Precisiones parlamentarias
El pasado 3 de junio, en una informaci¨®n titulada N¨®madas enfermos de tendinitis, Ignacio Cembrero, desde Bruselas, se?alaba el continuo trasiego al que se ven sometidos los diputados del Parlamento Europeo por la dispersi¨®n de los lugares de trabajo de dicha instituci¨®n. Quedaba claro que han sido los parlamentarios los primeros interesados en acabar con esta situaci¨®n, pero no se indicaba que son los Estados miembros los que tienen que decidir sobre esta materia.En efecto, seg¨²n los art¨ªculos 77, 216 y 189 de los tratados CECA, CEE y CEEA respectivamente, son los Gobiernos los que tienen la obligaci¨®n de fijar "la sede de las instituciones de la Comunidad Europea de com¨²n acuerdo".
En 10 a?os, el Parlamento Europeo ha sido llevado por Francia y Luxemburgo en repetidas ocasiones ante el Tribunal de Justicia europeo precisamente por pedir la racionalizaci¨®n de la situaci¨®n que obliga a la Euroc¨¢mara a trabajar en tres ciudades diferentes (Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo).
Por otra parte, la supuesta enfermedad a la que se refiere el corresponsal mal podr¨ªan contraerla los eurodiputados de ser cierto el titular de "un absentismo bien pagado" en el Parlamento Europeo como aparece tambi¨¦n en la informaci¨®n. Efectivamente, los diputados perciben dietas por asistir a las reuniones de comisiones, grupos o plenos. Dietas que, l¨®gicamente, se destinan a cubrir los m¨²ltiples gastos que origina su trabajo, pero que en ning¨²n caso perciben si no asisten. Muy dificil, por tanto, llegar a esa cantidad de ahorros que el corresponsal calcula si los eurodiputados no acuden a su trabajo. Tampoco se puede computar en el sueldo de un diputado europeo, igual al de un diputado nacional de su respectivo pa¨ªs, la asignaci¨®n que recibe para contratar los servicios de un asistente, previa presentaci¨®n de un contrato, ni los complementos para gastos de secretar¨ªa. Personal e infraestructura b¨¢sicos para poder realizar con dignidad su trabajo.
Respecto al elevado coste ling¨¹¨ªstico, al que se refiere el corresponsal, hay que se?alar que la existencia de nueve lenguas de trabajo simboliza el respeto a la diversidad cultural de los doce Estados miembros. Se paga, efectivamente, un alto precio, pero todo es relativo: el presupuesto del Parlamento Europeo en 1989 (400 millones de ECU) representa menos del 1% del de la Comunidad Europea (46.000 millones de ECU) y los gastos de personal y funcionamiento, incluyendo el alquiler de edificios de las instituciones, s¨®lo representa el 5%. del presupuesto comunitario, porcentaje claramente inferior comparado con los presupuestos de las administraciones de cualquier Estado miembro.-
Directora de la Oficina de Informaci¨®n del Parlamento Europeo.
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