P¨¢nico en la Scala
Kitia Ricciarelli, abucheada en 'Luisa Miller', rompe con el teatro milan¨¦s tras una dura pol¨¦mica
"?Que Dios os maldiga". Con tan grueso anatema lanzado hacia el p¨²blico, acompa?ado por un no menos oper¨ªstico gesto de la cruz, la soprano Katia Ricciarelli dio por concluida, la noche del pasado viernes, su siempre dificil colaboraci¨®n con el Teatro alla Scala, tras dos funciones de Luisa Miller que fueron ruidosamente contestadas por el p¨²blico y que han degenerado en una profunda crisis entre la cantante y la directiva del teatro. En la representaci¨®n de anteayer, Ricciarelli fue sustituida por la cantante norteamericana Kallen Esperian, protegida de Pavarotti.
Como en el cuento P¨¢nico en la Scala, del fallecido periodista y escritor Dino Buzzati, algo gordo se preve¨ªa que iba a pasar con la vuelta de Katia Ricciarelli al escenario de La Scala de Mil¨¢n tras cuatro a?os. de ausencia. El m¨¢ximo responsable del teatro, Carlo Maria Badini, declaraba al diario La Repubblica del domingo, que se trataba de "un fracaso anunciado".El divorcio entre la soprano y el p¨²blico milan¨¦s configura un relato de odios e incomprensiones en la mejor tradici¨®n de la Scala. No ha faltado quien, valorando los acontecimientos de los ¨²ltimos d¨ªas, ha dicho que "un poco de sangre y arena [en la Scala] nunca le ha venido mal a la inmortalidad de Verdi, Donizetti y Puccini'.
Los hechos, resumidos, son los siguientes: durante el estreno de Luisa Miller, el pasado d¨ªa 5, un grupo de unos 40 loggionisti [espectadores del ¨²ltimo piso] se dedic¨® a patear el espect¨¢culo desde el primer acto, manifcstando sonoramente su disconformidad con la cantante, que no pisaba el escenario milan¨¦s desde cuatro a?os atr¨¢s (con II viaggio a Reims) y a la que, posiblemente, el papel protagonista del t¨ªtulo verdiano le vierte ancho en la actualidad. Los incidentes, que no llegaron a interrumpir el espect¨¢culo, degeneraron en aut¨¦ntico tumulto cuando, al final de la representaci¨®n, Ricciarelli hizo un visible corte de mangas al p¨²blico. El marido de la soprano, Pippo Baudo, popular presentador de la televisi¨®n de Silvio Berlusconi, estuvo a punto de llegar a las manos con los contestatarios y cuando, rodeado de gorilas, se dirig¨ªa hacia el camerino de su esposa, dio un contundente puntapi¨¦ a un m¨²sico que se interpuso en su camino, seg¨²n aseguraba la agencia France Presse.
Dimisi¨®n
Los gritos de desaprobaci¨®n volvieron a producirse en el transcurso de la segunda representaci¨®n, que la Ricciarelli ataj¨® con la temperamental maldici¨®n antes citada. Entre tanto, la soprano y la directiva del teatro cruzaban fuego de artiller¨ªa pesada. La diva manifestaba the day after del estreno que la contestaci¨®n hab¨ªa sido permitida por el propio teatro y que "el culpable" formaba parte de su plantilla. "He sabido por una persona de toda confianza, de la que por ahora no quiero desvelar el nombre, que el grupo de facinerosos pudo entrar despu¨¦s del inicio del espect¨¢culo, aunque se hab¨ªan vendido ya todas las entradas", acus¨® Ricciarelli.M¨¢s contundente se mostr¨® en sus siguientes declaraciones tras la representaci¨®n del viernes. Dijo la soprano: "El comportamiento y las declaraciones de la direcci¨®n son de dimisi¨®n". Y en su ira sacaba a colaci¨®n al propio teatro del Liceo de Barcelona, donde por un contrato firmado hace no menos de dos a?os, hubiera tenido que estar cantando ahora la Amenaide de Tancredi. "Existen t¨¦lex en los que Mazzonis [director art¨ªstico de la Scalal se hace pasar por amigo del director Luis Andreu y le pide rescindir el contrato que ten¨ªa ya firmado con ellos. S¨®lo Andreu sabe cu¨¢nto me interesaba ese Tancredi". Andreu manifest¨® ayer a este diario que hace ocho meses recibi¨® una llamada de la propia Ricciarelli, solicit¨¢ndole anular el contrato, al tener la oferta de la Scala, a lo que el director accedi¨®, al disponer del tiempo suficiente para buscar una sustituta.
La r¨¦plica a las declaraciones de la cantante por parte de la directiva del teatro no se ha hecho esperar. Mazzonis manifestaba: "Un poco de autocr¨ªtica y humildad habr¨ªa ido bien a la se?ora Ricciarelli". Ricciarelli, que tras la representaci¨®n del viernes abandon¨® Mil¨¢n, no pudo ser localizada ayer, aunque su agencia art¨ªstica asegur¨® que a¨²n no se hab¨ªa tomado ninguna determinaci¨®n sobre las representaciones de Luisa Miller para los pr¨®ximos 26 y 31 de mayo, para las que la cantante tiene firmado contrato. Todo hace prever, sin embargo, que las relaciones entre la diva y la Scala han quedado rotas para siempre.
Babelia
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