Bush ataca a Mosc¨² por su pol¨ªtica en Centroam¨¦rica

George Bush responsabiliz¨® ayer directamente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica de las "consecuencias" en las relaciones con Washington de su intervenci¨®n en Centroam¨¦rica, "apoyando la violencia y la subversi¨®n". El presidente norteamericano pidi¨® a Mosc¨² que concluya el apoyo "al asalto de Nicaragua a la democracia en la regi¨®n". En su primer discurso global sobre Latinoam¨¦rica desde su toma de posesi¨®n, Bush prometi¨® que su Administraci¨®n trabajar¨¢ para construir una "nueva asociaci¨®n con las Am¨¦ricas, basada en el mutuo respeto y en el compromiso com¨²n con el sistema de Gobierno democr¨¢tico".

El presidente tuvo palabras muy duras para el hombre fuerte paname?o, el general Noriega, acus¨¢ndole de estar preparando un "masivo fraude electoral". Bush anunci¨¦ que EE UU, que ayer hizo tambi¨¦n un llamamiento directo a las fuerzas de defensa paname?as para impedir el temido pucherazo, "no reconocer¨¢ los resultados de una elecci¨®n fraudulenta para mantener a Noriega en el poder". Pidi¨® a las democracias europeas que se pronuncien clara y p¨²blicamente contra el fraude en las elecciones del d¨ªa 6.Bush insisti¨®, y esto es nuevo en relaci¨®n con Reagan, en vincular directa y abiertamente el progreso en las relaciones con la URSS con el comportamiento sovi¨¦tico en el istmo centroamericano. El secretario de Estado, James Baker, llevar¨¢ este mensaje el pr¨®ximo d¨ªa 10 a Mosc¨².

Suministro de armas

Bush, que hablaba en el Departamento de Estado ante el Consejo de las Am¨¦ricas, una organizaci¨®n de empresarios interesados en Latinoam¨¦rica, denunci¨® que Cuba y Nicaragua han aumentado el suministro de armas del bloque sovi¨¦tico a la guerrilla salvadore?a. Esa ayuda, "en directa violaci¨®n de los acuerdos de Esquipulas, debe cesar".Bush, que ha desmontado mediante un acuerdo bipartidario con el Congreso la pol¨ªtica de Ronald Reagan, que intent¨® durante casi ocho a?os derrocar por la fuerza a los sandinistas, fue sin embargo muy severo con el Gobierno de Managua. Exigi¨® a Daniel Ortega que detenga la "exportaci¨®n de la revoluci¨®n violenta".

Denunci¨® que el r¨¦gimen izquierdista nicarag¨¹ense est¨¢ estableciendo unas reglas del juego que penalizan a la oposici¨®n ante las elecciones de febrero de 1990, con leyes electorales y de Prensa "restrictivas". Bush pidi¨® la liberaci¨®n de todos los prisioneros pol¨ªticos, televisi¨®n para la oposici¨®n, el "fin de la intimidaci¨®n" de la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito sandinistas" y del acoso de los l¨ªderes de la oposici¨®n. "Si los sandinistas suspenden esta prueba", dijo el presidente, "ser¨¢ un tr¨¢gico y peligroso rev¨¦s. La consolidaci¨®n de la tiran¨ªa no significar¨¢ la paz, sino una crisis a la espera de producirse". Estas palabras sugieren una velada amenaza a un nuevo intervencionismo norteamericano contra los sandinistas, que hasta febrero de 1990 mantendr¨¢ viva a la contra en Honduras con ayuda humanitaria.

Bush felicit¨® al general Andr¨¦s Rodr¨ªguez por su triunfo electoral en Paraguay y le prometi¨® la cooperaci¨®n de Washington. El presidente elogi¨® tambi¨¦n las elecciones "libres y justas" celebradas en El Salvador, y afirm¨® que la ultraderechista Arena "merecen una oportunidad y tienen nuestro apoyo". Bush pidi¨® a los pa¨ªses latinoamericanos que liberen sus econom¨ªas del estatismo y abracen la libre empresa, fomentando el clima propicio para la inversi¨®n.