Un programa para la solidaridad
Las elecciones al Parlamento Europeo nos motivan a realizar una reflexi¨®n sobre el proceso de construcci¨®n de la Europa de 1992 y sus consecuencias para el Tercer Mundo, pues el nuevo Parlamento estar¨¢ en funciones hasta despu¨¦s de la entrada en vigencia del Acta ¨²nica, que prev¨¦ el inicio del mercado ¨²nico europeo para el 1 de enero de 1993, con la eliminaci¨®n de fronteras interiores y la plena vigencia de las libertades b¨¢sicas establecidas en el Tratado de Roma.El mercado ¨²nico significa, como lo ha se?alado la Comisi¨®n Europea, que m¨¢s del 70% de las decisiones necesarias para su funcionamiento sean adoptadas a nivel comunitario, es decir, por las instituciones europeas. El Parlamento, que ha visto reforzadas sus competencias -aunque no suficientemente- por el Acta ¨²nica, tiene en este proceso una gran importancia en cuanto ¨®rgano representativo por excelencia, que deber¨¢ intervenir de acuerdo a los procedimientos comunitarios en las decisiones que se adopten, con sus facultades de control, cooperaci¨®n y presupuestarias, as¨ª como su intervenci¨®n en las relaciones exteriores y la cooperaci¨®n pol¨ªtica.
Equilibrio y justicia social
A las Organizaciones No Gubemamentales (ONG) de Cooperaci¨®n al Desarrollo nos interesa especialmente (aunque no exclusivamente, ya que todo el proceso de unificaci¨®n nos concierne) que la creaci¨®n del mercado ¨²nico y todas sus consecuencias se realice salvaguardando de manera irrestrieta los propios valores que han inspirado esta tarea, entre ellos la solidaridad, que debe ser entendida tanto hacia adentro como hacia afuera.. Es decir, que la construcci¨®n europea no puede hacerse a costa del sacrificio de ciudadanos europeos de los sectores y regiones menos desarrolladas, ni tampoco de los ciudadanos y pa¨ªses del Tercer Mundo. Nos parece que el mismo principio por el cual se establece la denominada cohesi¨®n econ¨®mica y social al interior de la Comunidad: el equilibrio y la justicia social deben prevalecer en las relaciones externas de la CE con el Tercer Mundo, para que el bienestar de unos no se consiga limitando o sacrificando el de otros.
En el campo de la vigencia de los principios en que se inspira y basa el proceso iniciado en 1958, cabe al Parlamento Europeo y a los europarlamentarios un papel de primera l¨ªnea. Por este motivo, las ONG que trabajamos por la cooperaci¨®n al desarrollo -es decir, por el reequilibrio de una relaci¨®n internacional injusta, para mejorar la calidad de vida en el Tercer Mundo- hemos planteado a los partidos pol¨ªticos europeos la incorporaci¨®n en sus programas electorales y en su acci¨®n parlamentaria el tema de las relaciones de cooperaci¨®n de la CE con los pa¨ªses subdesarrollados en el marco de los 10 puntos siguientes:
1. Cumplir los acuerdos de las Naciones Unidas de dedicar el 0,7% del PNB para el desarrollo, ya que la media de los pa¨ªses de la OCDE alcanza la cifra irrisoria del 0,34%.
2. Disminuir la deuda externa, suprimiendo la deuda ileg¨ªtima, para potenciar el desarrollo del Tercer Mundo, lo que, por lo dem¨¢s, mejorar¨ªa la productividad de los pa¨ªses industrializados y aliviar¨ªa la crisis del empleo en Europa.
3. Apoyar reajustes alternativos que favorezcan la creaci¨®n de bases s¨®lidas para el desarrollo.
4. Exigir que los intercambios comerciales sean m¨¢s equitativos, pues, seg¨²n el FMI y el Banco Mundial, el proteccionismo del Norte cuesta al Sur dos veces m¨¢s de lo que recibe en ayuda.
5. Conseguir mejores condiciones en la exportaci¨®n de los productos del Tercer Mundo.
6. Apoyar a los peque?os productores y trabajadores agr¨ªcolas europeos y de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
7. La Europa de 1992 no debe pensar s¨®lo en sus ¨ªntereses internos, porque no es ni justo ni posible. Es una cuesti¨®n de supervivencia, tanto del Norte como del Sur: si el Tercer Mundo no comprara nuestros veh¨ªculos, Europa perder¨ªa 150.000 empleos; si el Tercer Mundo dejara de exportarnos su cacao, Europa perder¨ªa 350.000 empleos.
Medio ambiente
8. Evitar la destrucci¨®n del medio ambiente en el Tercer Mundo, porque compromete el futuro de la humanidad.
9. Luchar decididamente contra el racismo, la xenofobia y la violaci¨®n de los derechos humanos.
10. Construir la paz. Los enormes recursos destinados a armarnento deben ser reorientados hacia el desarrollo.
A partir de estos planteamientos decimos a los ciudadanos y espa?oles que en el seguimiento de la acci¨®n parlamentaria de su partido tengan en cuenta hasta qu¨¦ punto el tema de la cooperaci¨®n al desarrollo, de la solidaridad con el Tercer Mundo, est¨¢ o ha estado presente en sus actuaciones. Por nuestra parte, las ONG -que somos entidades de ciudadanos organizados para cooperar- estamos y estaremos trabajando en nuestro pa¨ªs activamente, en franco y leal di¨¢logo con la Administraci¨®n, los partidos pol¨ªticos y los agentes sociales, por salvaguardar los leg¨ªtimos intereses de quienes, podr¨ªan ser perjudicados por el gran reto de la Europa de 1992.
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