El adi¨®s de una gran generaci¨®n

La actual temporada ha marcado el fin de una generaci¨®n de jugadores que han constituido la columna vertebral durante m¨¢s de 10 a?os del f¨²tbol espa?ol. Con las retiradas de Arconada, Juanito, Camacho, Maceda, Migueli y Zamora, se han ido 281 presencias en el equipo nacional y varios miles en sus respectivos clubes. La selecci¨®n, con la colaboraci¨®n de alguno de ellos, o con todos, no ha faltado a ninguna de las ¨²ltimas citas importantes: las Eurocopas de 1976, 1980, 1984 y 1988, y los Mundiales de 1978, 1982 y 1986.

Camacho (34 a?os) jug¨® el 23 de junio ante el Valencia sus ¨²ltimos minutos con el Real Madrid. Zamora (34) lo hizo el 24 con la Real Sociedad en Atocha frente al Sp¨®rting de Gij¨®n y le acompa?¨® Arconada (35), aunque sin vestirse de corto, por estar lesionado. Juanito (34) tuvo el 27 en M¨¢laga un partido de homenaje. Migueli (38) y Maceda (32), en cambio, se han ido sin jugar, silenciosamente, como sin molestar. El primero, el m¨¢s veterano, con un te¨®rico partido de homenaje firmado en el Barcelona, pero que tal vez se le pague y no se celebre nunca; el segundo, el m¨¢s joven, marcado por la irreversible lesi¨®n de rodilla que se agrav¨® antes del Mundial de M¨¦xico, en 1986 y que desde el principio hizo suponer que no volver¨ªa a jugar m¨¢s en el primer nivel, ni en el Real Madrid, ni en la selecci¨®n.El sexteto de ilustres retirados se ha unido a Santillana, que dej¨® el f¨²tbol activo el a?o pasado; a Quini, en 1987, o a Miguel Angel, en 1986.

Carism¨¢tico

Precisamente Arconada sustituy¨® a Miguel ?ngel en la selecci¨®n tras ser su suplente en el Mundial de Argentina 78. El guardameta donostiarra ha sido, sin duda, el m¨¢s carism¨¢tico del f¨²tbol espa?ol desde Ir¨ªbar. Con 68 partidos internacionales fue el jugador que m¨¢s veces visti¨® la camiseta nacional hasta ser superado por Camacho, 81, y Gordillo, 75. Maceda sum¨® 36, Juanito, 34, Migueli, 32, y Zamora, 30.

Arconada, un portero no excesivamente alto, pero con la m¨¢xima potencia y agilidad, se convirti¨® en una de las bases no s¨®lo de la selecci¨®n, sino de la ¨¦poca m¨¢s gloriosa de su equipo, la Real Sociedad. Dos t¨ªtulos de Liga, en las temporadas 1980-1981 y 1981-1982, y otro de Copa, en 1987, lo avalan.

Sin embargo, entre tanta leyenda, la cr¨ªtica que casi siempre se le hizo, de no sujetar los balones, se confirm¨® con su mayor fallo, en la final de la Eurocopa de 1984. El bal¨®n lanzado por Platini se le escurri¨® bajo el cuerpo y fue la clave de la derrota. Fallos as¨ª ya no se le perdonaban. Al a?o siguiente, el 30 de mayo, la gota que derram¨® el vaso fue el 3-0 encajado en Wrexham, ante Gales, en partido de la fase previa del Mundial de M¨¦xico. Uno de los goles fue especialmente rid¨ªculo. Choc¨® con Maceda y Rush marc¨® a puerta vac¨ªa. Fue su ¨²ltimo encuentro intemacional. Ni siquiera jug¨® ya el amistoso siguiente en Irlanda y Zubizarreta tom¨® el relevo.

Inevitablemente, todo el mundo recuerda a Arconada por ese fallo, aunque no tanto como a Carde?osa por el suyo ante Brasil en Argentina. Pero es algo repetido. Juanito, al que se ha reconocido ahora una ca lidad que siempre tuvo, pasar¨¢ quiz¨¢ a la historia mucho m¨¢s por sus reyertas. Se valorar¨¢ su sinceridad, su arrepentimiento, sus grandes pases, su inteligencia y alg¨²n gran gol como el que marc¨® a su Madrid hace un mes. Pero no se olvidar¨¢ el botellazo que recibi¨® en Belgrado el 30 de noviembre de 1977 tras hacer un corte de mangas al-p¨²blico; el escupitajo a Stielike cuando ¨¦ste vino con el Neuch¨¢tel a Madrid, en 1986, o el pisot¨®n en el cuello a Matthaus, en M¨²nich, en 1987.

Un trabajador

Camacho, en cambio, un trabajador de f¨²tbol, ha brillado por su trayectoria plana, sabiendo para lo que val¨ªa y haci¨¦ndolo bien, sin florituras. La masa quiz¨¢ jalea eso m¨¢s, como los goles f¨¢ciles, empujando el bal¨®n, aunque tenga menos calidad que un pase genial a 40 metros de Vel¨¢zquez, Del Bosque o Michel. La entrega, lo ha reconocido Camacho, permite perdonar otros fallos. Pero el capit¨¢n madridista se ha ido tambi¨¦n sin aprobar la misma asignatura que tiene pendiente todo el Real Madrid, desde su presidente, Ram¨®n Mendoza, hasta el ¨²ltimo aficionado: la Copa de Europa.

Zamora, en cambio, sin sue?os tan altos, s¨ª tuvo su momento hist¨®rico. Fue en 1981, cuando marc¨® en Gij¨®n, al borde del final del partido con el Sp¨®rting, el gol que dio el primer t¨ªtulo de Liga a la Real Sociedad. El segundo, al a?o siguiente, confirm¨® la calidad de una generaci¨®n de lujo que no se repetir¨¢ f¨¢cilmente.