Entre la tolerancia y la no aceptaci¨®n
Michael Brown, del Gay Liberation Front, declaraba: "Probablemente, somos la minor¨ªa m¨¢s atacada y perseguida de la historia, pero nunca conseguiremos la libertad y los derechos civiles que merecemos si no salimos de nuestro escondrijo".El movimiento gay desarroll¨® en esos a?os toda una pol¨ªtica antirrepresiva, de confrontaci¨®n y hasta de provocaci¨®n social. En lo personal se inici¨® un imparable proceso de desculpabilizaci¨®n. Al amparo de aquel espacio de libertad alcanzado florecieron m¨¢s y numerosos locales de encuentro homosexual: el ghetto dorado. Fue una hermosa expansi¨®n. Luego se ha dicho que hubo m¨¢s consumo sexual, que no liberaci¨®n, entendida como plena realizaci¨®n personal.
Esta d¨¦cada tuvo tambi¨¦n sus ide¨®logos. En una correcta traducci¨®n de Lubura Guilber, el troskista Jean Nicolas preconizaba la alianza del movimiento gay con sindicatos, j¨®venes y feministas, mientras sentaba el principio gen¨¦rico de que no existe una identidad homosexual, las pr¨¢cticas homosexuales no confieren una personalidad o car¨¢cter espec¨ªfico. El italiano Mario Mieli reclamaba desde su obra Elementos de cr¨ªtica homosexual la recuperaci¨®n del lado femenino reprimido en todos los hombres, y aseveraba con Freud que el deseo homosexual es universal.
Por entonces las estrellas del rock proclamaban el Gay Power: T. Rex, Lou Reed, David Bowie, Elton John y Mick Jagger, entre otros, se presentaban en p¨²blico con toda la aparente provocaci¨®n de la transexualidad.
La promulgaci¨®n por las Cortes de Franco de la ley de Peligrosidad Social en 1970, que penalizaba el mero hecho de ser homosexual, anim¨® a un reducido grupo de activistas a enviar unas in¨²tiles cartas a los obispos procuradores. As¨ª se fund¨® el Movimiento Espa?ol de Liberaci¨®n Homosexual (MELH). Este grupo devino en el Front d'Alllberament Gay de Catalunya (FAGC), y entre los redactores de su manifiesto es obligado destacar al pionero Armand de Fluvi¨¢. Este documento result¨® b¨¢sico para el desarrollo del movimiento gay en Espa?a. Se trata de un acertado an¨¢lisis althusseriano de los aparatos del Estado como transmisores de una ideolog¨ªa antihomosexual, machista y sexista (familia, escuela, leyes, cultura ... ), toda una proclama contra la auto-opresi¨®n del propio homosexual y un programa de intervenci¨®n social y avanzados cambios legales. Numerosas organizaciones animaron un explosivo movimiento gay que llen¨® las calles de cada 28 de junio durante los a?os de 1977 al 1980.
Apoyo intelectual
La homosexualidad fue retirada de la ley de Peligrosidad Social por decreto ley del Consejo de Ministros de 11 de enero de 1979, las organizaciones gay legalizadas a partir del 16 de julio de 1980 y las redadas policiales casi terminaron con el relevo de la UCD por el PSOE en el Gobierno. A partir de ese momento tambi¨¦n se empez¨® a normalizar progresivamente la cuesti¨®n homosexual en TVE. Fue un proceso donde los intelectuales y la izquierda jugaron un notable papel de apoyo.
En aquel per¨ªodo se estrenaron El diputado; de Eloy de la Iglesia; Oca?a, de Ventura Pons, y hasta estaba de moda tener un amiguete gay. A. Card¨ªn y Terenci Moix abordaban ya la tem¨¢tica homosexual desde distintas actitudes. Las novelas representativas de ese momento quiz¨¢ fueron El baile de las locas, de Copi, y El anarquista desnudo, de Luis Fern¨¢ndez.
Realmente, los homosexuales hab¨ªan empezado a vivir mejor, con m¨¢s libertad, a recuperar tiempo perdido, aunque Sitges siempre disfrut¨® de un inexpugnable carnaval gay, incluso durante el per¨ªodo franquista.
El colof¨®n de esta d¨¦cada lo pondr¨ªa en 1979 la gran manifestaci¨®n de m¨¢s de 300.000 homosexuales ante la Casa Blanca con motivo del d¨¦cimo aniversario del 28 de junio.Durante los a?os siguientes los clubes de ambiente nocturno siguieron llen¨¢ndose al son de Grace Jones, Bette Midler o Village People, al mismo tiempo que se vaciaban manifestaciones y organizaciones de liberaci¨®n homosexual. Este per¨ªodo dificil empez¨® con la fundaci¨®n de la Asociaci¨®n Internacional deGays y Lesbianas (ILGA), que re¨²ne actualmente a m¨¢s de 200 grupos de 60 pa¨ªses de todos los continentes. La ILGA presion¨® para obtener victorias notables, como las recomendaciones antidiscriminatorias de la homosexualidad por parte del Consejo de Europa y luego del Parlamento Europeo.
