Teitelboim: "Apoyaremos al futuro Gobierno chileno si es democr¨¢tico"

El Partido Comunista Chileno (PCCh) apoyar¨¢ al candidato ¨²nico de la oposici¨®n, el democristiano Patricio Aylwin, en las pr¨®ximas elecciones presidenciales de Chile, previstas para diciembre pr¨®ximo, pese a que no est¨¢ integrado en la agrupaci¨®n multipartidaria opositora, seg¨²n afirm¨® el nuevo secretario general comunista, Volodia Teitelboim. En una entrevista con EL PAIS, Teitelboim manifest¨® no estar de acuerdo con la reforma constitucional recientemente pactada con la oposici¨®n, y dijo que los comunistas mantendr¨¢n su pol¨ªtica de rebeli¨®n popular mientras haya dictadura.

Teitelboim, un escritor de 73 a?os que en su juventud fue periodista deportivo, descendiente de ucranianos, ex senador por Santiago en dos per¨ªodos, fue sorprendido por el golpe militar fuera de Chile. Desde su exilio se dirigi¨® a diario por Radio Mosc¨² a los chilenos, lo que signific¨® que el r¨¦gimen le quitara su nacionalidad. Muchos chilenos j¨®venes conocieron hace pocos d¨ªas la figura calva y obesa de este intelectual, que habla ruso, cuando encabez¨® un acto en un estadio santiaguino para clausurar el XV Congreso del PCCh, en el que Teitelboim result¨® elegido secretario general en reemplazo del hist¨®rico Luis Corval¨¢n.

El PCCh hizo un llamamiento ayer para anular el voto en el plebiscito del 30 de julio pr¨®ximo, de ratificaci¨®n a una reforma de la Constituci¨®n, como muestra de la "insatisfacci¨®n" por los cambios pactados por la oposici¨®n, la derecha y el r¨¦gimen militar.

De acuerdo a sus c¨¢lculos, el PCCh obtendr¨¢ en la elecci¨®n parlamentaria de diciembre entre entre un quinto y un tercio de su antigua votaci¨®n, lo que significa cerca de un 5%.

Pregunta. ?Qu¨¦ opina del reciente acuerdo entre la derecha, el r¨¦gimen y la oposici¨®n para reformar la Constituci¨®n?

P. El rechazo del partido comunista a¨ªsla a su partido de la oposici¨®n, incluso de la izquierda, que, si bien no est¨¢ conforme con lo logrado, puso su r¨²brica.

R. Tenemos cierto orgullo. Frente a una Constituci¨®n que es l00% antidemocr¨¢tica, no queremos validar una Constituci¨®n 95% antidemocr¨¢tica. La parte de la izquierda que, por estar en la Concertaci¨®n [de Partidos por la Democracia, particip¨® en estas gestiones ha manifestado estar profundamente descontenta. Nosotros no nos sentimos comprometidos en absoluto porque no hemos participado en nada. Es verdad que no nos llamaron, pero si lo hubieran hecho tampoco habr¨ªamos participado.

P. Pero de hecho la transici¨®n va por el cauce de la reforma.

P. ?El PCCh apoyar¨¢ un solo candidato presidencial aunque no logre una lista de parlamentarios ¨²nica con la oposici¨®n?

R. Aun as¨ª. No hay que caer en el enga?o de los coreanos. Hay que tener un solo candidato a presidente. Queremos un programa m¨ªnimo com¨²n, que termine con el r¨¦gimen actual, con un Gobierno que lo m¨¢s probable es que sea democristiano y una lista parlamentaria ¨²nica, que facilitar¨ªa una transici¨®n m¨¢s r¨¢pida, al permitir una mayor¨ªa de dos tercios de la oposici¨®n en el Congreso.

P. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si no puede haber lista com¨²n de la oposici¨®n, dado que la Democracia Cristiana se opone? R. ?sa es una muestra de sectarismo. Algunos dicen que es posible encontrar una soluci¨®n com¨²n, indirecta. Si eso no se logra, ser¨ªa bueno tener una lista por lo menos parcial que incluyera a partidos del PAIS y del PPD [siglas de Partido Amplio de Izquierda Socialista y Partido por la Democracia]. Hasta hemos pensado en ir solos, la peor alternativa.

P. ?No teme en ese caso un desastre electoral del partido comunista?

R. La cancha est¨¢ rayada en favor de la dictadura. Somos inconstitucionales y no nos podemos presentar con nuestro rostro. En diciembre sacaremos un quinto o un tercio de nuestra votaci¨®n real. Pero ser¨¢ debido a un accidente traum¨¢tico provocado desde fuera, y no porque el partido haya dejado de existir o no sea una fuerza considerable.

