Los interrogantes del PSOE
Jordi Sol¨¦ Tura, comprometido simpatizante del PSOE, ha escrito recientemente sobre los interrogantes del CDS. Debo reconocer los esfuerzos de Jordi Sol¨¦ para sacar jugo anal¨ªtico a unos acuerdos municipales. Es un esfuerzo, sin embargo, fallido. En realidad, m¨¢s que an¨¢lisis, hace prospectiva, y haciendo prospectiva -como los datos de partida son escasos, y la base en que se apoya, fr¨¢gil- termina por caer en la propaganda pol¨ªtica al servicio del PSOE. De los acuerdos municipales dice muchas cosas, menos que son unos acuerdos municipales, extendidos a la Comunidad de Madrid. Este m¨¦todo le permite aludir a cuestiones tales como el servicio militar, o incluso la OTAN, y omitir el hecho de que el PSOE lleva ya 10 a?os gobernando el Ayuntamiento de Madrid y seis la comunidad aut¨®noma con un balance f¨¢cil de resumir: colapso.La diferencia entre los an¨¢lisis serios y los que no lo son radica en que aqu¨¦llos parten siempre de reflejar fielmente las explicaciones de los protagonistas de los hechos, sea para aceptarlas, ponerlas en duda o rechazarlas, pero al menos teni¨¦ndolas en cuenta. Jordi Sol¨¦ no lo hace as¨ª, y bajo apariencia de an¨¢lisis profesoral concluye con afirmaciones que casualmente coinciden con las que han hecho, en un plano de confrontaci¨®n pol¨ªtica, los dos principales dirigentes del PSOE, presidente y vicepresidente del Gobierno, para atacar los acuerdos: un paso m¨¢s en los oscuros prop¨®sitos personales del presidente del CDS, la inclusi¨®n del partido centrista en la estrategia de la derecha y la muy conveniente clarificaci¨®n del mapa pol¨ªtico porque, al formarse una conjunci¨®n pol¨ªtica en que el CDS queda supuestamente absorbido, el PSOE queda colocado en su lugar. En suma, la doctrina oficial, aunque torpemente explicada porque parece como si la ubicaci¨®n del PSOE en el mapa pol¨ªtico dependiera de los acuerdos o pasos del CDS.
El lugar del Gobierno
Jordi Sol¨¦ no aclara, sin embargo, qu¨¦ entiende por lo que ¨¦l considera una consecuencia de los acuerdos: "Situar a los socialistas en su exacto lugar". Aunque quiere dar a entender que es hacia la izquierda, no se atreve a afirmarlo expl¨ªcitamente porque hay cosas que no tendr¨ªan encaje en su tesis. ?Cu¨¢l es el lugar de un Gobierno y de un partido que realizan una estrategia antisindical y, si es preciso, pactan a tal fin con los sectores m¨¢s conservadores de la sociedad? ?Cu¨¢l es el lugar de un Gobierno en cuyo balance hay una agudizaci¨®n de ciertas desigualdades sociales? ?Cu¨¢l es el lugar de un Gobierno y de un partido durante cuyo mandato hay un deterioro de los servicios p¨²blicos fundamentales o de la protecci¨®n social de los ciudadanos al tiempo que se rinde culto al dinero y al r¨¢pido enriquecimiento, se dispara la especulaci¨®n, se privatizan empresas p¨²blicas, se bloquea la funci¨®n de control del Parlamento y se extienden los indicios de corrupci¨®n?
Situaci¨®n real
Unos acuerdos municipales, por importantes que sean, jam¨¢s tendr¨¢n virtualidad para ocultar esos hechos que son los que determinan la situaci¨®n real de un Gobierno y de un partido en el panorama pol¨ªtico.
Comprendo el drama de gentes sinceramente de izquierdas, como Jordi Sol¨¦, a la hora de respaldar al PSOE. El apoyo a este partido, como todo en la vida, puede razonarse de muchas maneras salvo de una: desde la definici¨®n ideol¨®gica. La ambig¨¹edad de la vida espa?ola desde 1982 no est¨¢ en el CDS, est¨¢ en el PSOE porque su estrategia no es ser de izquierdas -como le gustar¨ªa a Jordi Sol¨¦-, sino un partido hegem¨®nico, m¨¢s maquinaria que proyecto pol¨ªtico, para perpetuarse en el poder. Gato blanco, gato pardo, lo importante es que cace ratones. Por eso no es el CDS quien "querr¨ªa tener un pie en todos los lados de todas las l¨ªneas divisorias", como imputa Jordi Sol¨¦ al partido centrista. Es el Gobierno del PSOE quien ha hecho de esa pr¨¢ctica norma de conducta en los ¨²ltimos siete a?os.
Creo que ser¨ªa m¨¢s correcto esperar a ver cu¨¢les son los compromisos program¨¢ticos y la acci¨®n del gobierno municipal de coalici¨®n para emitir un juicio m¨ªnimamente fundado, y sobre todo no extraer consecuencias excesivas de hechos modestos. ?Qu¨¦ tendr¨ªa que decir Jordi Sol¨¦, por ejemplo, del Partido Socialista Italiano, que lleva m¨¢s de 20 a?os gobernando con fuerzas de centro y derecha? ?Por qu¨¦ el bolet¨ªn del SPD alem¨¢n, partido socialdem¨®crata moderado donde los haya, ha negado que el felipismo sea siquiera socialdem¨®crata? ?Por qu¨¦ el profesor Sol¨¦ Tura no saca consecuencias estrat¨¦gicas de los pactos del PSOE con la derecha en las Cortes Generales, en Galicia, en Navarra o en Arag¨®n, e incluso en Madrid con el se?or Pi?eiro? ?Por qu¨¦ los acuerdos municipales del CDS son m¨¢s significativos que los de esa no corta lista?
Si los acuerdos pol¨ªticos entre partidos definieran de manera excluyente su car¨¢cter de derecha, centro o izquierda, ser¨ªa hoy imposible en Europa ubicar a ning¨²n partido. La experiencia dice que los acuerdos de gobierno permiten conservar a los partidos que se asocian para gobernar su identidad, al menos cuando la tienen.
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