EE UU informa sin protestar de que China ha expulsado a otros 14 norteamericanos
La advertencia del primer ministro chino, Li Peng, de que en los momentos de crisis es cuando se descubre a los "verdaderos amigos" parece haber decidido al Gobierno norteamericano a no dar ning¨²n otro paso que ponga en peligro sus relaciones con Pek¨ªn. Un portavoz de la Embajada estadounidense se limit¨® ayer a informar, sin hacer cr¨ªtica alguna, de la expulsi¨®n de otros 14 ciudadanos norteamericanos de China, con los que ya son 19 los obligados a abandonar el pa¨ªs desde la declaraci¨®n de la ley marcial en la capital, el 20 de mayo pasado.
Dos de los expulsados, un estudiante y un profesor residentes en Tianjin, 60 kil¨®metros al sur de Pek¨ªn, han sido acusados por los servicios de seguridad chinos de haber participado en la protesta estudiantil e instigado las manifestaciones en favor de la democratizaci¨®n del r¨¦gimen. Los otros 12, miembros de la Iglesia del ¨²ltimo Reino, han sido expulsados por distribuir literatura religiosa en Kunming (sur del pa¨ªs).Fuentes diplom¨¢ticas aseguran que, a pesar de la suspensi¨®n decretada por Washington de las visitas de alto nivel y de la venta de armamento a China, "se mantienen los contactos regulares sobre la situaci¨®n internacional, la retirada de las tropas vietnamitas de Camboya y las cuestiones bilaterales".
Aunque ninguno de los dos pa¨ªses reconoce oficialmente la existencia de puestos de informaci¨®n norteamericanos en la lejana provincia de Xinjiang, frente a la frontera sovi¨¦tica, para el Pent¨¢gono los datos recabados por ¨¦stos son vitales para observar los movimientos del Ej¨¦rcito Rojo, la experimentaci¨®n de nuevas armas o las pruebas nucleares sovi¨¦ticas.
China se beneficia de la interpretaci¨®n de esos hechos y con la ayuda norteamericana ha montado sus propios puestos de informaci¨®n para vigilar al otro gigante comunista, cuyos datos facilita tambi¨¦n al Pent¨¢gono. Esta cooperaci¨®n de los servicios de inteligencia militares de los dos pa¨ªses es una de las principales razones por las que ninguno de los dos quiere que se produzca un "deterioro irremediable" en sus relaciones.
Negocios son negocios
La posici¨®n norteamericana parece acercarse poco a poco a la mantenida por Jap¨®n: los negocios son los negocios. De hecho, los cr¨¦ditos suspendidos por Tokio ya eran aconsejados por numerosos economistas ante el calentamiento que hab¨ªa sufrido la econom¨ªa china y los problemas que parec¨ªan avecinarse. Washington ha suspendido tambi¨¦n la concesi¨®n de 1.600 millones de d¨®lares, pero los chinos conf¨ªan en que una vez recobrada la normalidad pol¨ªtica y la estabilidad del pa¨ªs se levantar¨¢ la suspensi¨®n.
Seg¨²n la Embajada, "no se ha alterado" el ritmo de concesi¨®n de pasaportes para los j¨®venes chinos que quieren estudiar en Estados Unidos, y los programas de intercambios culturales siguen plenamente vigentes. Al menos 40.000 chinos ampl¨ªan estudios en Estados Unidos, y muchos de ellos han apoyado el movimiento iniciado en Pek¨ªn hace dos meses a favor de la apertura pol¨ªtica, la libertad de Prensa y la lucha contra la corrupci¨®n. El ala m¨¢s dura del r¨¦gimen cree que en el ya aplastado movimiento hubo una influencia de EE UU.
Funcionarios norteamericanos no quisieron calificar de atentado la explosi¨®n de dinamita ocurrida el lunes por la noche en un tren que se dirig¨ªa a Shanghai. La explosi¨®n, que ocasion¨® 24 muertos y 11 heridos graves, podr¨ªa ser consecuencia del transporte sin control de dinamita que realizan frecuentemente los campesinos chinos. Si por el contrario se tratase de un atentado, los expertos afirman que se agravar¨ªa considerablemente la represi¨®n que la poblaci¨®n padece en la actualidad.
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