La experiencia espa?ola

Respuesta. La Constituci¨®n contin¨²a siendo totalmente antidemocr¨¢tica con las reformas propuestas. Es necesaria una nueva Constituci¨®n, que corresponda a un Estado cuyo Gobierno sea elegido por la soberan¨ªa popular, donde los principios de la democracia, libertad y derechos humanos sean observados. No hablo de una Constituci¨®n socialista, sino de una que no diga ni m¨¢s ni menos que la italiana o francesa. Por tanto, nuestra actitud es de rechazo. Con la reforma gana Pinochet. ?l podr¨¢ decir con alg¨²n sofisma que bajo su Gobierno gan¨® tres plebiscitos y perdi¨® s¨®lo el de 1988. Algunos dicen que es posible, despu¨¦s de aprobadas las reformas, que el PCCh pueda solicitar su legalidad. Lo pongo altamente en duda.

P. Usted ha dicho que la rebeli¨®n popular se traduce hoy en lucha electoral. ?Abandonan las formas armadas de lucha o morigeran su l¨ªnea despu¨¦s del XV Congreso del PCCh?

R. La experiencia espa?ola no es asimilable a la chilena. El Partido Comunista de Espa?a, con todos mis respetos, tiene una historia distinta. Nosotros fuimos siempre una gran fuerza pol¨ªtica. El Partido Comunista Espa?ol no fue una gran fuerza pol¨ªtica hasta la guerra civil. De la lucha contra la dictadura fascista, el Partido Comunista Italiano apareci¨® como una fuerza incontrarrestable, de millones. Pero, a diferencia del PCE, ya ten¨ªa fuerzas antes de Mussolini. El Partido Comunista de Espa?a no era importante antes de la guerra civil. La situaci¨®n del PCCh se parece m¨¢s a la del Partido Comunista Italiano que a la del Partido Comunista de Espa?a, aunque no son iguales. Las ra¨ªces del Partido Comunista Chileno son muy importantes, al igual que las del italiano, y anteriores a la revoluci¨®n rusa".

P. ?Cree que se puede repetir en la transici¨®n chilena la experiencia del Partido Comunista de Espa?a, que sufri¨® un retroceso electoral constante despu¨¦s de la muerte de Franco?

P. ?Mantendr¨¢n acciones de resistencia en las poblaciones?

R. No queremos que las personas vayan a depositar el voto y antes y despu¨¦s no hagan nada. El pueblo no s¨®lo tiene el derecho, sino que deber¨ªa tener el deber de rebelarse, lo que no significa la rebeli¨®n armada, toma del poder o matar carabineros: no somos nosotros los que matamos carabineros.

P. ?Qu¨¦ opina de las declaraciones de Sergio Buschman, dirigente del Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez (FPMR), que llam¨® a matar a Pinochet?

R. Me parece una declaraci¨®n absolutamente insensata.

P. ?En democracia le pedir¨ªa a los militantes comunistas que abandonaran el FPMR?

R. Si Pinochet se va y su camarilla militar, que no son todas las fuerzas armadas, abandona el mando; si el Ej¨¦rcito reconoce a la autoridad civil, se habr¨¢ creado otra situaci¨®n, que estudiaremos.

R. No. Da lo mismo ir a las elecciones de diciembre con o sin reforma, con la ventaja de que la oposici¨®n habr¨ªa ido con las manos m¨¢s libres y un t¨ªtulo m¨¢s transparente y cristalino: no haber contra¨ªdo ning¨²n compromiso con el r¨¦gimen.

P. ?Y cuando llegue la democracia?

R. El XV Congreso sostuvo que la rebeli¨®n popular de masas es luchar contra el r¨¦gimen fascista imperante y toda forma de supragobierno de las fuerzas armadas. En 1989 damos mucha importancia a que el pueblo use el voto como un arma por la libertad. La rebeli¨®n es el derecho del pueblo a luchar contra una tiran¨ªa insoportable, que se realiza a trav¨¦s de un estallido de la poblaci¨®n, ojal¨¢ mayoritario, como en alg¨²n momento parecieron las protestas. Este derecho no prescribir¨¢ mientras subsista la dictadura.

R. Aunque sea un r¨¦gimen en que no participe el partido comunista y no sea de izquierda, apoyaremos al futuro Gobierno si es democr¨¢tico, como se concibe en los pa¨ªses occidentales y existi¨® en Chile. Apoyaremos al futuro Gobierno en todo cuanto suponga dejarlo libre de dependencia del comandante en jefe del Ej¨¦rcito, como es el presidente de Estados Unidos, de Francia, de cualquier pa¨ªs.

P. ?Cambiar¨ªa su rechazo si la reforma permitiera legalizar el PCCh?

R. Creo que no. Tenemos una actitud de principios. Si hubiera cambios sustanciales, reales, si la Constituci¨®n se desmontara como baluarte de la dictadura, podr¨ªamos pensarlo.

La Constituci¨®n