En esos a?os se detectaba ya un cierto cansancio por un estilo de vida quiz¨¢ demasiado an¨®nimo e impersonal entre gay, la doble vida y el ritmo de discoteca. Michael Foticault, el insigne fil¨®sofo franc¨¦s, propuso ya entonces la necesidad o el reto de encontrar un lenguaje nuevo y afectivo entre hombres cuyas relaciones semiclandestinas no hab¨ªan propiciado. Pocos a?os m¨¢s tarde, Alejo Sarbach, desde varios art¨ªculos, formulaba toda una reivindicaci¨®n de la amistad como base gregaria para desarrollar centros asociativos de gay y lesbianas, tal como ya funcionan en varias ciudades de EE UU, Europa y el mismo Casal Lambda en Barcelona.
Como recoge el director de teatro Josep Costa, un personaje de la obra The normal heart dec¨ªa: "?ramos un grupo de buenos muchachos, que viv¨ªamos en la m¨¢s completa tristeza, y que un d¨ªa entramos en las c¨¢maras de la org¨ªa y cre¨ªmos que hab¨ªamos encontrado el Para¨ªso. Quer¨ªamos mostrar al mundo lo maravilloso que pod¨ªa ser". Pero lleg¨® el SIDA. Las autoridades estadounidenses tardaron en reaccionar y hasta 1984 el propio movimiento gay y la iniciativa privada no se lanzaron en EE UU a la prevenci¨®n del SIDA. Luego ha seguido una necesaria protesta por la pasividad oficial.
La segunda mitad de los ochenta conocer¨¢ las primeras leyes antidiscriminatorias de la homosexualidad (Francia, Noruega y Dinamarca). Mientras, La muerte de Mikel bat¨ªa un nuevo r¨¦cord en el cine espa?ol.Pero tambi¨¦n fue ese el per¨ªodo en que arranc¨® una ofensiva neoconservadora a escala mun
Banda sonora
Culture Club, Communards, Frankie Goes to Hollywood y otros forman la banda sonora de este final de d¨¦cada, grupos con letras sin recato homosexual alguno. A las pel¨ªculas tipo Otro pa¨ªs y Mi hermosa lavander¨ªa habr¨¢ que a?adir el actual boom de la literatura gay, con David Leavitt como punta de lanza.De entre los muchos acontecimientos que marcaron el movimiento gay en Espa?a, algunos merecen ser recordados como ilustrativos de un pensamiento que a¨²n perdura. As¨ª, Marta Ferrussola, esposa del presidente de la Generalitat de Catalu?a, declaraba ante TV-3 en 1984 que la homosexualidad es "un vicio, una tara, un defecto o la suma de todo ello". No hubo posibilidad alguna de r¨¦plica. Mediados los setenta,las asociaciones de psiquiatras y psic¨®logos de los EE UU borraron la homosexualidad del listado de enfermedades mentales, y as¨ª hicieron luego todas las asociaciones de otros pa¨ªses. Sin embargo, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) sigue opinando que la homosexualidad es una enfermedad, mientras que Amnist¨ªa Internacional se niega todav¨ªa a proteger a los presos por motivo de homosexualidad. Pero volviendo a nuestro pa¨ªs, cabe destacar el informe del jurista Mena en torno al vac¨ªo legal existente para las parejas homosexuales que desean equiparaci¨®n de derechos respecto del matrimonio. As¨ª, la demanda de Juan Reina, no tendr¨ªa raz¨®n de ser en San Francisco o en Dinamarca. La reciente legalizaci¨®n de las parejas homosexuales en estos dos primeros casos, es sin duda la m¨¢s importante victoria del movimiento gay.
Sin embargo, habr¨¢ que remontarse a la vista del caso Almer¨ªa para recordar algo tan grave como esgrimir la presunta homosexualidad de las v¨ªctima! como atenuante en la defensa de los guardias civiles encausados y luego condenados por aquellos horribles hechos.
En estos ¨²ltimos a?os han aparecido grupos nuevos con af¨¢n de volver a sintonizar entre gay a partir de los problemas cotidianos, vividos como individuales. La estrategia del voto homosexual como medida de presi¨®n para ganar derechos y libertades, tras su comprobado ¨¦xito en, EE UU, empieza a hacerse notar en Europa a trav¨¦s de las campa?as "Vota Rosa".
A principios de los ochenta, con cierto retraso respecto del movimiento gay, se constituyeron los colectivos de lesbianas feministas, cuya m¨¢s conocida portavoz es Empar Pineda.
Hoy, pues, sigue siendo posible una doble vida homosexual dentro de una sociedad que tolera pero no acepta. Dos generaciones gay conviven con diferenciados rasgos marcados por los profundos cambios habidos en menos de 20 a?os. El futuro pr¨®ximo del movimiento gay se fragua a partir de la necesaria confluencia entre la reivindicaci¨®n de la amistad, la lucha solidaria contra el SIDA y una mayor consecuci¨®n de derechos y libertades. Se trata de seguir avanzando para transformar la sociedad y la propia vida de gay y lesbianas, para vivir mejor.
Jordi Petites portavoz de la Coordinadora de Iniciativas Gay del Estado Espa?ol (FIGEE).
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