Thatcher aconseja a Bush que reprima su optimismo

Margaret Thatcher ha puesto t¨ªmida sordina a la triunfa? gira europea de George Bush al advertir contra los riesgos del exceso de optimismo. Ambos insistieron ayer en que la especial relaci¨®n brit¨¢nico-norteamericana va a seguir en el futuro, aunque una fuente pr¨®xima a la primera ministra coloc¨® un pero a la relaci¨®n personal entre ambos l¨ªderes. La escala londinense de Bush ha carecido del brillo de su estancia en otras capitales y, aunque es pronto para saber si Londres va a seguir manteniendo ante Washington la anterior preeminencia, hay indicios de una matizaci¨®n en la relaci¨®n.

Tras las discusiones, acuerdos y discursos de los d¨ªas precedentes en Bruselas y Mairiz, Londres pareci¨® esta vez s¨®lo un fr¨ªvolo term¨®metro para medir el calor de la relaci¨®n personal entre el nuevo presidente norteamericano y la veterana primera ministra brit¨¢nica, que hace al menos ocho a?os que se conocen, el tiempo que Bush ocup¨® la vicepresidencia estadounidense. A la salida de su entrevista de ayer en Downing Street, que dur¨® 45 minutos m¨¢s de lo esperado, todas las preguntas giraron en torno a los t¨¦rminos de la nueva relaci¨®n."La especial relaci¨®n entre el Reino Unido y Estados Unidos sigue y va seguir", dijo Bush. "Mantenemos una muy especial relaci¨®n, pero no necesita serlo a expensas de nuestra amistad con otros pa¨ªses".

El d¨ªa anterior, el presidente hab¨ªa manifestado en la Rep¨²blica Federal de Alemania que Bonn y Washington son ahora socios en el liderazgo occidental, formulaci¨®n verbal de lo que conocedores de las interioridades de Washington consideran es la nueva orientaci¨®n de la pol¨ªtica de la Administraci¨®n de Bush. En la dureza e inflexibilidad mostrada por Thatcher en los asuntos europeos (enfrentada a los germanos en el seno de la OTAN y a casi todos los dem¨¢s en la Comunidad Europea) ven los norteamericanos m¨¢s una carga que una fuerza positiva.

Una fuente oficial brit¨¢nica rebaj¨® ayer con altruismo la inflexiblidad brit¨¢nica. "Hubi¨¦semos preferido que no hubiera negociaciones" sobre los misiles nucleares de corto alcance estacionados en la Rep¨²blica Federal de Alemania. "Pero hay un problema pol¨ªtico alem¨¢n e intentamos ayudar". La misma fuente insisti¨® en que las eventuales negociaciones est¨¢n sujetas a f¨¦rreas condiciones "y est¨¢ claro que no habr¨¢ un opci¨®n triple cero", un desmantelamiento total de esos misiles.

Thatcher insisti¨® ante su hu¨¦sped sobre la necesidad detener bien perfilados los detalles de la oferta que ha de presentarse a los sovi¨¦ticos y le advirti¨® contra la euforia, en lo que Bush estuvo de acuerdo, aunque le replic¨® que el Este se est¨¢ moviendo hacia la democracia. Thatcher reconoci¨® que Occidente atraviesa un periodo de transici¨®n en cuestiones de defensa y, en p¨²blico, se visti¨® de estadista. "Estarnos al final de la contenci¨®n" dijo. "Es la libertad al ataque, una ofensiva pac¨ªfica en todo el mundo".

Durante su entrevista -que una fuente callfic¨® de "informal, casi una charla"- ambos analizaron el estado del mundo, deteni¨¦ndose en la Europa del Este -"c¨®rno incitar al cambio"-, Oriente Pr¨®ximo, donde ambos quisieran ver ceder al intransigente Isaac Shamir, y ?frica austral. Tambi¨¦n hablaron de la crisis argentina, momento que Thatcher aprovech¨® para pedir a Bush que Estados Unidos no venda armas a Buenos Aires.

El presidente Bush vuelve esta ma?ana a Washington y deja detr¨¢s a una Thatcher que quiere dar la impresi¨®n de que el presidente "es una persona ante la que puedo relajarme", como dice una fuente de su m¨¢xima confianza. "Su relaci¨®n personal con Gorbachov, con Reagan y con Bush es diferente", a?ade.