Un obispo en mula
El nuevo titular de la di¨®cesis de Orihuela-Alicante cumpli¨® una tradici¨®n de siglos
Orihuela celebr¨® el s¨¢bado por todo lo alto una fiesta que no figura en el calendario. Despu¨¦s de 35 a?os llegaba un nuevo obispo a tomar posesi¨®n de la sede de la di¨®cesis de Orihuela-Alicante. Decenas de miles de personas salieron a la calle para recibir a monse?or Francisco ?lvarez Mart¨ªnez, de 63 a?os. Cumpliendo una tradici¨®n de siglos, ¨¦ste se present¨® ante la vieja muralla de la ciudad a lomos de una mula blanca, escoltado por una representaci¨®n del cabildo catedralicio, la banda de m¨²sica, la polic¨ªa municipal de gala y tres concejales vestidos de chaqu¨¦ con chistera, a caballo.
Con la entrada ayer a lomos de una mula de monse?or ?lvarez Mart¨ªnez, quedaron superadas ciertas reticencias a cumplir con la tradici¨®n. El nuevo obispo, que sustituye a Pablo Barrachina, relevado a los 77 a?os de edad, hab¨ªa pedido tiempo para pens¨¢rselo cuando el 12 de mayo pasado fue hecho p¨²blico su nombramiento y desde Orihuela le recordaron el rito, cumplido por la mayor parte de sus antecesores. Finalmente se acord¨® respetar la tradici¨®n.Una vieja monjita comentaba que la fiesta se parec¨ªa a la entrada triunfal de Jes¨²s el Domingo de Ramos. Y llevaba raz¨®n a juzgar por los v¨ªtores, aplausos, flores y arcos triunfales que acompa?aron al nuevo obispo durante su recorrido desde las puertas de la ciudad hasta la catedral, aunque, en vez de palmas y ramos los vecinos llevaban en sus manos c¨¢maras fotogr¨¢ficas y de v¨ªdeo dom¨¦stico. Hab¨ªa otra novedad respecto de la ¨²ltima llegada de un obispo. Fot¨®grafos de Prensa, periodistas y c¨¢maras de televisi¨®n, entre las que no faltaban las de una docena de televisiones locales que hay en la comarca de la Vega Baja, quisieron ser notarios de este espect¨¢culo hist¨®rico.
Bajo un sol de justicia
A las seis de la tarde del s¨¢bado, con un sol de justicia, en la ermita de San Ant¨®n, a un kil¨®metro de distancia de la ciudad, el nuevo obispo fue recibido con aplausos, cohetes y la marcha de infantes que interpret¨® la Uni¨®n L¨ªrica Orfelitana. Poco despu¨¦s monse?or conoci¨® a Roma, una mula blanca regalada para la ocasi¨®n por sus paisanos del Centro Asturiano en Benidorm. por la que han pagado 7.000 duros. El obispo mont¨® sobre Roma y, escoltado por los tres concejales de la comisi¨®n de festividades, a caballo, y de riguroso chaqu¨¦ con chistera incluida, emprendi¨® el viaje m¨¢s inesperado de su vida.Las riendas de la cabalgadura estaban en manos de un simp¨¢tico personaje que luc¨ªa traje y sombrero negro, guantes blancos, una peluca gris y una gran pechera blanca: el pertiguero, Jos¨¦ Antonio Grau, descendiente del ¨²ltimo pertiguero que ocup¨® tal plaza en la catedral. Entre la multitud, el cortejo pudo abrirse con dificultad paso hasta la puerta de la Olma, restaurada por el Ayuntamiento para la ocasi¨®n.
El pertiguero descarg¨® tres aldabonazos sobre la puerta para avisar al alcalde de la ciudad que el obispo hab¨ªa llegado. Acto seguido, ayud¨® al obispo a descender de su cabalgadura, y monse?or ?lvarez Mart¨ªnez reflej¨® en su cara una cierta sensaci¨®n de alivio. Entraba, finalmente, a pie firme en la sede de su nueva di¨®cesis, cuyo palacio episcopal se encuentra en avanzado estado de ruina desde hace a?os. Un cami¨®n municipal esparc¨ªa flores y hierbas arom¨¢ticas al paso de la comitiva, que cruz¨® por debajo de hasta siete arcos triunfales erigidos por instituciones culturales y econ¨®micas de la ciudad. En la catedral, abarrotada de p¨²blico, esperaba el nuncio Mario Tagliaferri, ante quien tom¨® posesi¨®n Francisco Alvarez Mart¨ªnez, saludado a su entrada por un mar de aplausos, ¨®rgano y coro.
Atr¨¢s quedaban d¨ªas de zozobra para los responsables municipales que anduvieron buscando una mula blanca para el obispo por las pedan¨ªas de Orihuela. La llegada del nuevo ciudadano, procedente de la di¨®cesis de Logro?o, eclips¨® tambi¨¦n los comentarios pol¨ªticos del d¨ªa, que hasta entonces giraban en torno a los 700 votos obtenidos por Ruiz Mateos en esta ciudad tradicionalmente conservadora. A las afueras de la ciudad qued¨® Roma, que ya es propiedad del nuevo obispo y que un d¨ªa de estos ser¨¢ subastada para satisfacer alguna obra de caridad.
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