La noche del gato

M¨¢s de una hora tard¨® Al Stewart, un escoc¨¦s de 44 a?os de edad y aspecto c¨¢ndido, en interpretar The year of the cat, su canci¨®n, su raz¨®n de ser como compositor e int¨¦rprete. Setenta minutos que el cantautor y su grupo llenaron de modo muy digno, brillando con aut¨¦ntica fuerza a nivel instrumental.Peter Whaite, ¨²nico miembro fijo de la banda de Stewart, justific¨® su reciente fichaje para grabar en solitario: domina la guitarra el¨¦ctrica, la ac¨²stica y la cl¨¢sica, sabiendo imprimir a cada una de ellas el car¨¢cter necesario. El resto de la banda se deja arrastrar por el ambiente rancio y repetitivo que Al Stewart imprime a sus composiciones, demasiado similares entre s¨ª.

Pero el p¨²blico disfrut¨®, y mucho, puesto que todo el repertorio parece un esbozo, con liger¨ªsimas variaciones, en busca de El a?o del gato. El cantante de Glasgow tiene una forma inconfundible de escribir y una voz aterciopelada perfecta para ese tipo de textos y ritmos. Se le puede achacar un conformismo excesivo, una carencia absoluta de riesgo o alegr¨ªa, pero puede que sea injusto cuando su ¨²nica y eterna bandera ha sido la melancol¨ªa. Historias de amores rotos que se cruzan con alusiones hist¨®ricas concretas, de modo aparentemente an¨¢rquico y con un nexo de uni¨®n musical.

As¨ª, entre acordes de La bamba o Wild thing, las ocho guitarras que poblaban el escenario cobraron vida, realzando notablemente la recta final de lo que fue un camino demasiado recto y asfaltado.