Charo L¨®pez rompe y rasga

Charo L¨®pez regresa al cine espa?ol, tras su estancia en Argentina, de forma sorprendente. En plena madurez, y con su gran porte de actriz dram¨¢tica, podr¨ªa esperarse para ella un papel en el que alguien le diese la espalda. Sin embargo, no ha sido as¨ª, y en El rey del mambo, pel¨ªcula que ha rodado Caries Mira, Charo L¨®pez interpreta a un personaje de comedia, una mujer burguesa capaz de romper y rasgar, impresionada por su propia lujuria, la ropa de un hombre negro y de ojos verdes. El propio Mira y la periodista Maruja Torres le han escrito el personaje m¨¢s "alegre, relajado y transgresor" de su carrera, seg¨²n dice.

"Hemos sido muy formalitos", se?ala Caries Mira refiri¨¦ndose a un gui¨®n que presenta a un grupo de personajes poderosos. "En un momento determinado reciben la visita de un ¨¢ngel negro abundantemente dotado", explica. "Todos se enamoran de ¨¦l, tanto hombres como mujeres, pero no es una propuesta m¨ªstica, como en Teorema, de Pasolini, sino carnal".En El rey del mambo, Charo L¨®pez es la hija de un banquero, casada con un tibur¨®n de las finanzas (Pedro D¨ªez del Corral). Ambos tienen una criada polaca llamada Danutta (Marta Fern¨¢ndez Muro), y una amiga, alta ejecutiva de la central nuclear de M¨®stoles (Mag¨¹i Mira). Un jesuita (Ferr¨¢n Ra?¨¦) y un actor fracasado (Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez), completan el c¨ªrculo que vendr¨¢ a romper un hombre de color (Kelvin Garvan), al que se le han colocado unas lentillas de color verde.

Charo L¨®pez explica su personaje: "Ella vive la ilusi¨®n que vimos en Belle de jour, la de la mujer que fuera del matrimonio ve realizadas sus fantas¨ªas. Es un planteamiento eterno: la transgresi¨®n que sirve para contrarrestar el peso del orden burgu¨¦s. Para una mujer independiente, el acostarse con un negro puede ser simplemente una an¨¦cdota, pero a una mujer de orden le puede costar la imagen. El encanto del personaje est¨¢ en su lado humano".

Erotismo

Charo L¨®pez encuentra significativo, "a mis 45 a?os", que le hayan propuesto la historia de erotismo m¨¢s divertida de su carrera. Tras su regreso de Argentina el pasado noviembre, y despu¨¦s de haber triunfado all¨ª en el teatro, dice que no sab¨ªa qu¨¦ quer¨ªa hacer."Creo que ha sido importante irme", explica. "Mi transici¨®n, el cambio de edad, la he hecho all¨ª. Las actrices que hemos empezado de jovencitas nos podemos encontrar de pronto haciendo de madres, de t¨ªas o de abuelas, respondiendo a otros est¨ªmulos que a los de la chica seductora con gal¨¢n. Y este paso, el acostumbrarte a que sobre ti haya otro tipo de expectativas, es dificil de dar. Yo creo que he pasado el trance de forma muy c¨®moda en Argentina, y ahora la propuesta es m¨¢s relajada, son menos preocupantes los signos externos de seducci¨®n, no te obsesionan tanto las ojeras, lo relativo al maquillaje... No es que pases directamente a ser la abuela de Caperucita, pero ya no es preciso que seas brutalmente seductora, que es lo que te exigen a los 25 a?os".

Lo significativo de trabajar en esta pel¨ªcula es para Charo L¨®pez el hecho de que precisamente desde que empez¨® en el cine, cuando en los spaguetti-westerns la enamoraban rudos vaqueros, no hab¨ªa realizado papeles seductores de tal potencia er¨®tica y tan expl¨ªcitos. Tambi¨¦n le parece destacable que su personaje sea desmitificador, por cuanto participa en un enredo c¨®mico y no en un drama, que es lo que por su trayectoria como actriz podr¨ªa esperarse.

"Estoy en el umbral", concluye, "y pueden empezar a ocurrir dos cosas: que en el intento de mantener el mito se oiga 'qu¨¦ bien est¨¢ envejeciendo', o lo contrario. En cualquier caso, de lo que se trata es de estar bien de cabeza; si es as¨ª, la edad no supone una ruptura fundamental".