Las "circunstancias" de un condenado por violacion justifican que siga en libertad, seg¨²n la sala
La Audiencia Provincial de L¨¦rida, que ha condenado a Antoni Mir¨® Argil¨¦s a una pena de 12 a?os de prisi¨®n por un delito de violaci¨®n, justific¨® ayer no haber ordenado su ingreso en prisi¨®n debido a las "circunstancias personales" del condenado y porque el abogado defensor ha anunciado que interpondr¨¢ recurso de casaci¨®n ante el Tribunal Supremo. Fuentes jur¨ªdicas consultadas sostienen que la decisi¨®n del tribunal es "inusual" dado el tipo de delito y la alta condena impuesta. El violador del fin de semana, Mario Ayuso G¨®mez, cometi¨® 17 violaciones en Madrid mientras se encontraba en libertad condicional.El tribunal que ha condenado a Mir¨® considera que no hay ninguna duda de su culpabilidad y que hay, pruebas suficientes para asegurar que viol¨® a Carmen M. C. el 4 de octubre de 1988, tal como se recoge en la sentencia (v¨¦ase EL PA?S de ayer). No obstante, los magistrados no han ordenado su ingreso en prisi¨®n porque estiman que el condenado no intentar¨¢ evadirse de la acci¨®n de la justicia ya que no lo hizo mientras duraba la instrucci¨®n del caso, tiempo en el que tambi¨¦n estuvo en libertad bajo fianza de 250.000 pesetas despu¨¦s de permanecer un mes en prisi¨®n provisional, informa LLu¨ªs Visa.
Frente a este criterio, fuentes jur¨ªdicas consultadas sostienen que con una condena grave -reclusi¨®n menor- lo habitual es ordenar el ingreso en prisi¨®n, ya que ante una pena de 12 a?os de c¨¢rcel el riesgo de fuga se debe tomar en consideraci¨®n, con independencia de cu¨¢l haya sido la actitud del condenado con anterioridad a la sentencia.
La Ley de Enjuiciamiento Criminal, en el art¨ªculo 504, dispone que se puede mantener la libertad cuando el acusado no tiene antecedentes penales, tal como ocurre en el caso de Mir¨®. Sin embargo, el mismo art¨ªculo subraya que para mantener la libertad es necesario que "el delito no haya producido alarma ni sea de los que se cometen con frecuencia en el territorio". Ambas circunstancias no concurren en este caso ya que la violaci¨®n constituye uno de los delitos que preocupan m¨¢s a la sociedad y, por otra parte, la Audiencia de L¨¦rida ha juzgado ya tres delitos de violaci¨®n en lo que va de a?o.
Esta Audiencia fue la que el pasado mes de febrero dict¨® la sentencia de la minifalda por la que se minimiz¨® un delito de abusos deshonestos atendiendo a que la v¨ªctima vest¨ªa minifalda. En el juicio contra Mir¨®, celebrado el lunes pasado, el presidente del tribunal, Josep Gual, pregunt¨® a la v¨ªctima si llevaba bragas cuando fue violada. Al d¨ªa siguiente, el mismo juez aclar¨® que su pregunta pretend¨ªa comprobar si opuso resistencia.
El hecho de que un condenado a 12 a?os de prisi¨®n por violaci¨®n permanezca en libertad contrasta con la pr¨¢ctica habitual de los tribunales de justicia. Por norma general, todo condenado por un delito penado con prisi¨®n mayor, que comporta penas inferiores a las que corresponde por violaci¨®n, ingresa en la c¨¢rcel, con independencia de que se recurra ante el Supremo. Por ejemplo, la mayor¨ªa de los condenados por robo con intimidaci¨®n, cuya pena m¨¢xima es de 6 a?os de c¨¢rcel, son encarcelados autom¨¢ticamente tras la sentencia.
Un condenado por un delito de tr¨¢fico de drogas, aun en el caso de que la sustancia intervenida no sea elevada, tambi¨¦n suele entrar en la c¨¢rcel aunque la pena m¨¢xima que se puede imponer es menor a la de violaci¨®n. En casos de homicidio, sancionado con penas iguales a las de violaci¨®n -de 12 a?os a 20- los tribunales suelen acordar el ingreso en prisi¨®n, aunque se recurra al Supremo.
Magistrados y fiscales de la Audiencia de Barcelona precisaron ayer que la decisi¨®n de dejar en libertad a una persona condenada a 12 a?os de prisi¨®n es legal pero arriesgada e inadecuada, adem¨¢s de ser poco habitual en un delito de violaci¨®n.
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