isla sino por las minor¨ªas protestante, budista e isl¨¢mica que completan el espectro religioso existente en este departamento franc¨¦s de ultramar.
Juan Pablo II dese¨® al llegar a La Reuni¨®n -como parte de su quinta gira africana que incluye Madagascar, La Reuni¨®n, Zambia y Malaui- que sus pobladores "sigan dando al mundo el ejemplo de un cuerpo social cuya unidad din¨¢mica se forj¨® y se desarroll¨® gracias a las adaptaciones consentidas mutuamente por unos y otros".
Juan Pablo II lleg¨® a las 15.30 (hora peninsular espa?ola) con signos de fatiga tras su visita pastoral de tres d¨ªas a Madagascar y fue calurosamente acogido por decerias de miles de habitantes en el aeropuerto de Saint Denis y a lo largo de los siete kil¨®metros que recorri¨® en Papam¨®vil hasta la Prefectura.
Revoluci¨®n y cristianismo
En Antananarivo, capital de Madagascar, Juan Pablo II fue despedido por el pol¨¦mico presidente Didier Ratsiraka, quien consider¨® la presencia del Papa en su pa¨ªs como "el refuerzo de la colaboraci¨®n y comprensi¨®n que ya existe entre el, poder revolucionario y las iglesias cristianas de un pa¨ªs que forma parte del continente africana a¨²n afligido por el yugo inhumano del apartheid".Antes de abandonar Madagasear, el Papa habla reiterado ante m¨¢s de 100.000 personas que se reunieron para escucharle en Fia.narantsoa, al sur del pa¨ªs, su oposici¨®n al control de la natalidad por m¨¦todos artificiales y al aborto. El Pont¨ªfice conden¨® los intentos occidentales de ¨ªrnponer lo que llam¨® un "imperialismo contraceptivo" en el Tercer Mundo.
En su homil¨ªa, el Pont¨ªfice abord¨® la cuesti¨®n de la dignidad del trabajo y de la responsabilidad del hombre hacia la naturaleza, "que Dios le ha confiado". El problema de la desertizaci¨®n y de la eliminaci¨®n de los bosques y su sustituci¨®n por tierra de cultivo para el desarrollo ganadero afecta tambi¨¦n a la isla de Madagascar.
"He podido admirar la belleza y la riqueza de vuestra gran isla y sin embargo sabemos que el uso que se hace de ella amenaza con degradar e inutilizar el suelo", se?al¨® Juan Pablo II. "Por todo el mundo nos darnos cuenta de los da?os provocados por una explotaci¨®n que destruye mucho sin prever la vida de las generaciones futuras", agreg¨®.
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