La entrevista de Chissano y De Klerk, probable impulso al di¨¢logo de paz mozambique?o
, ENVIADA ESPECIALLa entrevista mantenida ayer en Maputo por el presidente mozambique?o, Joaquim Chissano, y Frederik De Klerk, el hombre que dentro de unos meses suceder¨¢ probablemente a Pieter Botha en la jefatura del Estado de Sur¨¢frica, se considera como un elemento positivo para potenciar el di¨¢logo de paz en Mozambique, pa¨ªs asolado por un conflicto civil con la guerrilla de la Renamo.
Las gestiones de paz acaparan la atenci¨®n de los observadores internacionales y la opini¨®n p¨²blica de este pa¨ªs africano, escenario desde su independencia, en 1975, del enfrentamiento entre los rebeldes de la Resistencia Nacional Mozambique?a (Renamo) y el Gobierno del Frentte de Liberaci¨®n de Mozambique (Frelimo). La visita ayer a Maputo de una delegaci¨®n de alto nivel surafricana; el anuncio de Chissano en el que admite la posibilidad de negociaciones directas con la Renamo; y los mensajes de Washington en los que se reitera el apoyo al proceso de paz han abierto grandes expectativas ante la inauguraci¨®n, el pr¨®ximo d¨ªa 24, del V Congreso del Frelimo, partido ¨²nico de Mozambique.
No es la primera vez que el ministro de Exteriores surafricano, Roelof Pik Botha, visita Mozambique y se entrevista con Chissano y otros miembros de la c¨²pula dirigente. Pero en el caso del encuentro de ayer, es significativo que Pik Botha trajera de la mano, junt¨® a otros representantes surafricanos, a Frederick De Klerk, actual dirigente del gubernamental Partido Nacional y, como han subrayado con deleite los medios informativos mozambique?os, futuro presidente tras las elecciones nrevistas para finales de este a?o.
Chissano subray¨® el lunes que la visita de De Klerk "no tiene relaci¨®n directa" con las iniciativas de paz puestas en marcha en las ¨²ltimas semanas para su pa¨ªs. Sin embargo, admiti¨® que las conversaciones se centraron en el an¨¢lisis de la situaci¨®n interna de sus respectivos pa¨ªses y la paz en el ?frica austral, Io que tiene como trasfondo la aplicaci¨®n de los acuerdos de paz de Nkomati, firmados en 1983 por Maputo y Pretoria y que las autoridades mozambique?as consideran que siguen siendo una asignatura pendiente a causa del apoyo dado desde territorio surafricano (aunque no por parte del Gobierno) a los rebeldes.
Aunque la reuni¨®n, seg¨²n afirma Maputo, se ha desarrollado a iniciativa del propio De Klerk, los observadores no descartan la mano del subsecretario del Departamento de Estado norteamericano, Herman Cohen, quien el pasado d¨ªa 13 finaliz¨® una visita a Mozambique.
Durante su estancia, el representante norteamericano subray¨® sus deseos de que se logre la paz a trav¨¦s del di¨¢logo entre las partes implicadas, y asegur¨® que Sur¨¢frica "puede y debe" contribuir al fin de las acciones armadas de Renamo.
Cohen es un digno continuador de la l¨ªnea iniciada por su antecesor, Chester Crocker, bajo cuyo mandato la Administraci¨®n estadounidense elabor¨® y divulg¨® un informe en el que se denunciaba la crueldad y salvajismo de las actuaciones de la guerrilla contra civiles.
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