Temor a que la revuelta china se reprima por la fuerza
ENVIADO ESPECIALChina vive desde anoche en un estado de completo caos. Conforme pasan las horas, crecen los temores de que el Gobierno decida reprimir por la fuerza el levantamiento popular que ha estallado en favor de la democracia.
Rumores no confirmados hablan de movimientos de tropas cerca de la capital, Pek¨ªn, donde un mill¨®n de personas volvi¨® ayer a manifestarse en apoyo de los estudiantes en huelga de hambre y pidiendo el retiro pol¨ªtico del m¨¢ximo dirigente, Deng Xiaoping.
En Shanghai y en otras 18 ciudades se produjeron tambi¨¦n masivos actos de protesta. El primer ministro, Li Peng, se reuni¨® con los representantes estudiantiles, pero no logr¨® persuadirles de que pongan fin a la huelga de hambre que mantienen desde hace seis d¨ªas casi un millar de compa?eros. La vida de varios de ellos corre ya serio peligro.
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Art¨ªculo del l¨ªder estudiantil Wang Dan en la p¨¢gina 15
Li Peng se re¨²ne con los l¨ªderes de la revuelta
Viene de la Primera P¨¢ginaCientos de miles de personas se volcaron de nuevo en direcci¨®n a la plaza Tiananmen de Pek¨ªn despu¨¦s de que el telediario de la noche retransmitiera en diferido el encuentro que hab¨ªan mantenido a mediod¨ªa, en una de las salas del Gran Palacio del Pueblo, el primer ministro, Li Peng, el presidente de la comisi¨®n de educaci¨®n, Li Tieying, el alcalde de Pek¨ªn, Chen Xi Tong, y el miembro del secretariado del comit¨¦ central, Yan Min Fu, con ocho de los l¨ªderes del movimiento aut¨®nomo universitario, entre los que figuraban en primera l¨ªnea sus dos principales cabecillas, Wuerkaixi, estudiante de Magisterio en la universidad Normal, y Wang Dan, alumno de Historia en la universidad de Pek¨ªn.
El encuentro termin¨® sin ning¨²n acuerdo al estimar los l¨ªderes estudiantiles que el Gobierno sigue sin admitir dos de sus condiciones: la apertura de un di¨¢logo de igual a igual y la transmisi¨®n en directo del mismo por radio y televisi¨®n. "No podemos garantizar despu¨¦s de esta reuni¨®n que nuestros compa?eros pongan fin a la huelga", dijo el joven Wuerkaixi, vestido en pijama, que dej¨® la cama del hospital para acudir a la cita, muy debilitado por los efectos del ayuno de alimentos.
El l¨ªder estudiantil, rodeado de enfermeros, se coloc¨® en varias ocasiones una sonda en la nariz para recibir suero. "No me importa si me escuch¨¢is o no. Pek¨ªn vive estos d¨ªas en un estado de anarqu¨ªa, y yo, como primer ministro de la Rep¨²blica Popular de China, tengo el deber de proteger el orden", afirm¨® en tono nervioso Li Peng. "Si se producen des¨®rdenes p¨²blicos la responsabilidad ser¨¢ del Gobierno y no de nosotros. El desorden no lo ha provocado el movimiento estudiantil, sino la actual situaci¨®n pol¨ªtica", contest¨® a su vez Wang Dan.
El primer ministro trat¨® al principio en un tono bastante paternalista a los representantes del movimiento. "Yo tambi¨¦n tengo un hijo de vuestra edad. Perdonad que no os haya recibido antes", dijo. Pero Wuerkaixi cort¨® en seco: "Vayamos al grano. Hablemos de las cuestiones esenciales porque all¨ª fuera, en la plaza, hay compa?eros que est¨¢n sufriendo".
El dirigente estudiantil, que ayer dio muestras evidentes de su indiscutible capacidad de liderazgo, dijo a sus interlocutores que el Gobierno y el partido comunista deben disculparse con los estudiantes, corrigiendo p¨²blicamente la l¨ªnea del editorial aparecido el pasado 26 de abril en el Diario del Pueblo, el ¨®rgano oficial del partido, en el que se calificaba de subversivo al movimiento. El art¨ªculo se afirma que fue directamente inspirado por Deng Xiaoping. "Nunca hemos dicho que los compa?eros estudiantes hayan creado des¨®rdenes p¨²blicos. Siempre hemos afirmado su entusiasmo patri¨®tico. Muchas de vuestras reivindicaciones las compartimos y son un est¨ªmulo en la tarea de remediar los problemas", afirm¨® Li.
Situaci¨®n preocupante
El jefe del Gobierno reconoci¨® que la situaci¨®n comienza a ser preocupante y habl¨® de que los actos de protesta que se han producido en otras ciudades -ayer decenas de miles de personas se manifestaron en Shanghai, la segunda ciudad del pa¨ªs- han afectado al sistema ferroviario, de vital importancia para el comercio interno, y al ritmo de producci¨®n en varias f¨¢bricas.
La protesta ha perdido desde hace tres d¨ªas su car¨¢cter exclusivamente estudiantil y se ha convertido en un grav¨ªsimo levantamiento social dificil de canalizar dada la amalgama de sectores distintos que lo protagonizan y los intereses contrapuestos en algunos casos. Sin embargo, una inmensa multitud no se asust¨® ayer por la jornada lluviosa que vivi¨® Pek¨ªn y se lanz¨® a la calle para solidarizarse con los estudiantes huelguistas, y despacharse a gusto contra la figura de Deng Xiaoping, el peque?o y anciano l¨ªder chino a quien anoche todo el mundo quer¨ªa que "se fuera a cazar gatos, a jugar al bridge o a descansar para siempre". "Tienes 80 a?os, Xiaoping [en realidad est¨¢ a punto de cumplir 85), pero tu mente ya no funciona", gritaban a mediod¨ªa muchos de los participantes en esta especie de jubilosa liberaci¨®n popular de ni?os, colegiales de secundaria, obreros del metal, funcionarios de ministerios, empleados de oficinas, polic¨ªas municipales, miembros del partido comunista y de los dem¨¢s peque?os grup¨²sculos satelites del mismo, intelectuales, profesores y, evidentemente, estudiantes, quienes han logrado contagiar a sus compatriotas de su esp¨ªritu de rabia por la falta de democracia y las frustraciones que han supuesto algunos de los errores del valiente proceso de modernizaci¨®n que Deng impuls¨¦ hace 10 a?os.
La inflaci¨®n originada por el exceso de demanda, la rampante corrupci¨®n p¨²blica derivada del sistema de doble precio y la introducci¨®n de los llamados vicios occidentales como consecuencia de la apertura al exterior han estallado en el rostro del n¨²mero uno chino.
Ayer, en medio del continuo ulular de sirenas de ambulancias que transportaban huelguistas desmayados, corri¨® como la p¨®lvora el rumor entre los congregados en Tiananmen de que el veterano l¨ªder habia anunciado su retirada definitiva. Mas tarde se comprobar¨ªa que eso todav¨ªa no es cierto.
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