El 'banco del Papa'
CON EL nombramiento de cinco consejeros internacionales -entre los que se encuentra el espa?ol Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez Asia¨ªn, presidente del Banco Bilbao Vizcaya, la primera entidad financiera privada de este pa¨ªs- para velar por el correcto funcionamiento del pol¨¦mico y controvertido IOR (Instituto de Obras de Religi¨®n), el Vaticano dio ayer un paso importante en el control de una instituci¨®n que tantos quebraderos de cabeza le ha producido en los ¨²ltimos a?os.La autonom¨ªa e independencia de que ha gozado desde 1942 el llamado banco del Papa permiti¨® al arzobispo Marcinkus, presidente de esta instituci¨®n en los ¨²ltimos 17 a?os, una gran libertad de movimientos en sus oscuros contactos con los banqueros italianos Sindona y Calvi, cuyas aventuras financieras internacionales culminaron con la quiebra de sus entidades, en especial el Banco Ambrosiano de Mil¨¢n, que el segundo de ellos presid¨ªa. Estas heterodoxas operaciones financieras, econ¨®micamente desastrosas, ¨¦ticamente condenables y religiosamente contrarias a la doctrina evang¨¦lica, desacreditaron al IOR y mermaron sus reservas, de las que debieron salir los 240 millones de d¨®lares entregados finalmente por el Vaticano en 1984 a los acreedores del Ambrosiano. Y, m¨¢s significativo, han da?ado gravemente a la Iglesia cat¨®lica en cuanto instituci¨®n religiosa y en cuanto sujeto de derecho internacional que mantiene relaciones con los otros Estados.
Siete a?os despu¨¦s del esc¨¢ndalo, el Vaticano parece decidido a hacer lo que era inevitable: la reforma del IOR y el relevo de Marcinkus al frente de la instituci¨®n. Un acuerdo en este sentido era s¨®lo cuesti¨®n de tiempo, dado el inter¨¦s del Vaticano en salvar las apariencias no relacionando en lo posible ambos hechos entre s¨ª. La peculiar y an¨®mala posici¨®n del IOR respecto de los ¨®rganos centrales de la Iglesia hab¨ªa de ser reconsiderada si se quer¨ªa evitar que en el futuro se repitiesen hechos tan desagradables como los del pasado. Radicado en el Vaticano, el IOR no es, sin embargo, oficialmente un ¨®rgano de aqu¨¦l y es independiente de la llamada Prefectura de los Asuntos Econ¨®micos de la Santa Sede, que controla su patrimonio. En realidad, el IOR, nutrido por los dep¨®sitos de las ¨®rdenes religiosas y por varios miles de cuentas privadas, ha funcionado hasta ahora con la libertad de movimientos y la discreci¨®n de un banco, y sus directivos s¨®lo han respondido de hecho ante el Papa.
El nombramiento de un consejo de expertos, y sobre todo la creaci¨®n de una comisi¨®n de cinco cardenales que debe velar permanentemente por el funcionamiento ortodoxo del banco del Papa, constituyen elementales medidas con vistas al control de esta obra religiosa. La presencia de uno de los banqueros m¨¢s prestigiosos de nuestro pa¨ªs, como es el vasco Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez Asia¨ªn, constituye un aval a?adido de la voluntad real de cambio en la entidad vaticana. Si de verdad contribuyesen a acabar de una vez para siempre con el misterio de un banco que en tantas ocasiones ha sido acusado de poca transparencia y de haber favorecido operaciones financieras y de exportaci¨®n de divisas consideradas poco eclesiales, el pontificado de Wojtyla se habr¨ªa apuntado un tanto que sus antecesores inmediatos no pudieron o no quisieron conseguir.
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